Quizá deba dejar claro que soy realista y considero mi defensa del español una batalla perdida. Cuando señalo el desplazamiento del español por el inglés en la propia España y, en lugar de plantearse el problema y buscar alguna solución, la respuesta es que “el inglés es muy importante”, “te hace más culto”, y cosas por el estilo, u otros salen con gracietas memas o tonterías sobre las excelencias del español en esto o aquello, o la conveniencia de “hablarlo mejor”, o un optimismo iluso basado en que cientos de millones de personas hablan el idioma, entonces está claro que no hay nada que hacer. La producción cultural en inglés es simplemente apabullante, mientras que en español es escasa, en su mayor parte mala o mediocre, y encima cada vez más en inglés, y eso me parece que no hay quien lo remedie. Cuando uno ve a esos estúpidos padres ignorantes, de espíritu lacayo o llanito, sin conciencia de su propia cultura, despepitados por lo que llaman “enseñanza biligüe”, comprende que cualquier esfuerzo es inútil.
Si denuncio la situación es porque, a pesar de todo, alguien tiene que hacerlo, no porque espere una repercusión, y menos una repercusión inteligente y activa.
****--Atiende, idiota –dijo Jordi alzando la voz-- ¿Por qué me insistes con el español en Cataluña? ¿Por qué tendríamos que hablarlo, incluso estudiarlo? Vosotros mismos admitís que el inglés es necesario para todo, y cada vez más, guste o no guste. A nosotros nos gusta, porque además, ¿qué nos aporta hoy, culturalmente, el español? Cuatro curiosidades y otras tantas chorradas, basura mayormente. Estudiarlo es una pérdida de tiempo cuando vosotros mismos queréis bilingüizaros en inglés. Para nosotros sería mucho más útil, y una gran economía de esfuerzos, quedarnos con el catalán aquí y con el inglés para tratar con los de fuera, incluso con vosotros. Sois tan ineptos como pretenciosos, y encima queréis contagiarnos vuestra ineptitud. ¡A tomar viento fresco, tontines!
**** Los anglómanos creen que oponerse a ellos supone anglofobia. Supone solo anglomanofobia. En general, la preponderancia del inglés y de la cultura anglosajona han sido ganadas a pulso por Inglaterra y Usa. No son ninguna “trampa”. Pero nosotros tenemos --todavía-- nuestro propio idioma y cultura. Si renunciamos a ellos o los subordinamos, es solo responsabilidad nuestra.
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**** Blog, Lead: Una de las cosas para las que sirve el mercado es para medir la aceptación real de un profesional (cuya producción se hace, supuestamente, para el público); como escritor y ensayista el valor de mercado de Azaña, en vida, fue casi nulo; el de Horowitz, en vida, inmenso. Creo que no hay que caer en la divinización del mercado. Una cosa es el “valor de mercado” y otra el valor. El mercado, por ejemplo, da mucho más valor a Belén Esteban que a Gustavo Bueno, a cualquier estrella del fútbol que a Jon Juaristi, a la telebasura que a la tertulia de los catedráticos, a Iñaki Gabilondo en su día que a Jiménez Losantos… El valor de mercado de Hitler resultó mucho mayor que el de sus competidores y eso le permitió llegar al poder. Y así podríamos seguir.
****Blog, manuelp: creo que debe decirse Posad y Poselok, sin doble s. Los alemanes la escribían con doble ese, los rusos no, y además esa doblez sobra en español (como sobra en Sadam Husein --no Saddam Hussein). Los alemanes también escribían Wolchow, y muchos pronuncian Volchof (la ch alemana suena parecida a la j) y alguna vez he oído Uolchou, a la inglesa. Los rusos pronuncian Vóljaf, y, por no ser tan exquisitos, debiéramos pronunciar Vóljof. No hay por qué transcribir el ruso a través del alemán, del inglés o del francés, como ha sido tan frecuente cuando en España nadie sabía ruso.
La chusma política
****Caldera: "El Parlamento está compuesto de gente de clase media" De golfos y bergantes de clase media, mayormente.
**Rubalcaba defiende la inmersión e incita a la insumisión ¿Qué otra cosa podía hacer Freddy Faisán, servidor de la ETA? Pone como ejemplos del éxito de la inmersión a la Doctora Burrianes y al patético Montilla. Tan buenos ejemplos como él mismo de honradez.
