“El Gobierno y los partidos de los pactos del Tinell –para excluir al PP de la vida política– y Perpiñán –con ETA, para que atentase en cualquier parte de España, menos en Cataluña– celebran este martes el veinte aniversario del atentado de Hipercor, con 21 muertos”.
CELEBRAN, exactamente, esa es la palabra. Los cómplices de los asesinos se regodean, en un festival de hipocresía que revolvería las tripas a una sociedad un poco menos anestesiada. ¿Y nadie va a la celebración a cantarles cuatro verdades a esos canallas?
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Si en un atentado los implicados son confidentes o personas controladas por la policía, está claro que a quienes hay que investigar es a los policías. Puede haber habido negligencia… o algo más. Si no se sigue esa evidente línea de investigación ha de ser por una causa: la misma por la que los implicados son confidentes y controlados.
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“El PP avisa a Zapatero de que su política con ANV y NaBai no combate a ETA”
Linces, estos del PP, y risa la de Zapo. El PP empieza por ofrecer su colaboración “contra el terrorismo” al colaborador de la ETA… para luego declararse defraudado. Mientras tanto, el daño queda hecho. Demasiada estupidez para creerla tal. Porque el PP no engaña a Zapo. Engaña justamente a los ciudadanos. Los despista con palabras aparentemente buenas, mientras la fechoría se consuma. La consuman entre todos.
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“El 93 por ciento de los cines cierra en protesta por la obligación de proyectar películas españolas”
Por fin, un acto de resistencia a la pandilla corrupta. Lástima que sea tan parcial y solo por causa económica, pero a ver si aprenden otros. Algo hay que decir de los tiorros y las tiorras y sus leyes: no tienen el más remoto sentido patriótico. Se trata de obligarnos a pagar entre todos a sus repulsivos titiriteros, proetarras y admiradores de las tiranías. No les basta con subvencionarlos a costa del erario. Socialismo es corrupción, siempre lo fue. Especialmente en España.