Hace bastante años, los batasunos solían venir por el Ateneo de Madrid a montar sus mítines (contra mi opinión, desde luego). Al anunciarse uno de ellos, escribí un breve comentario sobre la "autodeterminación", hice 200 fotocopias de él y las distribuí, poco antes de comenzar su monserga, por los asientos del salón de actos. Era divertido ver cómo cogían las hojas, pensando que serían de su banda, y al terminar su lectura las rompían furiosos. Algunos se las guardaban. En otra ocasión coloqué junto a la puerta un gran cartel y alguna de aquellas hojas. Venían en plan impositivo, con un piquete, que retiró el cartel. Eso, claro está, no podía tolerarse en un templo de la libertad de expresión (vamos a llamarle así), surgió un altercado, y tuvieron que soportar la reposición del cartel y las hojas. Al poco tiempo desistieron de volver por el Ateneo, donde tan mal tratados se sentían aquellos simpatizantes del asesinato.
Me acordé de ello pensando en la "diada". Si yo fuera joven y viviera en Barcelona, aprovecharía todos los 11 de septiembre, aunque fuera en solitario, para pintar los alrededores del monumento a Casanova con inscripciones como "Casanova botifler", "Vivan los botiflers, abajo los catalufos" y similares, en catalán y castellano, y vería el modo de soltar alguna hoja explicativa sobre los miles de infelices que van a conmemorar allí ni ellos mismos saben qué, y que nos amenazan a todos con sus afanes liberticidas. Espero que habrá en Barcelona algunos jóvenes con buen humor e inventiva, ajenos a la espesa mentalidad burocrática y carrerista hoy dominante en la juventud, que recojan la idea y la enriquezcan. Se pueden hacer cientos de acciones parecidas, que tienen buen efecto, amplían las libertades y resultan amenas, incluso por el leve riesgo implícito. Cosas parecidas hacíamos bajo el franquismo, y siempre me parecieron muy estimulantes. El peligro es ahora mucho menor. Se supone.
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"Moratinos apoya una muestra que culpa de las guerras a las religiones monoteístas.
Este jueves se inauguró en Madrid una exposición dedicada a las religiones. El Ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, estuvo presente y aprovechó para señalar que la muestra –que en algunos de sus pasajes equipara al siniestro ayatolá Jomeini con la Madre Teresa de Calcuta– ’está en sintonía con la iniciativa de la Alianza de Civilizaciones’. La exposición –avalada por el propio Ayuntamiento de Madrid– apunta a las religiones monoteístas como responsables de las guerras y hace una clara apuesta a favor del laicismo".
La realidad es que casi todas las guerras del siglo pasado fueron desatadas por ideologías laicistas o ateas. El comunismo causó cien millones de víctimas. Y esta exposición está organizada por gentes que simpatizaron con tales ideologías, como hoy simpatizan con las dictaduras del Tercer Mundo, a las que llaman "civilizaciones". Este es el mensaje que debería hacerse llegar, una y otra vez, a la gente, para contrarrestar las manipulaciones de estos chorizos. Porque, con toda probabilidad, la exposición está subvencionada con fondos públicos, es decir, nos obligan a todos a pagar la chorizada.
Y volviendo al comentario anterior, ¿por qué no sale gente que, haciendo uso de la libertad de expresión, vaya a la exposición a difundir estas verdades elementales a los visitantes? Las libertades, si no se hace uso de ellas, se oxidan.
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La Salgado, colaboradora del terrorismo. Como, por lo demás, todo su gobierno. Nunca tuvieron los asesinos amigos más complacientes, aunque de momento estén reñidos, como sucede hasta con los enamorados.