El declive político, económico y militar, poco perceptible en los dos primeros decenios del siglo y acelerado en los siguientes, hasta convertirse en plena decadencia, no se dio con la misma intensidad en el plano intelectual. La escuela de Salamanca perdió creatividad, si bien daría un teólogo como el cacereño Pedro de Godoy, autor de comentarios sobre Tomás de Aquino. La sensación de decadencia originó un pensamiento político bien representado por Pedro Saavedra y Fajardo, viajero por Europa y embajador de Felipe IV, además de crítico literario y autor de Idea de un príncipe político cristiano, opuesto al de Maquiavelo, si bien coincide con él en proponer como modelo a Fernando el Católico, visto desde una perspectiva distinta. Entre otras cosas, defiende el equilibrio presupuestario y la reducción del gasto público, por cuanto considera al poder loco e insaciable económicamente. El libro fue traducido a varios idiomas europeos. Pero en el plano artístico y literario no existe decadencia alguna, sino el apogeo del Siglo de oro. Valga aquí la muestra de tres figuras, nacidas justamente al comenzar el XVII: Velázquez en 1599, Gracián en 1601 y Calderón de la Barca en 1600.
El sevillano Velázquez vivió 61 años. Aspirando a hacerse noble (caballero de la Orden de Santiago) solo pudo lograrlo por dispensa papal e interés del rey en honrarlo, pues la investigación sobre sus orígenes indicaba que era plebeyo por parte de ambos padres. En Sevilla existía una brillante escuela de pintura, y, tras sus primeros estudios, Velázquez entró un año en el taller del anti italianizante Francisco Herrera, y muy pronto en el de Francisco Pacheco, generalmente considerado peor práctico que teórico (escribió un libro sobre el arte). Ya en Sevilla, Velázquez se labró una reputación, y con 23 años marchó a Madrid, donde seguiría su magnífica carrera artística.
Lo que Cervantes es a la literatura viene a serlo Velázquez a la pintura, en el sentido de ser las primeras figuras de España en su época y estar entre las máximas de la humanidad. En cambio sus biografías no podrían ser más distintas. La de Velázquez, afortunada y muy poco agitada, apenas registra pequeños contratiempos por envidias. Su genio artístico fue muy pronto reconocido: con 28 años llegó a pintor de cámara de Felipe IV –gran aficionado a la pintura, como sus antecesores– tras ganar un concurso con el tema de la expulsión de los moriscos. Le benefició que Olivares mostrase predilección por paisanos suyos andaluces para ocupar cargos políticos y asimilados.
En 1629 viajó a Italia, donde permaneció un año y medio, para aprender de su pintura, tan apreciada y coleccionada en la corte de España. Volvería en 1649-51, comisionado para adquirir pinturas italianas. En Nápoles conoció al pintor valenciano José de Ribera, uno de los grandes del siglo, que vivió en Italia. Aunque solía firmar como "español", Ribera declaró: "Mi gran deseo es volver a España, pero hombres sabios me han dicho que allí se pierde el respeto a los artistas cuando están presentes, pues España es madre amantísima para los forasteros y madrastra cruel para sus hijos». Esto no podía decirse de Velázquez, que no cesó de prosperar en la corte, pintando numerosos cuadros que figuran entre los más conocidos de la historia del arte.
Si la carrera profesional de Velázquez es bien conocida, no así la privada, que parece haber sido tan regular y ordenada como la artística. Se casó con Juana Pacheco, hija de su primer maestro Francisco, teniendo él 19 años y ella 16, con quien tuvo dos hijas, una muerta en la infancia. No parece haber tenido amantes ni hijos ilegítimos, salvo una y otro que se le suponen en Italia, en relación posible con su único desnudo femenino, La Venus del espejo. Por su biblioteca se sabe que, aparte de las artes plásticas, tenía afición a las ciencias (matemáticas, geometría, anatomía, mecánica). En 1660 acompañó a la infanta María Teresa a la frontera, donde debía encontrarse con Luis XIV, su futuro esposo. A la vuelta enfermó, al parecer de viruela y murió en Madrid ese mismo año. Su mujer, Juana, le siguió a la tumba pocos días después.
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**** Un sacerdote, Antonio Hortelano, "que confiesa haber sido espía para el Vaticano y el Mossad" (¡toma ya!) dice: "ETA la fundó la Iglesia". Solo esta frase es ya todo un certificado de necedad.
