Sirera parece una gran mejora con respecto a Piqué, pero no ha empezado bien al declarar que su objetivo es situar a Rajoy en la Moncloa. Menudo objetivo. ¿Y qué hará Rajoy en la Moncloa? Eso es lo que cuenta. Como Sirera no lo tiene claro, se lo ha aclarado el componedor del programa de Rajoy: el PP se prepara para pactar con los separatistas, es decir, para hacerles más concesiones, posiblemente, que el propio PSOE. Partiendo, por supuesto, del mantenimiento de los estatutos balcanizantes y anticonstitucionales. ¿Qué hará Sirera?
Los votantes del PP tienen una percepción bastante errónea del partido de su preferencia. Creen que Rajoy y los suyos defienden determinadas ideas (la democracia, la unidad de España, por ejemplo). Y no es así. Defienden, pura y simplemente, la consecución de las poltronas del poder. Por supuesto, a ese fin han de fingir y halagar en parte a sus votantes, pero al mismo tiempo siguen la línea del PSOE, compiten en ella. El bobo solemne, en la misma línea palabrera de Zapo, anuncia un programa “de ruptura” o como lo diga. ¿Y con qué rompe? Rompe, precisamente, con lo que desean la mayoría de sus ingenuos, pasivos y rebañiles votantes.
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Epitafio algo tardío:
“Colaboró y se enriqueció con la dictadura. Desaparecida la dictadura, supo hacer de la oposición a ella un gigantesco negocio”.
Pasmo y admiración de los innumerables pequeños pícaros de la política y la empresa.