("La involución permanente", en el programa de Luis del Pino en Es Radio, será mañana, domingo)
Anglómanos
Es ciertamente admirable el tesón, la habilidad y el esfuerzo que dedican los anglosajones a extender su idioma y su cultura. Por lo mismo no es nada admirable, más bien lo contrario, la torpeza, el servilismo y la necedad de los anglómanos hispanos que, sin cobrar un duro por ello, se convierten en servidores de aquellos para desplazar y desacreditar el español. Pues esto es justamente lo que hacen. Es obvio que con su actitud se creen un poquito ingleses o partícipes de su cultura que, abierta u ocultamente, consideran superior. Pero por eso mismo es difícil imaginar nada más alejado de un inglés que estos cantamañanas. De su grave necedad da idea clara el hecho de que a denunciar la situación y defender nuestra cultura lo llamen “anglofobia”.
Antifranquistas
El antifranquismo es hoy solo una cobertura para atacar a España, a la democracia, a la Constitución, y para difundir la triple corrupción intelectual, económica y sexual, en términos más populares, la cultura de la trola, el choriceo y el puterío. Los antifranquistas son muchos, desde De Juana Chaos a Zapo, desde Carrillo a Rubalcaba, desde los que acaban de agredir a Rosa Díez hasta Rajoy, desde Cebrián a los “rojos” de Público… Hay muchísimos, en vivo contraste con lo que ocurría cuando vivía Franco.
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****Blog, Criti : el caso de Nacho Uriarte es realmente anecdótico, dentro de la creciente corrupción de los señoritos del PP. Muy significativo, pero anecdótico, pues la cosa tiene mucho más fondo. El individuo cultiva, si os fijáis un parecido con el Che Guevara, que ya es indicativa de una indudable niñatería. Ha recomendado a los jóvenes no conducir bebidos. Este es el PP del futurista, la nena angloparlanete y la economía lo es todo. La economía de Gürtel, posiblemente.
****Un amigo me ha enviado otra propuesta de manifiesto sobre el Valle de los Caídos:
1) Es falso que, como viene repitiendo cierta propaganda, el Valle de los Caídos fuera construído por “20.000 presos políticos” en condiciones de esclavitud o trabajos forzados. A lo largo de los años 40 –es decir, durante la primera mitad de los casi veinte años que duró la construcción-, en turnos de nunca más de 700 a un tiempo, trabajaron allí, en total, unos 2.500 reclusos, entre comunes y “políticos”, con predominio de los primeros desde 1946. Todos los presos, “políticos” y comunes, que trabajaron en el Valle se habían ofrecido voluntarios, debido a que podían beneficiarse de la llamada “redención de penas por el trabajo” –hasta seis días de condena por día trabajado- y recibían una retribución. Muchos de los “presos políticos” decidieron voluntariamente quedarse allí a trabajar una vez cumplida su condena, lo que no parece indicar condiciones de esclavitud, terror, ni nada parecido. A partir de comienzos de los años 50 dejó de haber presos, “políticos” o comunes, y la totalidad de los trabajadores fue ya, hasta terminar la construcción, personal libre.
2) Es cierto que, originalmente, el monumento fue concebido por Franco como recuerdo y homenaje sólo a los muertos del bando “nacional”. Pero con el paso del tiempo eso fue cambiando, para convertirlo en un símbolo de reconciliación y paz. Esto es lo que indican diferentes testimonios, el depósito de los restos de muertos de ambos bandos y las decisiones que se adoptaron sobre la decoración de la basílica, en la que se evitaron, con el acuerdo expreso de Franco, los motivos o símbolos políticos y militares referidos a la guerra civil. Esto sólo quieren ignorarlo aquellos que, utilizando lo que Julián Besteiro llamó un “Himalaya de mentiras”, fomentan el odio entre españoles y se dedican a crear indignaciones impostadas y a preparar el terreno para cualquier tropelía.
3) Hoy, setenta años después del fin de la guerra civil, cincuenta años después de su inauguración y treinta y cinco años después de la muerte de Franco (hemos vivido ya igual tiempo en democracia que el que duró la dictadura de Franco), la inmensa mayoría de los españoles no ven en el Valle de los Caídos una conmemoración o un símbolo del triunfo del bando franquista en la guerra civil, o del régimen político franquista. Ven, más bien, usando las famosas palabras de Azaña en 1938, un impresionante memorial dedicado a la paz, al perdón y a la reconciliación entre los españoles. El falseamiento de la historia de su construcción, unido al deseo de darle un significado que, en todo caso, es obvio que ya no tiene, sólo puede entenderse como parte de una desdichada tradición de barbarie, de ataques y destrucciones de carácter sectario contra el patrimonio artístico, al estilo de los cometidos durante los años de la II República y de la guerra civil.
4) Como tantos otros testimonios de nuestra historia, como el cercano monasterio de El Escorial, el Valle de los Caídos es patrimonio de todos los españoles. Es uno de los monumentos más grandiosos, armónicos y mejor integrados en su entorno natural que se hayan construido en el siglo XX en Europa y, posiblemente, en cualquier país del mundo.
5) Los abajo firmantes queremos alertar a la sociedad española ante lo que podría ser un nuevo y muy grave atentado contra nuestra historia y nuestro patrimonio común. Hoy, el significado político y moral del Valle de los Caídos es el que la mayoría de los españoles le dan, no el que algunos quieren imponernos en sus delirios sectarios. Pedimos a S.M. el Rey, a las altas instituciones del Estado, a las instituciones académicas, a los partidos políticos y a las organizaciones de la sociedad civil que hagan llegar al gobierno su exigencia de que el conjunto monumental del Valle de los Caídos se mantenga y proteja con el mayor cuidado, como lo que es y lo que debe seguir siendo: un impresionante memorial en defensa de la paz y el respeto entre los españoles.