Hoy, en El economista:
FANÁTICOS Y MANIPULADORES
Hace unas semanas, con motivo de un show de doña Leire Pajín y otros socialistas, explotando con toda desvergüenza el fusilamiento de las "trece rosas" en 1939, hice un comentario en Libertad Digital exponiendo al respecto algunos detalles importantes, de los que los progres, en general, no quieren ni oír hablar. Por ejemplo, que las trece mujeres (y 42 hombres de los que nadie se acuerda) fueron fusiladas en relación más o menos lejana con un atentado terrorista (pese a ello fue un crimen legal). Y, sobre todo, que ellas y ellos no murieron por la libertad sino, indiscutiblemente, por el totalitarismo staliniano, ya que estaban reorganizando las Juventudes del PCE, el sector más fanatizado de este partido, que se gloriaba de ser un partido agente de Stalin. El asunto lo he tratado con bastante atención en el libro Años de hierro.
¿Es que Pajín y compañía ignoran estas cosas? De ningún modo. Las conocen perfectamente, mucho mejor que la mayoría. Y es precisamente porque saben que la gran mayoría --inmersa en la televisión basura y similares-- ignora estos y tantísimos hechos más, por lo que ocultan la realidad e inventan una leyenda barata. Porque ellos no son fanáticos, sino manipuladores. Y lo que persiguen es difundir un fanatismo del que esperan sacar rentas electorales, ya que ese es precisamente su negocio: sus cargos, sus beneficios, sus prebendas, dependen de su habilidad en manipular la ignorancia. También dependen de ello sus bien conocidas corrupciones. Esta manipulación es ella misma una corrupción.
Reconocer que el fusilamiento de la mayoría de aquellas personas fue un crimen legal no puede servir de pretexto, en una democracia, para falsear la historia. Sí en un régimen totalitario. Al obrar como lo hacen, ya sabemos con qué y con quiénes se identifican nuestros socialistas. No en vano vuelven a llamarse "rojos" estos personajes.
**** Chomsky cree que en Venezuela se construye "ese otro mundo posible"
"Otro mundo es posible", claman las izquierdas. Por supuesto, tienen razón: hay otros muchos mundos posibles fuera de la democracia, no hay más que echar una ojeada al planeta y a su historia. La cuestión es si son preferibles. Al voceras Chomsky, enamorado del totalitarismo, el embrutecido ignorante Chavez le parece ideal, después de todo ha sido un buen promotor de alguno de sus libros. Parece que está pensando en irse a vivir a Venezuela, aunque su talante de resistente heroico le inclina más bien a seguir en Usa, afrontando los más terribles sacrificios y amenazas en ese país insoportable.