****(Hoy, a las 9 de la noche, en el programa de Arteseros en Intereconomía, "España en la memoria", sobre la II República)
En Época, la semana pasada:
Desde finales del siglo XVII se popularizó la división de la historias en tres edades, Antigua, Media y Moderna. Implícitamente, las dos primeras quedaban como preparación de la última, cuando la historia alcanzaría su plenitud o “modernidad”. Pero la historia no paró, y fue preciso distinguir una nueva edad, por raro nombre “Contemporánea”. Salta a la vista la torpeza conceptual de tal nomenclatura, y no solo por su trivial finalismo, sino porque todas las edades son contemporáneas de quienes la viven, y también modernas, medias y antiguas, según con las que se quieran comparar. Además, resulta en extremo arbitrario reducir a una “Edad Antigua” los miles de años desde los comienzos de la civilización humana, y las diversas civilizaciones habidas desde entonces hasta la caída del Imperio romano de Occidente.
Ante tales defectos, sorprende el éxito alcanzado por esa clasificación. La cual, por lo demás, solo describe, de modo algo tosco, la evolución europea, y solo a partir de la caída de Roma, pese a lo cual se la aplica confusamente, a veces, a otras culturas de evolución simultánea a la europea, pero muy diferentes de esta.
En cambio, la datación de las edades parece bastante acertada, salvo por la llamada Edad Media, por lo que se la ha dividido en Alta y Baja Edad Media, pese a que la diferencia entre ambas no es menor que la discernible entre la Moderna y la Contemporánea, por ejemplo.
Por ello he propuesto en Nueva historia de España una nomenclatura nueva y exclusiva para Europa. La “Edad Antigua” se extendería desde la II Guerra Púnica hasta la caída del Imperio de Occidente, y he propuesto llamarla Edad de Formación. La victoria de Roma sobre Cartago en dicha guerra determinó no solo la formación de España como nación cultural, sino la de la cultura europea, pues del Imperio romano deriva lo más sustancial de lo que entendemos por Europa: la transmisión del cristianismo, de la cultura griega y de la propia latina.
Desde la caída de Roma hasta el año 1000, aproximadamente, Europa soportó unos siglos caóticos, en los que su herencia cultural y política estuvo próxima al naufragio por las invasiones germánicas, islámica (que erradicó el cristianismo de Oriente próximo, norte de África y, durante un tiempo, de la Península Ibérica), escandinavas, magiares y otras. Invasiones combinadas con la mayor crisis interna que haya sufrido la Iglesia, el “siglo de hierro” del Papado, en realidad casi dos siglos. Por haber superado tan arduas pruebas, el período podría llamarse Edad de Supervivencia.
A partir del silgo XI, aquellas amenazas van menguando y surgen los movimientos románico, gótico y luego el humanista, por lo que la nueva época puede describirse como Edad de Asentamiento, en la cual fueron creándose las condiciones para el descubrimiento del mundo como un todo y la propagación cultural europea por los océanos y continentes, a partir de los descubrimientos y conquistas españoles y portugueses: una Edad de Expansión sin precedentes en la historia humana.
Esta expansión europea se realiza en unos siglos en los que la técnica europea no supera de forma clara a la de civilizaciones como la islámica o la china. Pero, con la revolución industrial, Europa, o algunos de sus países, adquiere una ventaja material absoluta que le otorga un poderío muy por encima de cualquier país, civilización o cultura no europea. Parece adecuado llamar esa época Edad de Apogeo (aunque para España fue de declive, por razones varias). Esta edad dura desde finales del siglo XVIII hasta el fin de la II Guerra Mundial, cuando Europa entra en una decadencia relativa, demasiado reciente para ponerle nombre.
Todo esto es discutible, como señalo en Nueva historia de España. Seguramente se podría mejorar la definición de las edades, pero me parece claro que la hoy en boga resulta demasiado insatisfactoria.
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****Garzón se despidió de la toga echando una mano a Usabiaga ¿Cabe despedida más adecuada al caso?
**** Los barones del PP exigen a Rajoy que pida "ya" un adelanto electoral. Pero
Rajoy se niega alegando lo inútil del gesto. Y hace muy bien: si en unas elecciones anticipadas saliera elegido Rajoy, sería malo tanto para el PP como para España: ahí sí demuestra sentido de la responsabilidad el líder futurista. Aparte de que ¿no está contento el PP con la cantidad de cargos que ya tiene en ayuntamientos y autonomías? Estos barones son insaciables. Por otra parte, a Zapo le interesa agotar el mandato, por si hacia el final surgieran algunos "brotes verdes" que le permirieran dar al de la nena angloparlante una tercer lección en la competición de demagogias.
****La canción alemana aludida más abajo: Lore, lore lore. En español tiene un aire bastante menos marcial: http://youtube.com/watch?v=PRGvSzJtaM0
**http://findesemana.libertaddigital.com/en-la-unir-1276234883.html
****Blog. La primera Facultad de Ciencias Económicas se fundó en 1944, por iniciativa de Franco. Estaba en la misma facultad con Ciencias Políticas, pero era una licenciatura independiente, según tengo entendido / Woody Allen nunca habría gritado "Viva Franco". En todo caso "Viva Fidel Castro, o Ho Chi-min"