Los expertos en política, elecciones, etc., suelen equivocar sus predicciones más o menos en el 50% de los casos, lo que significa que aciertan por azar, generalmente a base de extrapolar toscamente al futuro las tendencias anteriores.
Según opinión extendida entre esos expertos, España “es” un país de centro izquierda, pues desde 1982 la izquierda ganó todas las elecciones menos una, y esta única victoria derechista, por solo un millón de votos, se debió sobre todo a la abstención. Por tanto, deducen los entendidos del PP, convienen campañas de “perfil bajo”, que no alarmen a la izquierda y favorezcan su abstención. Nada interesa menos a ese partido que la espontánea movilización social contra las fechorías antidemocráticas del gobierno aliado con separatistas y terroristas, y de ahí sus manejos por asfixiarla, fingiendo ponerse a su cabeza. Corren el riesgo de perder a cambio muchos de sus votos habituales, pero confían en que siempre habrá una masa suficiente dispuesta a dejarse traicionar.
Esta brillante teoría se ha enriquecido últimamente con el concepto “izquierda volátil”, nuevo nombre para una ultra izquierda que se siente decepcionada por algunas posturas del PSOE y tiende por ello a abstenerse: esa izquierda que supieron manipular y movilizar la SER y compañía cuando la matanza del 11-m. Por consiguiente, el PSOE y sus terminales mediáticas, al revés que el PP, radicalizan su discurso, a fin de atraerse a ese sector del cual depende, aseguran los expertos, la victoria electoral. El riesgo es que sectores moderados de las izquierdas se sientan a su vez desalentados.
Si atendemos a los hechos y dejamos de lado la palabrería, parece claro que el PP no considera importantes la unidad de España y la democracia, ambas en crisis hoy. No quiere decir que estén contra la unidad y la democracia, en realidad están a favor... siempre que su defensa no exija mucho sacrificio. Pero de lo que están incondicionalmente a favor es de ocupar los cargos políticos, y a ellos sí que están dispuestos a sacrificar lo que haga falta: después de todo, hay que ser realistas, la sociedad española “es” de centro izquierda, para ella España y las libertades no cuentan mucho, así que conviene adaptarse.
Lo que subyace a esta situación y expectativas es la pérdida de sustancia intelectual y moral tanto en el PSOE, por quiebra de sus doctrinas tradicionales, como en el PP, por renuncia a la lucha de las ideas. Queda la nuda y tosca lucha por el poder. El enmafiamiento, en fin, de los partidos.
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Iniciativas
Señor Moa:
Me parece muy interesante su exposición sobre la Gimnasia Española en el aspecto intelectual, y creo que con los textos de que usted habla podrían hacerse ejercicios muy variados para despertar la capacidad de observación y de crítica de los alumnos. Por ejemplo, proponer un texto con faltas de ortografía en palabras difíciles o dudosas, que el alumno debe descubrir a fin de dejar en claro esas dificultades típicas del idioma (se puede utilizar un diccionario de dificultades u otro parecido, para preparar esos ejercicios). También introducir en el texto algún pequeño disparate o discordancia que el alumno debe aprender a detectar.
F. L. S., maestro
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Hoy, en "El economista":
COMUNISTAS Y SOCIALISTAS
Pio Moa
Llama la atención la diferente conducta de comunistas y socialistas españoles durante los “años de hierro” de la posguerra, pese a compartir la misma doctrina básica, el marxismo.
Tras su derrota, los comunistas volvieron a la carga tratando de organizar guerrillas para reemprender la guerra civil. La Ley contra la memoria histórica los presenta como luchadores por la libertad, pero se trataba, inequívocamente, de la libertad de Stalin. Aun así debe admitirse que aquellas personas mostraban un temple y abnegación excepcionales, sabiendo que su destino probable era el paredón, como ocurrió a Quiñones, las Trece Rosas, Cristino García, etc. Por otra parte sería frívolo pensar que estaban destinados al fracaso, pues hacia el fin de la guerra mundial las circunstancias les favorecían en todos los aspectos… salvo el apoyo de la población, que nunca lograron y que determinó su derrota.
Por el contrario, los socialistas no opusieron resistencia digna de mención, y más bien se dedicaron en el exilio a disputarse las riquezas saqueadas por su partido durante la contienda civil. Este es un episodio aún mal conocido del gran público, como ya he observado en otras ocasiones, pero revelador en extremo. Negrín envió a Méjico parte de aquellos tesoros en el yate Vita, y el PNV y Prieto intentaron apropiarse de ellos, lográndolo finalmente Prieto, con la complicidad del presidente mejicano Cárdenas, hombre tan poco escrupuloso en estas cuestiones como los mismos Prieto, Negrín o el PNV. Aquel dinero permitía controlar a los dirigentes emigrados (la gente de a pie recibió poco o nada) y originó disputas e historias rocambolescas.
En verdad, el lema de los “cien años de honradez” solo pudo funcionar en un país como España, donde el recuerdo de la guerra se había desvanecido prácticamente. Como ahora lo quieren tergiversar, nada más oportuno que hacer memoria.
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Firma contra la falsificación histórica, en la columna de la derecha de LD, bajo la convocatoria a la manifestación de la AVT. El texto del manifiesto ha sido ligeramente retocado.