Juan José Calaza: "Sí, es ya hasta demasiado claro que tenéis, que tenemos razón, que el gobierno está perpetrando verdaderos desmanes y arruinando la democracia, etc. Pero de tanto tener razón vamos a pudrirnos en ella, y entre el gobierno y los separatistas van a arrasarnos, eso sí, con toda la razón de nuestra parte. La cuestión es qué hacer, pasar a un nivel superior al del simple discurso".
Algunos ven la solución en prepararse para las elecciones del 2008 y votar al PP. Sin embargo no existe la menor seguridad de que el PP vaya a ganar las elecciones, vista su asombrosa flojera y torpeza. Y si las ganase, no hay la menor seguridad de que diera marcha atrás a las fechorías del gobierno Zapo. Sería suicida supeditar los intereses ciudadanos a las aspiraciones de poder de un PP precisado de una urgente regeneración interna.
¿Pasar a la violencia, entonces? Cuando el gobierno rompe las reglas del juego, cuando no solo legaliza el asesinato como forma de hacer política, sino que lo premia ofreciendo a los asesinos la liquidación de la Constitución y del estado de derecho, obviamente abre paso a la violencia y se priva de cualquier autoridad moral para condenar la que pudiera ejercerse contra él.
Sin embargo eso es una cosa, y otra que la violencia fuera una buena salida y no condujera a la descomposición social. Si el gobierno puede obrar como obra sin una reacción ciudadana suficiente –por ahora–, se debe no sólo a que domina el aparato del estado y los medios de masas. Se debe a que una gran masa de ciudadanos ha sufrido una prolongada "deseducación democrática", la cual no corrigió el PP, en absoluto, cuando tuvo el poder. Muchos reducen la democracia a los votos, y creen que con ellos en la mano se puede infringir la ley o cometer cualquier felonía contra la unidad de España y las libertades. Han sido muchos años de corrupción intelectual, madre de las demás corrupciones, y en ellos ha crecido la España de la falsificación histórica, de la telebasura, del botellón, del pacifismo pro terrorista o pro islámico…
No se trata de esperar a que la gente se eduque, sino de combinar la movilización con la aclaración de ideas básicas. En palabras de Odiseus: informar, organizar y movilizar. Todo al mismo tiempo. Cada uno tiene ahí su tarea, y debemos ser capaces de cumplirla. En otro caso, dejémonos al menos de lamentos irrisorios, indecentes en su futilidad.