El Niñato Rojo es, aparte de sus fechorías políticas, el personaje más grotesco, más esperpéntico que ha pasado por el poder en España desde, al menos, la república (la primera). ¿Qué habrían hecho con él Valle Inclán o Muñoz Seca? Evidentemente, falta talento: a un lado titiriteros, al otro casi nada.
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Si Mayor, Aguirre, Vidal Quadras y otros no dan el paso ahora, si se dejan laminar en silencio por Rajoy y sus mequetrefes, adquirirán una responsabilidad histórica ciertamente grave.
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La continuidad del blog:
Parece que la continuidad del blog interesa a más gente de lo que yo creía. Muchas gracias a todos ellos. Bien, trataré de hacer un esfuerzo por mantenerlo, aunque a un ritmo algo menor. E insistiendo: la pasividad es la actitud peor ante los desmanes de un gobierno anticonstitucional y por ello delincuente. Como decía Julián Marías, no debemos preguntarnos "qué va a pasar", sino "qué puedo hacer". Cada cual encontrará respuestas si se lo plantea en serio.
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"El Duque de Alba, Fadrique, había destacado en la guerra contra el reino de Granada y luego había expulsado a los franceses del Rosellón. En 1512 conquistó Navarra con gran rapidez, con apoyo de gran parte de la población y abundantes voluntarios aragoneses y guipuzcoanos. Pero el rey de Navarra, Juan de Albret (bisabuelo del que sería Enrique IV de Francia) volvió enseguida a la carga con el apoyo del rey francés y un ejército con numerosos alemanes y albaneses, además de franceses y navarros partidarios suyos; pero fracasó en su intento. En 1516 lanzaron los franceses otra campaña, también baldía. Más peligrosa fue la de 1521, aprovechando la crítica situación interna de Castilla debida a la guerra de los Comuneros. En el sitio de Pamplona fue herido Ignacio de Loyola, y los franceses llegaron a Logroño, pero fueron vencidos en Noaín y tuvieron que retirarse.
El caso de Navarra ofrece algunas similitudes con el de Borgoña. El rey legítimo era Juan de Albret, de la misma manera que el señorío de Borgoña correspondía a Carlos V. Este exigió a Francisco I, cuando lo tuvo preso en Madrid, que le devolviera aquella región, lo que el francés incumpliría, alegando la afinidad territorial, humana e histórica de Borgoña con el resto de Francia, argumentos por así decir modernos que, en relación con España, valían igualmente para Navarra".
(Nota en Bravuconadas de los españoles, de Brantôme, editorial Áltera).