Debe explicarse cómo en América y en Europa un país menos rico y bastante menos poblado que sus adversarios, pudo sostenerse militarmente y durante tanto tiempo. Desde luego España, por sus exclusivas fuerzas, no habría resistido. Pero encabezaba una amplia coalición, en la que colaboraban gran parte de los italianos, los flamencos y los alemanes, sin faltar algunos holandeses, ingleses, irlandeses y franceses; y funcionaba con relativa efectividad el eje Madrid-Viena. Dentro de la misma Francia se diría de los habitantes del Artois, que eran "más españoles que los castellanos", y el Franco Condado, que perdió dos tercios de sus habitantes en luchas con los calvinistas alemanes y franceses, mostraba un genuino patriotismo hispano-borgoñón. La diplomacia, la influencia cultural, la expansión de los jesuitas y sus colegios, que formaron en esos países élites católicas, tuvieron un peso no menor a favor de España.
La presencia de españoles en los ejércitos de Flandes era muy minoritaria, entre un diez y un treinta por ciento del total, pero a sus tercios se les reconocía como la punta de lanza y la élite militar, aun contando los reputados lansquenetes alemanes. Los mismos tercios españoles admitían extranjeros, pero eran típicamente hispanos en concepción, organización y efectivos. Fueron el mejor ejército de la época y uno de los mejores que han existido, con una nómina de capitanes de gran clase, españoles o españolizados: el Gran Capitán, Pescara, el duque de Alba, Alejandro Farnesio, el conde de Fuentes, Sancho Dávila, Pedro Navarro, Antonio Leiva, Álvaro de Sande, Francisco Verdugo y tantos más. También la marina española fue sobresaliente con jefes como García Álvarez de Toledo, Juan de Cardona, Luis de Requeséns, Juan de Austria, Álvaro de Bazán, por no extenderse sobre los muchos que exploraron las costas de América y el Pacífico, tales Grijalva, Loaisa, Urdaneta, Mendaña, Quirós...
Por contraste, las milicias que los Reyes Católicos habían establecido como una especie de pueblo en armas, habían degenerado por efecto de la inacción y, salvo en las costas amenazadas por los berberiscos, terminaron por no servir para mucho más que vistosos desfiles con armas anticuadas. Fracasaron en las Alpujarras, y en Cádiz ante las incursiones inglesas, aunque en La Coruña repelieron duramente a Drake.
La primacía militar y naval de España durante ese siglo fue ante todo una cuestión de calidad, pero hacia finales del siglo las fuerzas contrarias en Europa habían crecido mucho en cantidad y en calidad, las marinas inglesa y holandesa marchaban hacia su apogeo, y los tercios ya no lograban resolver rápidamente los conflictos, sino que se desgastaban en campañas y asedios interminables, mientras la propia España, siempre acuciada por los gastos, daba indicios de cansancio. No podía hablarse de decadencia, menos aún en el terreno cultural, y tampoco en América y el Pacífico, pero habían pasado los tiempos de Pavía, San Quintín, Lepanto, Terceira y similares.
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**** El Supremo disuelve los grupos municipales de ANV y les retira los fondos
Falta la segunda fase: el procesamiento de los políticos que han estado colaborando con la ETA, y de los jueces prevaricadores. ¿O los cómplices de los asesinos se van a ir de rositas? Pues parece que sí, en este país inconcebiblemente estragado.
**** Fraga elogia a Moratinos y defiende la visita a Gibraltar
El tiranosaurio también es amigo de Carrillo y de Fidel Castro. Concomitancias.
**** Público revela 40 años después que Franco designó al Rey
Primer aviso a navegantes tras la aprobación de la Ley de la Cheka, alias "memoria histórica". El monarca ha firmado esa ley. La ley que implica su propia deslegitimación.
**** Los sindicatos policiales exigen a la Fiscalía que recurra el auto de Pedraz sobre el homenaje a los etarras. Ahora bien, ¿quién es más proetarra, Pedraz o la fiscalía?
**** Detienen al médico de un colegio que se jactaba de sus relaciones con menores
Un tipo progresista, seguro. ¡Y le detienen por esa insignificancia, que para todo progre ha de serlo! ¡Adónde vamos a parar!
