"José Luis Rodríguez Zapatero ha negado que el Gobierno esté manteniendo algún tipo de contacto con ETA para negociar. En declaraciones a Onda Cero, el presidente también ha rechazado que la excarcelación del sanguinario De Juana sea una cesión como parte del diálogo con la banda terrorista. Como ya hiciera este jueves con Rajoy, al que le negó una explicación clara sobre el último beneficio penitenciario al asesino de 25 personas, también ha evitado pronunciarse con claridad. Sobre una posible actuación contra la franquicia de Batasuna-ETA, ha dicho que "hasta ahora no ha habido algún dato que permita pensar" que el PCTV, los batasunos de las tierras vascas, "incurre en alguno de los supuestos de ilegalidad de la Ley de Partidos"
La canallería, nuevamente. Sin más comentario
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Ibarra ha pedido disculpas "a todo aquel ciudadano que haya podido sentirse dolido o molesto". Cualquier ciudadano con algo de responsabilidad se habrá sentido herido y molesto, o algo más que eso, por el hecho de que él y su troupe se gasten un dinero que no es suyo en pornografía blasfema, una de las tradiciones de la izquierda española. Ibarra, desde luego, no se ha sentido herido ni molesto. Lo que le ha fastidiado ha sido la reacción de los ciudadanos y la posibilidad de perder algunos votos. Hipócrita, como siempre.
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Monumentos
No he visto por dentro el monumento a las víctimas del 11-M, pero por fuera se parece a un silo. Una muestra más de un arte sin inspiración, capaz tan solo de expresar el vacío y el sinsentido. Cabe compararlo con el humilde y no por ello menos evocador monumento, en la calle Mayor de Madrid, a las víctimas de otro atentado célebre: el que perpetró Mateo Morral contra Alfonso XIII y su esposa en el día de su boda, y que dejó entre 23 y 30 muertos, según versiones, y un centenar de heridos y lisiados. Por cierto que durante la guerra la calle Mayor fue rebautizada con el nombre de Mateo Morral. Todo un símbolo.
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Moh Ul-Sih
Y luego dirán algunos que no hay crispación… He recibido a través de LD la siguiente nota: “Señor (¿?) Moa: con harta repugnancia me dirijo a usted y a su infecta bitácora para aclarar a usted y a sus cretinos lectores que el Sr. Moh Ul-Sih nunca pasó de ser un vulgar falsario. Todo lo que ha escrito en “El erótico crimen del Ateneo de Madrid” no es sino una burda invención o, peor todavía, una tergiversación de mis actividades de detective en tiempos pasados, a base de verdades a medias. Ya advertí seriamente al autor cuando sacó su engendro, y creí que el asunto había quedado zanjado, pues la novelucha debieron de leerla él y cuatro amigos. Pero ahora me entero de que dejó escritas más babosadas sobre mí, y eso no lo consiento. Sepa usted que si, con el nombre de usted o con el de Moh Ul-Sih, prosiguen publicándose esos infundios y canalladas, tendré que tomar las pertinentes medidas judiciales, y no descarto otras más contundentes si preciso fuere. Es cierto que, como profesor de la ilustre universidad Pompeu Fabra, estoy obligado a guardar las normas convencionales de la corrección social y política, pero todo tiene un límite. Los nacionalistas catalanes tenemos seny, espíritu progresista, europeo y científico, y amor a la humanidad, pero se lo diré en plata: no nos toquen ustedes demasiado los cojones. Espero que no sea necesario un ulterior aviso” Firma Francesc Bofarull i Bofarull
Me doy por notificado.
Por su parte Miguel Prol, a raíz de mi comentario sobre las alabanzas tributadas en España a los muertos mientras en vida se les ningunea o fastidia, me ha rectificado:
“No dije que fueran todo alabanzas a Moh Ul-Sih. A mis oídos llegaron ciertas noticias, tal vez infundadas aunque no es la primera vez que las oigo, sobre maltratos a su mujer. Al parecer una cosa era el hombre y otra el escritor. Nada extraordinario por otra parte, si bien sea de lamentar. Cosas así habrán ocurrido a menudo a lo largo de la historia”.
Pues bien, amigo Prol, peor me lo pones. Que se trata de una absoluta calumnia, producto de la envidia, lo demuestra el hecho de que Mo Ul-Sih no estaba casado. Es más, guardaba una absoluta castidad porque, según afirmaba, es la mejor forma de obtener una perspectiva adecuada de la vida (en eso yo no entro ni salgo, cada cual tiene sus manías) Y no porque tuviera vocación eclesiástica o cosa pareja: era una de las personas más anticlericales que he conocido nunca, y he conocido a bastantes. Solo me queda lamentar sinceramente que tales barbaridades circulen en su ciudad natal, a la que tanto amó y a la que tanto honró con su actividad intelectual y literaria, aun si truncada en pleno florecimiento. Vergüenza para los vigueses propaladores de tales bulos y para los que callan y los consienten.