**Así como los responsables de la ruina económica de España reciben suculentos premios, empleos y pensiones, así los terroristas se han visto recompensados a su vez con concesiones, propuestas de “paz”, cargos y dinero público, etc., convirtiendo el asesinato en un modo muy fructífero de hacer política.
**Gómez Bermúdez y Garzón, dos símbolos personales de la extrema degradación de la justicia en España.
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****Lectura bilingüe (español-inglés) del libro de Aquilino Duque Entreluces en el Instituto Internacional. Participan Aquilino Duque y Agnes Moncy, de la Temple University,
El miércoles, 28 de septiembre, a las 19,30 en el Instituto Internacional, Miguel ángel 8, Madrid 28010, Tel 913 081 675
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Estado de la cuestión
****¿Dejará alguna vez nuestro socialismo de ser sucialismo?
Se ha celebrado, en Castuera, el sábado 17, con notable asistencia de participantes y de público, la I Jornada de Historia “Política y Propaganda en retaguardia republicana. Extremadura (1936-139)”.
Los asistentes disfrutaron de un recorrido de arqueología de la Guerra Civil, abierto a quién quisiera incorporarse, por enclaves del pueblo y fortificaciones del frente, de la mano de un experto del Colectivo Guadarrama, Rafael Moreno, para quién estos restos son un patrimonio común que hay que defender por encima de los bandos que allí se enfrentaron.
José Javier Esparza, periodista e historiador del Grupo Intereconomía, ofreció una conferencia sobre “Represión en Extremadura republicana en el contexto de la revolución y la guerra”. Analizó el triste episodio de la persecución sistemática de los rivales políticos, en especial a partir del gobierno de Largo Caballero, “el Lenin español”, y que ocasionó 97 víctimas entre los vecinos de Castuera.
Se trataba de una reunión de amigos, historiadores y aficionados del Foro Historia en Libertad, pero una moción del grupo local socialista, que pedía al alcalde de Castuera, Paolo Atalaya, (PP) que no cediera ningún espacio municipal para el evento ni siquiera el acceso al Cementerio, le ha dado más eco mediático del esperado.
Para Luis Pelegrí, uno de los organizadores, “La iniciativa del ex alcalde socialista es un ejercicio de censura previa, propio más de la política de hace 75 años que de hoy día, fuera de lugar, ya que, además de los derechos que ampara la Constitución, se trataba de una acto particular, expresión de la sociedad civil, que no dependía ni de instituciones ni de subvenciones públicas”.
Castuera, 17 de septiembre de 2011
historiaenlibertad@hotmail.es
****Preferencias ideológicas aparte, lo que dice el señor Flores es cierto:
LAS OBSESIONES DE ANSÓN
Conforme pasan los años, las obsesiones de don Luis María parecen fosilizarse. Hemos leído uno de sus artículos en “Primera Palabra”, del suplemento cultural de “El Mundo”, un raro y despendolado elogio del director de cine español Vicente Aranda que, de hacer caso del obseso, sería poco menos que una gloria, no ya del actual pobre cine “nacional” (con perdón, diría Vizcaíno Casas), sino del universal.
Nosotros vimos personalmente actuar a esta presunta maravilla en el rodaje de una de sus impresentables películas, cuyo nombre hemos piadosamente olvidado. Se rodaba en el vestíbulo de un hotel de la Avenida Vía Augusta de Barcelona, y era estrella de la cosa nada menos que Capucine, que estaba muy de moda por aquellas fechas. El director, quebrado por alguna razón, dirigía el rodaje tumbado en una camilla. Lo que vimos y oímos nos disgustó tanto, que renunciamos a presenciar nada y nos marchamos con viento fresco. Y es que don Vicente, en unas muestras de deplorable educación, gritaba, bramaba e insultaba con tal desparpajo que nos animó a la retirada. Éste fue el primer contacto con el personaje, el segundo, su película “Fata Morgana”, bodrio de tal calibre que me prometí no sufrir semejante tormento en el futuro y, antes de entrar en un cine, voy con las suficientes garantías para no pasar por el trance de la infame “Morgana”.
No he vuelto a ver película alguna de Vicente Aranda, quizá porque sea yo de esa “derecha” que no va al cine español, como asegura el elogiado por Ansón. A veces he entrevisto por la televisión alguno de sus productos y mis convicciones contra tal cine se reafirman. Incluso llegué a tener esperanzas en “Juana la Loca”, pero la torpe interpretación, la forma vulgar de mover el director a los intérpretes y la sectaria y estúpida desaparición del escudo de los Reyes Católicos, me quitaron la leve tentación. Y estoy hablando mas de Vicente que de Luis María, y esto hay que solucionarlo.