**** El pensamiento simplón:
Arenas ha promovido, entre otras cosas, el "hecho nacional andaluz" y los homenajes al necio Blas Infante. Eso basta para definir políticamente al personaje, dispuesto a vender el derecho de primogenitura (de otros, de España) por un plato de lentejas (para él). Para explicar y criticar la conducta de este personaje, ¿necesito pensar que pertenece a la masonería o al sionismo? ¿O que está manejado por los "servicios secretos"? En absoluto. Pudiera ser un masón oculto, pero lo que cuenta es su acción real y constatable como político. Sin embargo el pensamiento simplón no se contenta con tan poca cosa y se resiste a analizar las evidencias –esto es muy pesado, y a menudo lleva a conclusiones poco agradables–: necesita crer en algún centro demoníaco casi omnipotente. Es un modo de pensar singularmente estúpido, pero muy difundido a derecha e izquierda: tiene la ventaja de que lo explica todo sin necesidad de probar nada, y da la satisfacción psicológica de creerse al tanto de terribles secretos que los demás, pobres, ni vislumbran. Hace tiempo la izquierda solía achacar todos los males a la todopoderosa CIA, siempre detrás de cualquier movimiento "reaccionario" o de cualquier "desviacionismo" en las filas marxistas. Este tipo de pensamiento gira en círculos: no puede probar lo que dice, pero afirma que es natural, porque se trata de entes muy secretos que, claro, no van a difundir sus misterios así como así, pero ellos, los enterados, perciben sus efectos por todas partes. El MAL está centralizado. Un paso más y se encontrará en alguna persona determinada.
**** Una especialidad de la chusma política ha sido, durante casi todos los treinta años pasados, negar que estuvieran en negocios con la ETA, cuando sí lo estaba, como la propia ETA demostraba de cuando en cuando. La ETA decía la verdad y los politicastros mentían a la opinión pública, sin que nunca fueran a la cárcel por colaboración con banda armada. Siguen en ello. En la sociedad boyuna actual pueden repetir el mismo juego hasta la náusea y siempre les dará resultado.
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Hoy, en El economista
FALLOS DE ANÁLISIS
Por alguna razón inexplicable, los análisis sobre la ETA suelen prescindir de datos tan esenciales como las concomitancias entre ella y el PSOE, o del mismo historial de este. Los socialistas practicaron abundantemente el terrorismo en la república, contribuyendo a hundirla, algunos participaron en el maquis, apoyaron moral y propagandísticamente a la ETA bajo el franquismo, crearon el GAL... No es que el PSOE sea hoy propiamente un grupo terrorista, pero sus afinidades ideológicas con la ETA son clamorosas, y ningún análisis serio puede pasarlas por alto.
El gobierno y la ETA comparten, para empezar, un ferviente antifranquismo, lo que les lleva a detestar la transición realizada por reforma y no por la ruptura que ambos ansiaban; a detestar, por tanto, la democracia salida de ella. Los dos se llaman socialistas, simpatizan con las tiranías de izquierda, son muy feministas, atacan a la Iglesia, la ETA odia a España y al PSOE le es indiferente, van contra el "imperialismo", achacan la culpa del 11-m a Aznar, y así otros puntos nada anecdóticos. Hay, pues, una muy amplia base para el diálogo entre ellos, que persiste a pesar de ratos de enfado como los actuales, algo que pasa en las mejores familias.
Sin atender a estos puntos no se entenderá nada del actual problema terrorista. El "proceso de paz", de momento suspendido, ha dejado ya su balance: estatutos que reducen a residual la unidad de España, como vino a confesar Maragall, falsificación del pasado reciente y recuperación de muchos odios olvidados, auge de los separatismos, neutralización de la AVT, división y socavamiento del poder judicial, acoso a los comunicadores incómodos, etc. La estrategia del gobierno se condensa en un punto: transformación del Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo en Pacto con los terroristas y separatistas contra las libertades, la Constitución y la unidad de España.
**** Ares: "No hay posibilidad de un final dialogado con ETA"
Nunca lo hubo: siempre se trató de hundir la la constitución y el estado de derecho en beneficio de los asesinos. Llamar "diálogo" a ese auténtico crimen es una muestra más de la perversión del lenguaje.