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Ayer mismo, el PP, rectifico, los Diputados del PP, algún Diputado del PP, por lo menos uno, tras la "oración funebre" por el guardia civil asesinado debió cargar contra ZP, y contra todos aquellos Diputados que en la legislatura anterior autorizaron al Gobierno ZP a tomar contactos con ETA.
Esa autorización sigue en vigor, pues no ha sido derogada expresamente.
¡Ni un solo Diputado del PP cargó contra el Gobierno! Si yo lo fuese, tendrían que echarme del hemiciclo, para callarme.
¡Por Dios: entre 154, ni uno solo cargó contra ZP!"
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Tribunal (anti)Constitucional. Una vez más. La senda de la degradación completa del sistema democrático español. Con la complicidad, como en todo, del PP rajoyuno.
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El propio Bolívar, cada vez más adusto y sombrío, escribirá: "No confío en el sentido moral de mis compatriotas", y confesará a Santander: "Amigo, no es sangre lo que fluye por nuestras venas, sino vicio mezclado con miedo y horror"; si bien la desmoralización ambiente debía mucho a los modos de guerra por él desatada (Santander había ordenado, entre otras, la matanza de 36 oficiales españoles prisioneros, previamente perdonados por Bolívar. Un presente que le recordó el indulto fue también fusilado sobre el terreno. "Me complace particularmente matar a todos los godos", dijo otra vez.
EDUCADOR DE ARGENTINA
Aunque españoles de origen, los independentistas se proclamaron herederos y vindicadores, un tanto increíbles, de la América precolonial, cuya tradición decían defender contra España. Los indios, desde luego, apenas se llamaron a engaño, y en aquellas guerras permanecieron pasivos o respaldaron a Madrid, siendo por ello masacrados en varias ocasiones. Ya independientes, los indios mejicanos fueron despojados de sus tierras, poseídas colectivamente, y peor pasó en Argentina. Sarmiento, educador de este país según opinión extendida, hablaba con sinceridad cuando trataba a los mapuches de "indios asquerosos, a quienes habríamos hecho colgar y mandaríamos colgar ahora". Al igual que en Usa, los indios argentinos fueron acosados y exterminados. No era menos claro con los gauchos: "No trate de economizar sangre de gauchos –recomendaba al general Mitre–. Éste es un abono que es preciso hacer útil al país".
(De Una historia chocante)