Ha escrito el director de cine que a la “derecha” no va a ver el cine español, a lo que su admirado Ansón ha respondido que se equivoca, que a quien lo le gusta es a la “ultraderecha”, sorprendente comentario que, de ser verdad, vendría a demostrar que la “ultraderecha” (“…la antigua derecha franquista y sus sucesores…”) no son cuatro gatos nostálgicos sino algo así como diez o doce millones de españoles, que son los que renuncian a estos bodrios “made in Spain”. Pero lo más sorprendente de este don Luis María es lo que dice a continuación: “La derecha española representada por Gil Robles se mantuvo en el exilio tras la guerra incivil (sic), igual que la izquierda española representada por Indalecio Prieto. Aun más, en 1947 la derecha española y la izquierda socialista firmaron el pacto de San Juan de Luz que convirtió a Indalecio Prieto en el primer Presidente del Gobierno de la eventual monarquía de Don Juan que fue el gran exiliado de la dictadura franquista a la que hizo frente durante cuatro décadas”.
Ignoro la razón por la que don Luis María Ansón cree que los españoles carecemos, no sólo de memoria, sino que somos además idiotas de nacimiento. El diario ABC, monárquico, cooperó de forma esencial a la guerra que él llama estúpida y oportunamente “incivil”, y sus dineros sirvieron para la compra del “Dragón Rapide” que llevaría a Franco a Tetuán. Su amado don Juan, al que tan mal sirvió este espeso periodista, se ofreció dos veces al Generalísimo Franco para combatir en el bando nacional, pero éste lo rechazó en ambas ocasiones porque “no quería que formara parte ni de los vencedores ni de los vencidos”, como así lo declaró a ABC de Sevilla en agosto de 1938. Y don Juan (obsérvese la fecha, bastante posterior al 1947) quiso conceder a Franco el “Toisón de Oro” que éste rechazó amablemente, informando al infante sobre las características de esta Orden y sobre quién tenía el derecho a otorgarla. Y con motivo de los 25 Años de Paz, Franco recibió una cálida felicitación del Infante don Juan ¿Es que no lo sabía el fosilizado Ansón?
Pero donde riza el rizo de lo asombroso es cuando cita a Prieto. Antes menciona a Gil Robles que, desde Lisboa, enviaría al bando nacional un millón de pesetas, para después embobarse Ansón ante Prieto al que querría haber visto de presidente del primer gobierno de “Su Majestad”. Este admirado Prieto es el que se sublevaría contra la república en 1934 para meternos en el universo marxista (no ya monárquico, ni siquiera del “democrático” Frente Popular), aunque a toro pasado se arrepentiría (fácil, una vez fracasado…); en julio de 1936, sus escoltas asesinarían a Calvo Sotelo, escoltas a los que él luego protegió para que no fueran juzgados. Durante la guerra creó el SIM, del que dependieron las terroríficas “chekas”. Al final de la guerra se quiso apoderar de los tesoros del yate “Vita”, donde iban ingentes (sí, ingentes) tesoros robados y clasificados por aquel organismo que tenía el gracioso nombre de “Caja de Reparaciones”, en el que iba almacenado lo saqueado en Bancos, iglesias, laboratorios, bibliotecas, Montes de Piedad, domicilios privados etc. En dura pugna de truhanes con Negrín, venció Prieto.
Pues esta joya iba a ser, según el optimista Ansón, aquel primer ministro “monárquico”. De menuda se libró don Juan, personaje que, siendo posiblemente un patriota, no dio muestras de gran inteligencia al rodearse de tales personajes como Ansón, pero que sabía que en aquella guerra nadie había luchado ni a favor ni en contra de la monarquía. Cosa que, al parecer, don Luis María todavía no se ha enterado.
Y lo recordaremos una vez más. No olvidaremos nunca la actitud del infante don Juan después del brutal asalto a un tren de repatriados españoles en la estación francesa de Chamberí, donde rojos franceses y españoles cometieron aquella vileza que hoy ni se quiere recordar. Regresado el tren a Suiza, el infante don Juan visitó y atendió en los hospitales a aquellas víctimas inocentes, víctimas de las tribus marxistas que también eran de don Indalecio el “primer presidente de “Su Majestad”.
Jesús Flores Thies, Coronel de artillería retirado.
