****Oigo en España en la memoria que la canción El cordón de mi corpiño fue prohibida por la censura, por su moral contraproducente. Pues la censura debía de funcionar muy mal, porque de pequeño yo oía esa canción constantemente por la radio. Lo mismo han contado de la sardana La santa espina. No digamos de Fumando espero; pero todas ellas me suenan de oírlas abundantemente en la radio cuando tenía entre siete y diez años (años 50). En fin…: http://www.youtube.com/watch?v=6y1uDkOXUtM
****El blog: Cuando empezó, llegó a las 12.000 visitas diarias, y hace cosa de un par de años estaba en la mitad. Actualmente, las visitas giran en torno a las 3.000. Esto quiere decir que su influencia es insignificante, máxime cuanto que los lectores, aunque estén de acuerdo con él, son en su mayoría pasivos y no lo difunden. ¿Cuál es la razón de este descenso? He preguntado a varios amigos y conocidos que han dejado de visitarlo o lo hacen solo ocasionalmente, si encontraban los contenidos reiterativos. La respuesta más general es que el blog es muy variado, pero sus textos suelen ser demasiado largos, y la mayoría de la gente no tiene tiempo ni afición para leerlos enteros. Además, el español medio nunca fue aficionado a leer. Otros hablan de que los jóvenes están habituados a lo audiovisual y tampoco leen...Pero acortar demasiadolos textos puede hacerlos demasiado superficiales. El dilema.
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Tres damas de la revolución (II)
La popularidad de La Pasionaria se expresaba en títulos como “comandante honoraria del Quinto Regimiento de Milicias Populares” o en poemas como este, publicado en el órgano del PCE Mundo Obrero, algo ripioso pero colmado de intensa devoción, que le dedicaba una señora, posiblemente una miliciana, llamada Lila Guerrero:
A Dolores Ibárruri:
¡Dolores Ibárruri!
¡Dolores, la de fuego!
¡Dolores, madre de un gran pueblo!
¡Te queremos!
Te queremos porque eres la más brava,
Porque eres proletaria
Porque eres…”Pasionaria”;
Como dijo Stalin,
De gran temple revolucionaria.
¡Gloria de un mundo renovado!
¡Clamor sublime de la tempestad de clases!
Oíd, valientes milicianos,
Es Pasionaria quien os llama
El águila bermeja de la nueva España”.
El fervor despertado por Monteny entre los anarquistas, con ser mucho, no alcanzaba semejantes alturas.
También de gloria y popularidad fueron los primeros meses de la guerra para Margarita Nelken. Su nombre fue puesto a un batallón, y se manifestaba en escenas como la de una visita al acantonamiento de La Marañosa, cuando la gente y los milicianos, “al aparecer el vehículo en que viajaba Margarita, prorrumpieron en vítores y aplausos entusiastas, entonándose La Joven Guardia y rodeándola, por lo que tuvo que apearse del coche y, seguida de una multitud que no paraba de dar vítores…” “Símbolo de la mujer hispana, símbolo del momento”, aunque había nacido en Madrid (o en Málaga según otras versiones), de padres judeo-alemanes, y no había adquirido la nacionalidad española hasta 1931, cuando ella tenía treinta y cinco años, a fin de poder presentarse a diputada por el PSOE.
Nelken, como diputada, se había distinguido por sus discursos exaltado, muy poco respetuosos con la verdad, había tomado parte en la conspiración para derrocar al gobierno democrático de centro derecha en octubre de 1934, y había huido luego a la URSS, de donde volvió convertida en una visceral prostalinista. Reanudada la Guerra Civil española, no disimulaba su ideal de imitar a la Unión Soviética, que, según ella, era el país de la abundancia, la cultura y la libertad “para el pueblo”, en el cual debía inspirarse el Frente Popular español, a su vez “baluarte de las libertades del mundo y fragua donde se forja un mundo nuevo”. La guerra de España, con la “certidumbre inquebrantable de nuestra victoria”, constituía el amanecer de una nueva era donde, instruía ella, sobraba gente como el filósofo Ortega y Gasset, refugiado en Francia, y “de los que hoy puede prescindir España, el mundo nuevo que España está forjando ya no los necesita”. El mundo nuevo exigía gente como Nelken.
En aquellos meses ella estaba en todo, causando intenso malestar en otros mandos y autoridades, como testimonia Azaña en sus diarios. Daba consejos sobre cómo portarse en el frente: “Los jefes no tienen por qué ser valientes sino, por el contrario, prudentes, cautos, cuidadosísimos de su vida que es defensa de la vida de muchos y garantía de la victoria”. Su actividad era volcánica. Al principio de la batalla de Madrid, señala Zugazagoitia, “se había convertido en una autoridad” en el Ministerio de la Guerra, donde “permanecía horas y horas ordenando y disponiendo”, y censurando a todo el mundo. Al parecer se sentía preterida, y sumamente irritada por ello: “Estoy yo sola en el Ministerio de la Guerra, y me es imposible hacerlo todo. Yo no soy de las que se retratan mucho, simulando que han estado en primera línea, cuando la verdad es que no han pasado nunca de la retaguardia”, le dijo a Zugazagoitia, aludiendo a La Pasionaria. En cambio a Montseny, cuando fue nombrada ministra, le dedica expresiones casi entusiásticas: “Representación auténtica, mandataria directa e indiscutible de la clase trabajadora”; “Una voz de mujer y una opinión de mujer. De mujer expresión directa e indiscutible de la opinión de una gran parte de la masa trabajadora”.
