**** (Manuelp): En mi ensayo de ayer considero la civilización propiamente europea (eurooccidental) como posterior a la caída de Roma. Claro que los principales elementos constitutivos, el griego, el latino y el cristiano (no "judeocristiano", expresión indebidamente afortunada) proceden de mucho antes, pero la formación y asentamiento de la civilización europea es muy posterior y esos elementos no obraron por igual. Grecia no fue propiamente europea, pues su ámbito de difusión fueron las tres riberas del Mediterráneo oriental y el Oriente próximo, aunque secundariamente llegara hasta Iberia e India. Y Roma fue una civilización mediterránea, no solo europea.
Opino que en el desarrollo de Europa hasta el siglo XVI podemos distinguir tres edades: la grecolatina, desde la II Guerra púnica hasta la caída de Roma; pues fue a través de Roma como se difundió en el occidente mediterráneo la cultura griega; no incluyo el cristianismo porque este solo se hizo dominante en las postrimerías del Imperio (excluyo su continuidad bizantina). Una segunda edad, de formación de la civilización europea, se extiende entre la caída de Roma y el siglo XI, obra ante todo de la Iglesia cristiana, a través de la cual jugaron, muy adaptadas, la herencia latina y secundariamente la griega; todo ello en circunstancias muy arduas, que pudieron llevar al colapso a esta naciente civilización. Desde el siglo XI hasta finales del XV encontramos la edad de asentamiento de Europa occidental, que coincide, entre otras cosas, con una mayor disponibilidad de textos griegos, a través de los árabes.
Son cosas discutibles. Obviamente, no me guío por la periodización en Edad Antigua, Media, Moderna y Contemporánea... tan inadecuada en concepción y nomenclatura.
**** Lead, cita a algunos antropólogos: Entendiendo por cultura la definición antropológica de la misma, es decir, la respuesta de un grupo humano al reto por la supervivencia que le plantean las condiciones ambientales que le rodean. Yo no lo veo así. La religión, el arte, la filosofía y tantos otros aspectos básicos de la cultura, no son respuestas "al reto de la supervivencia en las condiciones ambientales". La religión sería además, de acuerdo con tendencias ciencistas muy en boga, una pésima respuesta. Lo es la técnica, pero nada más.
La cultura se desarrolla cuando la cantidad de energía de que dispone el hombre por cabeza y año se acrecienta; o en la medida en que aumenta la eficacia de los medios tecnológicos para aplicar esta energía al trabajo; o al incrementarse ambos factores simultáneamente". Lo dudo mucho. Hace días expuse el caso de las culturas griega y judía, de influencia incomparable en Occidente, surgidas de pueblos muy pequeños y en un medio muy difícil, que ni destacaron por "la cantidad de energía", ni por "la eficacia de los medios tecnológicos", comparados con otras muchas culturas. Otro ejemplo: la creatividad cultural española durante la república –acumulaba tres importantes generaciones intelectuales desde principios de siglo– era muy superior a la actual, que en cambio le es inmensamente superior energéticamente. El aumento del consumo energético de ningún modo aumenta la cultura, aunque influye en ella de modo muy desigual y difícil de concretar o medir. ¡Quizá esos antropólogos solo buscan con sus lucubraciones aumentar su "consumo energético", es decir, sus ingresos! Y como muchos lo logran, lo ven como prueba de la corrección de sus tesis.
White considere que la civilización en sentido estricto comience con la máquina de vapor de Watt (hacia 1750) ¡Hombre! Si definimos la civilización por la máquina de Watt, entonces hay que darle la razón, como a Pero Grullo. Afortunadamente no es obligatorio creer que la civilización consista en eso.
"Un sistema social puede condicionar de tal manera el funcionamiento de un sistema tecnológico que imponga un límite a la extensión en que tiene posibilidad de expandirse o desarrollarse. Cuando esto ocurre la evolución cultural cesa". Eso es exactamente lo que ocurrió en la Unión Soviética, y, de ahí, su colapso. Nada más lejos de la realidad. El desarrollo tecnológico de la URSS fue impresionante. Solo Usa fue capaz de superarla, quedándose atrás a veces, como en las primeras etapas de la conquista del espacio. Lo que falló fue el sistema económico, condicionado por la ausencia de libertades, cosa esta muy poco "tecnológica".
Tales concepciones suponen que el objetivo de la cultura (del hombre) consiste en consumir más y más energía por medio de la técnica, concepción bárbara donde las haya. Es una versión bastante bruta, a mi juicio, del marxismo. Y como este, la antropología ha producido una inmensa cantidad de naderías, aunque muchos de sus materiales puedan ser reutilizados como material de derribo a veces muy valioso.
**** Un blog siempre interesante: http://sebastianurbina.blogspot.com/ Me sorprende que tenga pocos comentarios.
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Hoy, en El economista:
MONTESQUIEU Y LA CORRUPCIÓN
El PSOE tiene, entre otros rasgos definitorios, dos sobresalientes: su corrupción y su aversión a Montesquieu. El primero se ha revelado a plenitud cada vez que ese partido tocó poder, ya en la república, y sobre todo en la guerra civil, cuando pudo negociar con las reservas financieras del Banco de España. Los negocios oscuros alcanzaron entonces sus mayores cotas, completados con el saqueo (y a menudo destrucción) del tesoro artístico e histórico nacional. Se llevaron hasta las monedas antiguas de oro y plata del Museo Arqueológico de Madrid, hasta las alhajas depositadas en los montes de piedad. Conviene recordarlo, porque no son hechos aislados, y el propio Rodríguez ha recordado que el PSOE mantiene su tradición sin cambios.
En cuanto a su odio a Montesquieu, está implícito en toda su tradición y se encargó de explicitarlo Alfonso Guerra ("Montesquieu ha muerto"), el estadista dedicado a dejar a España "que no la va a reconocer ni la madre que la parió". Si bien se mira, corrupción y destrozo de la separación de poderes (eso significa la muerte de Montesquieu) marchan juntos, pues un poder judicial independiente supone un muy serio peligro para un ejecutivo sin escrúpulos y siempre dispuesto a extralimitarse "por bien del pueblo". Guerra ya habló en ese sentido cuando su partido organizó el gigantesco, ilegal y antidemocrático expolio de Rumasa, la madre de todas las corrupciones, como acertó a decir un político, comunista si mal no recuerdo.
Y aquí tenemos de nuevo al gobierno Rodríguez al descubierto con la cacería del ministro de Justicia, qué sarcasmo, y un juez siempre dispuesto a fechorías judiciales como la de los "genocidios franquistas" y "los niños robados", mientras ponían en marcha la trama contra el PP (otra cosa es que también haya, o no, una trama del PP). ¿A quién cazaban el juez y su ministro, o viceversa? A Montesquieu.