** Falta, quizá, el relato que hace Anson en su Don Juan sobre la provocación montada por los servicios secretos useños con el entorno del pretendiente para utilizar el maquis de pretexto para provocar una invasión de España e instalar a Don Juan en el trono. Esto es técnicamente alta traición.
****El relato de Carlos Carnicero, tan progre y malintencionado como solía SER:
Mi despido de la SER no es el problema: es sólo un pequeñísimo síntoma de cómo está España. Es una pequeña consecuencia de un gran problema. Lo que me ocurra a mi en mi en relación con el ejercicio de mi profesión es un asunto privado. Lo que pase con la libertad de circulación de la palabra, es un asunto público.
Por cumplir mi compromiso de transparencia, citaré brevemente lo ocurrido. Desde hace aproximadamente tres semanas, tenía una cita con el nuevo director de informativos de la Cadena Ser , Antonio Hernández Rodicio. La cita se aplazó del 7 al 18 de Julio por mi retraso en llegar a Madrid desde una estadía relativamente prolongada en Argentina. Se
celebró en una cafetería de la Gran Vía de Madrid. Le pregunté por su familia, porque se está trasladando a Madrid. Él y yo no nos conocíamos. Fue al grano. Me dijo que lamentaba que nos conociéramos en esas circunstancias. Me dijo que la Cadena Ser, en la próxima temporada, no iba a contar conmigo. Le pregunté tranquilamente el motivo. Me dijo que iban a hacer una renovación de contertulios. ¿Después de 17 años, me echáis porque vais a hacer una renovación? Le pregunté directamente si mi despido tenía que ver con la campaña electoral de Rubalcaba, a quien tanto quiere y tanto apoya el Grupo PRISA. “¿Cómo puedes pensar eso?”, me dijo.
Le dije a Antonio Hernández Rodicio que si no me iba a decir la verdad, no teníamos nada más que hablar. Lo que tuvieran que decir, lo dirían mis abogados.
Y así terminó la reunión sobre mi despido. Me dio tiempo a dar un sorbo de mi botella de agua mineral con gas. Eran las doce cuarenta y cinco del mediodía y hacía mucho calor en la calle. Dos horas después almorzaba en la Gran Pulpería , en el centro de Pozuelo, con un buen amigo al que hacía mucho tiempo que no veía. Sonó el teléfono y era el móvil personal de Alfredo Pérez Rubalcaba. El candidato socialista me informó que le había llamado el director de informativos de la SER para comunicarle la versión que yo le había
verbalizado sobre mi despido. El candidato me dijo que él no había tenido nada que ver con mi salida de la SER. Y que bastantes problemas tenía ya. Me dio sus condolencias y me dijo que sabía que podía contar con él.
Le mostré mi extrañeza porque el director de informativos de la Cadena Ser le llamara para informarle de los detalles de una conversación que había tenido conmigo para despedirme. Nada más.
Ayer me tocaba tertulia en la SER por la noche. Llamé a la emisora para preguntar si había alguna alteración sobre los planes. Marçal Serrats, el productor me confirmó mi presencia en el programa. Una hora más tarde, la misma persona me llamó para decirme que por fin
no tenía que ir a la radio ayer. Llamé a Antonio Hernández Rodicio. Le dije directamente que no podía entender su dependencia de Rubalcaba y su falta de profesionalidad
para informar al candidato del PSOE y ex vicepresidente del Gobierno de los detalles de mi despido y de mis referencias hacia la persona de Rubalcaba. No supo que decir. Balbuceó unas frases, me dijo que no le había permitido expresarse y me confirmó que ya nunca más iría a ningún programa de la SER: ni a la Ventana ni a Hora 25.
Por la noche me llamó otra vez Rubalcaba para pedirme que no hiciera pública la llamada que me había hecho a las tres y media de la tarde, pues podia tener serios problemas. Tambien me dijo, que no volviera a nombrarlo para nada en lo sucesivo, pues tengo metodos y modos para que no salgas mas en la SER e incluso para hacerte desaparecer. Me colgó.
He decidido que no me voy a callar nada. Me imagino que tanto Alfredo Pérez Rubalcaba como Antonio Hernández Rodicio saben cómo quedan retratados en este relato. No puedo hacer nada mas que relatar lo que ha ocurrido, espero no desaparecer por contarlo, pero creo que tengo que contarlo, que todo el mundo sepa como estamos, como en Cuba o Venezuela. No tengo nada más que contar. Esa es la forma y el fondo en que la Cadena Ser me ha despedido después de 17 años continuos en antena. Carlos Carnicero