Según Zugazagoitia, mientras los funcionarios desalojaban frenéticamente los archivos y demás papeles, “tropezaban con Margarita Nelken, que los fulminaba con la mirada, tratando de descubrir por dónde andaban los traidores. Su presencia fiscal y su palabra hiriente, pronunciada sin prudencia, irritaban. Muchos pedían desesperadamente que alguna autoridad superior la echara del edificio”.
Entre los escocidos se encontraba el comandante Vicente Rojo, uno de los principales organizadores de la defensa de Madrid, el cual, con razón o sin ella, niega todo protagonismo a la briosa diputada, “aunque la propia señora Nelken creyera que mandaba; pero no solo era ella quien así lo creía y lo hacía público entre sus contertulios y partidarios, persuadiéndoles de que si algo salía bien era por obra de sus consejos”.
De todas formas tuvo su recompensa, señala García Oliver: “A Durruti, héroe de la defensa de Madrid no se le concedió la placa de la Defensa de Madrid. Al compañero Ricardo Sanz, que participó durante seis meses en las más duras luchas en el frente de Madrid, no se le concedió la placa de la Defensa de Madrid, para perpetuar la memoria de quienes se hubiesen distinguido”. Tampoco al legendario Cipriano Mera. “A la diletante del revolucionarismo, con carnet del Partido Comunista, Margarita Nelken, que desempeñó funciones de retaguardia, se le dio la placa de la Defensa de Madrid. Como ella, cuantos recibieron la placa de la Defensa de Madrid eran comunistas o criptocomunistas”.
Aquellos meses de verano y otoño de 1936 se caracterizaron por una increíble exaltación revolucionaria. Fueron también meses de terror, en que el enemigo político o el simple sospechoso de serlo, era fusilado, a menudo previa tortura y vejaciones de todo género. Federica muestra en sus memoria alguna angustia ante tales actos, aunque enmarcada en la idea de que venían a ser una consecuencia dura y lamentable, pero inseparable de la revolución y necesaria. La Pasionaria adoptó la misma actitud, si acaso más acentuada, sin manifestación alguna de angustia, y no hay en sus discursos –como los hay en los de Prieto-- llamamientos a la piedad o a la compasión, sino más bien incitaciones a una acción sin miramientos.
Pero fue la Nelken quien más destacó como promotora del terror en sus artículos del diario Claridad. Para ella, el enemigo debía ser aniquilado por completo. “Suele decirse que la guerra civil es la más condenable de todas. Esto es una gran majadería. La guerra civil es la única que permite, y hasta obliga, al ser consciente a entregarse de lleno a la voluntad de vencer. Una guerra como la que padecemos no ventila intereses capitalistas de dos bandos, sino los de los capitalistas por una parte y el afán de justicia de otra”. Por tanto fustiga a quienes pretenden que “estos enemigos de ahora son hermanos nuestros”. De acuerdo con esa concepción era preciso localizar y acabar con la “quinta columna”, que para ella incluía a cualquier desafecto: “Ablandarse y abogar a favor de un enemigo de la causa proletaria porque le debamos un favor de índole personal, es como salir corriendo en el momento de la lucha contra la quinta columna. Insistimos. A todos los desertores el mismo trato”. El trato recomendado para los desertores era el fusilamiento. Y abunda: “¡Ni un enemigo a retaguardia! Cada blandura con ellos es una traición a nuestros hermanos”.
A tal efecto exigía una vigilancia y espionaje generalizados, extendidos hasta los hospitales, donde pide a las enfermeras y personal que presten atención a las conversaciones de los prisioneros con sus familiares y visitantes. Las iras de Margarita se extendían a una amplia tipología de enemigos como “aquella señora tan caritativa que tiene la voz blanda y la mirada tierna cuando dice "¡pobrecitos!, ¡pobrecitos!" Al hablar de los que luchan, y asegura que todos --¡pobrecitos!—le dan muchísima lástima”, o “aquel señor que nunca se metió en política, que solo desea el bien de España y que acabe cuanto antes esta lucha fratricida porque –según él afirma--, al fin y a la postre todos somos españoles”. En aquella lucha revolucionaria, clama “no hay amistades, ni confianzas, ni parentescos que valgan”. Pues, en definitiva, “no hay nada más profundamente revolucionario que una guerra. Y cuando esta enfrenta no ya a pueblos distintos, sino a dos clases antagónicas del mismo pueblo, nada puede haber que exija soluciones tan radicales como las planteadas por esta guerra”.
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****Fidel Castro critica la decisión de Sarkozy de expulsar a gitanos rumanos en situación ilegal: “Seguro que los expulsa porque recuerdan con añoranza la vida feliz bajo el régimen de Ceaucescu. Que me los envíe a todos a Cuba, aquí sabremos acogerlos como buenos camaradas y podrán disfrutar de la abundancia socialista”. Parece ser que los gitanos están estudiando la oferta, aunque algunos expresan ciertas dudas.
****Zapatero dice que los parados en formación son "trabajadores" . Por supuesto que lo son. Y también los demás que están en paro. Por desgracia, Zapo no lo está.
****España, país líder en los pagos a los terroristas de Al Qaeda. No España, sino el gobierno de Zapo. Los amigos son para las ocasiones.