He tenido amplia ocasión de asombrarme de la inanidad intelectual, adornada de pueriles arrogancias, con que historiadores "prestigiosos", "profesionales" o "científicos" han replicado a mis libros de historia. Esas lumbreras ni siquiera han demostrado saber debatir con un mínimo de honestidad o de racionalidad.
A menudo me he preguntado por qué es tan mediocre la universidad española. Creo que la respuesta está en su incapacidad para plantearse problemas, incluso para percibirlos. No quiero decir que su enseñanza sea mala. De hecho lleva bastantes decenios produciendo buenos especialistas, a veces excelentes, en casi cualquier materia. Y sin embargo, algo falla. Un caso: España dispone de numerosos economistas no inferiores en conocimientos y capacidad práctica a los de cualquier país desarrollado; sin embargo no hay un solo economista teórico español importante desde los tiempos de la Escuela de Salamanca, siglos atrás. Caso extensible al resto de las enseñanzas superiores.
Julián Marías escribió en alguna ocasión sobre las "tesis" que la universidad genera masiva y estérilmente. Un alumno le presentó una, al parecer muy elogiada porque iba acompañada de un enorme aparato de citas. Pero, ¿dónde estaba la tesis? No había tesis clara. Gran cantidad de escritos universitarios prueba que sus autores saben casi todo lo que se ha dicho sobre la materia, pero ¿qué dicen los autores de esos escritos? Ellos no dicen nada, no saben decir nada propio. La mentalidad universitaria española anima a aprender lo que otros han dicho o descubierto, de ningún modo a abrir nuevas vías ni a examinar los puntos flacos de las doctrinas en boga. Carece tanto de impulso investigador como de espíritu crítico.
Viejo defecto. Ya Menéndez Pelayo encontró la raíz de nuestra debilidad intelectual en la incapacidad para salir de los caminos trillados, el pragmatismo a ras de tierra, el desdén por el esfuerzo desinteresado y la ausencia de audacia especulativa. Quizá un pequeño cambio de enfoque, o una institución especial planteada con otra mentalidad, mejorarían la situación.