La libertad solo puede concebirse por relación al mal deliberado (la falsedad, el crimen, la calumnia…). El mal deliberado impregna todas las relaciones humanas, por encima y por debajo de las leyes, desde las pequeñas trampas de escasa trascendencia en la vida cotidiana hasta las grandes matanzas políticas; pero sin él no existiría la libertad. Si nos comportásemos “bien” de forma instintiva, ni siquiera podríamos conocer nuestra bondad, por falta de contraste, y la condición humana no diferiría de la animal, ilusión y objetivo de todas las utopías.
Esta consideración nos permite, por una parte, valorar el esfuerzo, tan penoso a menudo, por combatir el mal, y por otra nos hace entender el miedo tan extendido a la libertad y el continuo intento de aplastarla… para aplastar con ella el mal. Empeño inútil –que además se convierte en malévolo él mismo– porque el mal deliberado resurge inevitable y misteriosamente. Queda bien expuesto en el mito de Prometeo y mejor aún en el de Adán y Eva: el hombre ha entrado en el reino del bien y el mal, pero la ciencia del mismo se le escapa, tantas veces una cosa se convierte en la contraria... Las acciones humanas tienen siempre consecuencias imprevisibles y sin embargo deben llevarse a cabo.
Un caso curioso: los regímenes marxistas creyeron eliminar a la burguesía (el mal) incluso físicamente. Al poco tiempo sus líderes se peleaban entre ellos acusándose de burgueses.
La libertad permanece incluso en condiciones de esclavitud y no debe confundirse con la ausencia de castigo legal por tales o cuales acciones (tal ausencia es solo un aspecto de la libertad, aunque políticamente muy relevante). Solo el marco de la libertad hace posible la lucha interminable contra el mal. En un sentido complementario pretender que la libertad no tiene riesgos constituye un camino más hacia la tiranía.
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La aún débil objeción a la educación para el despotismo
La llamada “educación para la ciudadanía” significa, y no puede significar otra cosa, que la imposición de la ideología de un partido utilizando el poder de forma fraudulenta. Su misma concepción es totalitaria, se vista con los ropajes que se vista, y responde de lleno al despotismo seudodemocrático que ya previó Tocqueville.
Por consiguiente debería dar lugar a un rechazo generalizado, y en una sociedad que realmente apreciase los valores democráticos así ocurriría. Pero en España el rechazo sigue siendo escaso, si juzgamos por el lento crecimiento de la objeción de conciencia a esa basura.
¿A qué se debe eso? Fundamentalmente a que en la mayoría de los centros llamados públicos domina el profesorado progre. Y a que los directores y directoras de los centros concertados, religiosos en su mayoría, acatan a los liberticidas. Ponen la excusa de que ya ellos darán a la asignatura los contenidos adecuados. No es así: estos centros llevan muchos años difundiendo, precisamente, la “educación para la ciudadanía” en las asignaturas de ética, religión y ciencias sociales. En la mayoría de los casos los textos no se diferencian de los del progresismo más tosco, eso sí, acompañados de una peculiar ñoñería que, si algún efecto tiene es el de alejar a la gente joven de la religión. Para ideología progre la muchachada ya tiene la de Prisa y el PSOE, algo menos empalagosa, además.
Son los padres y no esos directores quienes deben enterarse y organizarse contra el despotismo. Es preciso intensificar la lucha contra él, y ello requiere una asociación especial, como la AVT, DENAES, etc.
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Hoy, a las 19.00, en la Librería Castellana 45, firma-coloquio del libro de César Alonso de los Ríos Yo tenía un camarada, con presencia del autor y de Víctor Márquez Reviriego.
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Antón Saavedra: "El secuestro del socialismo":
“Que existía el dinero lo confirma el propio Luis Yáñez cuando recuerda el viaje realizado por Felipe González, Pablo Castellano y Nicolás Redondo a México, en el año 1976: "El presidente Echeverría nos trató magníficamente, nos ofreció una recepción y a su término quiso hacernos un regalo: era un maletín lleno de billetes... No sabíamos qué hacer con aquello, y por otra parte era un riesgo salir del país con un maletín cargado de dólares, así que se decidió dejar el dinero a Rafael Fernández para que lo administrara".
”Rafael Fernández regresaría muy pronto de aquel exilio dorado para convertirse en senador por Asturias y más tarde primer presidente del primer Gobierno del Principado de Asturias, cargo del que sería descabalgado por Fernández Villa y su camarilla de pandilleros sindicales. Éste –resulta curioso– había sido su protegido precisamente en la época en que actuaba como chivato privilegiado del jefe superior de la temida e inolvidable brigada político-social del franquismo en Asturias, Claudio Ramos. Hoy ocupa los cargos de senador y secretario general del sindicato minero asturiano de UGT a pesar de gozar de una pensión en su máxima cuantía como consecuencia de un accidente minero que nunca existió, en un cambalache fraudulento cometido contra la Seguridad Social en connivencia con la dirección de la empresa minera Hunosa en 1995, de la cual forma parte como miembro del Consejo de Administración en representación de la Junta General del Principado de Asturias... Todo ello al margen de sus cargos en las ejecutivas regionales y nacional del partido, así como la presidencia de alguna que otra "fundación".
”Pero a pesar de las inmensas cantidades de dinero recibidas por el PSOE, al acabar el año 1977 éste estaba prácticamente en bancarrota. Sus dirigentes gastaban el dinero de forma eufórica, pensando en un triunfo electoral y las tarjetas Visa ya circulaban de manera cotidiana por los grandes restaurantes y los hoteles de lujo, incluyendo los más elegantes puticlubs, donde la empleaban para llevarse chicas a la cama como ha quedado demostrado públicamente. Se habían abierto cientos de sedes sin militantes y además la contabilidad del partido estaba en manos inexpertas, o, mejor, acostumbradas a manejar el partido como cuando éste cogía entero en un autobús".
”Jugaban con una multicopista "secreta" y fabricaban panfletos incendiarios contra el régimen franquista y contra el Monarca, al que llamábamos Juan Carlos el Breve. Se trataba de aquella leva de estudiantes rebeldes, con pantalón y chaqueta de pana rayada, lectores tardíos de Machado que husmeaban en la trastienda de librerías buscando "La peste" de Albert Camus mientras daban clases en la Universidad Laboral de Sevilla por recomendación de Girón de Velasco (caso concreto de Guerra), o aquellos otros como Felipe González...".
”También el PSP de Tierno Galván recibía fuertes cantidades de dinero procedentes de la socialdemocracia alemana y venezolana, así como del Gobierno libio de Gadafi. Lo primero respondía sólo para mantener otra opción socialista con la que amenazar al PSOE en caso de resistencias internas al proceso de socialdemocratización. Pero el dinero a chorros para el PSP de Tierno procedía de Libia. De hecho, la ayuda recibida para financiar la campaña de las elecciones de junio de 1977 se evaluó en más de 60 millones de pesetas y su motivo no era crear obstáculos al PSOE, con el que tenía establecidos suculentos negocios a través del banco libio Aresbank, sino contribuir a la creación de un partido socialista marxista, sin compromisos con el Estado de Israel y decidido a establecer sólidos contactos con los países árabes".