**** El CGPJ nombra a la mujer de Conde Pumpido magistrada del Tribunal Supremo
Siendo la mujer del proetarra Conde Pumpido, ya tiene mucho camino andado, naturalmente.
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Hoy, en Época
QUÉ FUE EL 18 DE JULIO
Según la "memoria histórica" que intenta imponer el gobierno de la colaboración con el terrorismo y el separatismo, del entierro de Montesquieu y otras hazañas, el 18 de julio fue un golpe militar más o menos fascista dirigido a destruir la democracia republicana y su gobierno legítimo, salido de las urnas.
La realidad, si atendemos a los hechos, parece algo distinta. Como conviene insistir una y otra vez, hasta que cale la evidencia, dicho frente se compuso, oficial o extraoficialmente, de marxistas radicales del PSOE, stalinistas, anarquistas y, en torno a ellos, republicanos de izquierda golpistas --que aspiraban a instaurar un régimen parecido al del PRI mejicano, es decir, una dictadura de izquierdas--, separatistas catalanes, también golpistas, más el ultrarracista PNV; y durante la guerra serían protegidos y orientados por aquel padre de las democracias que fue Stalin. Todos esos grupos habían estado comprometidos en mayor o menor grado en la sublevación de octubre del 1934 contra un gobierno de centro derecha, este sí legítimo y salido por gran mayoría de las urnas de noviembre de 1933.
Si aquellos partidos cambiaron de táctica después de su derrota en 1934, no cambiaron de objetivos. En realidad siguieron, conscientemente o no, el modelo de Hitler, que en 1933 había obtenido el poder legalmente para desde él destruir el orden democrático. Y así se presentaron a las elecciones de febrero de 1936. Estas elecciones, al revés que las de 1933 no fueron democráticas: como consigna el mismo Azaña, transcurrieron entre violencias, con deserción en muchos lugares de los gobernadores civiles que debían asegurar su recuento; y las cifras de las votaciones no fueron publicadas oficialmente. La supuesta victoria del Frente Popular fue en realidad una enorme maniobra de intimidación, exitosa ante una derecha deprimida.
El gobierno emprendió entonces, efectivamente, la liquidación de la legalidad republicana, parcialmente democrática, mediante actos despóticos como una revisión de actas para despojar a la derecha de todavía más escaños, la destitución ilegal del presidente de la república Alcalá-Zamora, la protección a los pistoleros de izquierda o la ilegalización de la Falange, la eliminación de la independencia judicial, purgas en la administración, etc. Todo ello en estado de excepción, estricta censura de prensa y merma de los derechos civiles.
Paralelamente, socialistas, anarquistas y comunistas, convencidos de que su gran momento se acercaba, reiniciaron un proceso revolucionario en las calles y campos, con asaltos a sedes y periódicos de la derecha, destrucción de iglesias y obras de arte, de registros de la propiedad y unos trescientos asesinatos en cinco meses. Los crímenes culminaron en el secuestro y asesinato del jefe efectivo de la oposición, Calvo Sotelo, realizado por fuerza pública mezclada con milicianos socialistas, todo un retrato de la situación.
Contra aquel proceso revolucionario y contra aquel gobierno ilegítimo de raíz se levantó por fin una parte de los militares secundada por una gran parte del pueblo (afluyeron más voluntarios a los nacionales que a los rojos). Ganaron los sublevados e instauraron una dictadura autoritaria, que libró a España de la guerra mundial, de un nuevo intento de guerra civil y dejó un país próspero y reconciliado que permitió el paso sin mayores traumas a una democracia. Democracia amenazada hoy, precisamente, por quienes se consideran herederos de aquel Frente Popular. Esa parece ser la "democracia" que les gusta, y por algo están en pleno proceso de involución política.
Algunos me han reprochado haber escrito Franco para antifranquistas. Pero el mismo no es más que la consecuencia lógica del primero que publiqué sobre estas cuestiones, Los orígenes de la guerra civil, donde queda de manifiesto quienes organizaron aquella guerra y qué propósitos perseguían.