Comentaba con alguien el caráctrer fraudulento de muchas de las elecciones de la Restauración, en particular en las zonas agrícolas (pero también en las ciudades hacían trampas todos los partidos), donde la gente apenas tenía interés en la política y los caciques compraban los votos, incluso se los daban ya hechos a los votantes a la puerta de los colegios electorales. Según una anécdota, real o no, uno de esos votantes quiso abrir su voto para enterarse de a quién iba a ir, y el cacique le reconvino: “Eso no puedes hacerlo, ¿no sabes que el voto es secreto?”. En cambio, ahora la gente vota a personajillos como el Zapo, Freddy Faisán, la Doctora Rubianes o diversos señoritos de la nena angloparlante y la economía lo es todo. El avance, vista la miseria de nuestra casta política, no es como para tirar cohetes.
¿Por qué vota la gente? No por los programas de los partidos, que casi nadie ha leído. No por los partidos mismos, cuya verdadera historia y estructura casi nadie conoce (casi nadie votaría al PSOE si conociera su historia). Vota, en principio, siguiendo las informaciones y manipulaciones de los medios de masas, por lo que la televisión puede ser decisiva, pero a menudo deja de serlo: no impidió el triunfo del PSOE en 1982, ni el de Aznar en 1996, ni el de Zapo en 2004. Vota, también, por la supuesta personalidad de los líderes, pues no por nada las campañas se hacen con la efigie de ellos en primer lugar, junto con alguna frasecilla sugestiva pero sin verdadera sustancia. Muchos votantes se guían por beneficios particulares que les hacen los partidos a costa del erario, eso se percibe muy bien en Andalucía, por ejemplo, aunque el erario no da para sobornar a todo el mundo, lógicamente. En la motivación del voto entran muchos factores cambiantes y enrevesados, aunque, en general, la “imagen” del candidato y su capacidad de razonar –más frecuentemente su simple labia demagógica—juegan un papel importante.
Me referiré a esto último: ¿qué sabe el votante de los candidatos? Generalmente poquísimo. Por ello he propuesto –en vano, naturalmente— que algún periodista serio – seguro que los hay-- y enterado, publicara antes de las elecciones unas semblanzas detalladas con los méritos y deméritos de los líderes partidistas. Esto informaría bastante al electorado y mejoraría el nivel de la democracia. Porque votar sin información mínimamente fiable, como suele ocurrir, se parece demasiado a la “votación secreta” del cacique.
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El médico y el barrendero.
He usado el término “extrema derecha” en un sentido descriptivo, no denigratorio como el de El Chafardero Indomable, que lo aplica sin otra discriminación que su interés demagógico. Ya he dicho que en España la derecha democrática apenas existe, pues se divide entre la no democrática y la antidemocrática. La primera, mayoritaria y más o menos liberal, acepta sin entusiasmo la democracia, y la segunda es la que propiamente llamamos “extrema derecha”.
Una idea típica de la extrema derecha sostiene que es una aberración la equiparación del voto del médico (es decir, de la persona con bastantes conocimientos e ilustración) y el del barrendero (la persona poco instruida, aunque no necesariamente inculta). Les parece una evidente la “injusticia” tal igualdad. Pero olvidan que son los “médicos” y no los “barrenderos” quienes gobiernan en prácticamente todos los casos, que son los “médicos” los que elaboran ideas y programas, acertados o disparatados, y que la estupidez, si hemos de creer a Cipolla, es independiente de la clase social y se da en proporción semejante en todas ellas. Por simplificar, Marx era un “médico”, y un médico de primer orden, muy superior en ilustración a la inmensa mayoría de los “médicos” de extrema derecha.
El ultraderechista cree que unos títulos o unos estudios –más a menudo una preeminencia socioeconómica heredada— bastan para definir a “los mejores”, a los capacitados para dirigir la sociedad sin necesidad de consultar o dar cuentas a los “barrenderos”, los cuales, por su mala instrucción, solo pueden enredar las cosas. Esa es la tendencia natural de la extrema derecha. Por tanto no entienden el funcionamiento de la democracia, que en gran medida consiste en la lucha por la opinión pública. Como desprecian a esta, les es imposible competir, quedan rápidamente aislados o, en ocasiones, emplean una demagogia desbocada. No pueden defender bien sus ideas ante la población, ante los “barrenderos”, y así dejan vía libre a unas izquierdas liberticidas pero bien avisadas de la importancia de arrastrar a “las masas”.
Sus fracasos llevan a la ultraderecha a considerarse víctimas de una conspiración mundial de los “sabios de Sion”, del club Bilderberg, de la masonería, tan capaz de fabricar a los Beatles con su extraordinario éxito y sus bonitas canciones como de matar a Carrero Blanco o de “utilizar” y “poner ahí” a los políticos que les convienen, siempre con el designio de fastidiar a la extrema derecha, es decir, a la religión y los designios divinos que ella cree encarnar. Y la cosa es mucho más simple: la lucha por la opinión pública exige empezar por no despreciarla. La alternativa a la democracia sería una casta cerrada de “médicos” con las mismas ideas. Y no se dan cuenta de que esa casta ya existe en España y en muchos otros países: unos políticos más o menos ilustrados que lo mangonean todo. ¿O es que los corruptos políticos, jueces, directores de periódicos y medios de masas en general, son barrenderos?
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****El canalla de la Moncloa no se irá sin perpetrar algún nuevo y grave desmán. Pienso si no hará coincidir las elecciones con el traslado de los restos de Franco del Valle de los Caídos, por ejemplo, transformando el gran símbolo de la reconciliación en su contrario.
Sobre el Valle de los Caídos: en chino, pero creo que va en la buena línea:
http://blog.boxun.com/hero/201111/shenshilishi1/1_1.shtml
****Algunos mencionan como un grave atraso la prohibición de Felipe II a los estudiantes españoles de cursar estudios en la mayoría de las universidades extranjeras. Creo que lo mismo hacían los protestantes, pues tampoco querían que los suyos se contaminasen.
****Dice el Chafardero indomable que "Quienes atacaron la redacción de Charlie Hebdo no representan a nadie, sino a ellos mismos, tampoco defienden el islam". Obviamente, quien representa y defiende al Islam es El Chafardero, alias El País, por eso "informa"con tanta autoridad.
****Sr. Moa, observo que se cita usted a menudo a sí mismo o a sus obras en sus artículos, (“como ya he dicho”, “en mi libro…”) y me recuerda el dicho: “Quien a sí mismo se alaba es por no tener quien le alabe” A. R, D.
Algo de eso hay. Dado el ninguneo casi generalizado a que estoy sometido, no me queda más remedio que “alabarme yo solo”. Porque ese ninguneo no obedece a que mis escritos sean malos, sino, me atrevo a pensar, a lo contrario.
****El hermano indigente de Madonna: "Es una fulana" Indigente, pero no idiota.
****Liberticidas en Extremadura http://historiademonesterio.blogspot.com/2011/11/los-liberticidas-del-psoe-de-castuera.html
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****Martes, 8, a las 19,30, en el Ateno de Madrid, presentación por Pedro López Arriba del documental sobre “La justicia de las víctimas de ETA: manifiesto para un final”, con intervención de Maite Pagazaurtundúa, presidente de la Fundación de Víctimas del terrorismo
****Próximo 17 de noviembre, en el Centro Riojano, conferencia de Santiago Abascal con el título de su libro: “La farsa de la autodeterminación”.
****http://www.hazteoir.org/alerta/41975-arranca-bus-vota-valores