El "golpe a ETA" parece haber deslumbrado a muchos. Obviamente, en los tratos entre gansters hay muchos tiras y aflojas, y al gobierno le conviene advertir a sus protegidos de que puede causarles bastante daño, si se lo propone y si ellos no moderan un poco sus exigencias. Desde la llegada de Zapo al poder ha habido muy pocas detenciones de etarras, y todas ellas, como las de ahora, no en la perspectiva de que cumplirán sus condenas, sino en la de una pronta liberación gracias al "proceso de paz". Esto es lo que olvidan quienes se dejan desconcertar por maniobras de ocasión. Estamos en un proceso de guerra a la ley y a la Constitución, para imponer la "paz" de los asesinos.