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Pedro Fernández Barbadillo

Los ‘niños robados’: ¿verdad o mito?

En los años de Zapatero se sembró la duda en muchas personas sobre sus orígenes y en padres cuyos hijos habían muerto en el parto.

En los años de Zapatero se sembró la duda en muchas personas sobre sus orígenes y en padres cuyos hijos habían muerto en el parto.

Dejemos claro que en España ha habido varios casos de niños recién nacidos que han sido entregados en adopción irregular, unos con consentimiento de las madres y otros sin él; en éstos se decía a las madres que habían muerto en el parto. Igual ha pasado en otros países. Y desde luego mucho peor ha sido lo ocurrido en países sometidos a regímenes comunistas, donde los huérfanos se convertían en objetos sobre los que experimentar la ingeniería de almas socialista. Muchos torturadores de la NKVD y guardianes del Gulag salieron de los orfanatos.

Sin embargo, este asunto lamentable ha tenido desde el principio de su aparición ante la opinión pública un carácter ideológico impropio de quienes buscan sólo a sus padres. El periódico El País ha sido el medio de comunicación que más lo ha movido, hasta el punto de crear alarma social al respecto. Curiosamente, la redactora que más artículos y entrevistas firma sobre los niños robados es Natalia Junquera, también dedicada a la memoria histórica y a cubrir la exhumación de fosas de la guerra civil.

El País empieza a informar sobre los niños robados a la vez que el exjuez Baltasar Garzón comienza su causa general contra el franquismo. Igualmente, el número de víctimas es igual de exagerado. Y enseguida algunas de las asociaciones fundadas para investigar esos robos se vinculan a las ya existentes sobre memoria histórica. Así tenemos que, según la Plataforma de Niños Robados, ligada a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, y la Asociación Nacional de Afectados por Adopciones Irregulares (Anadir), la identidad real y biológica de ¡un millón de españoles! podría estar falseada debido al robo sistemático (sic) de recién nacidos desde los años 40 a los 90.

En noviembre de 2008 Garzón dicta un auto en el que extingue la responsabilidad penal del general Franco y de otros militares y políticos pero ordena a diversos juzgados la investigación de las desapariciones, así como la sustracción de niños que se entregaban en adopción a familias adictas al régimen. Garzón encontraba así un supuesto delito que no estaba amnistiado por la ley de 1977 (aprobada por las Cortes que elaboraron la Constitución) y creaba una figura pavorosa: los niños perdidos del franquismo, cuyo número calculaba en unos 30.000. La cifra se iría hinchando.

Verdad histórica, no judicial

El abogado Fernando Madán, especializado en casos de niños robados, declaró en 2012 en una conferencia lo siguiente:

Esta causa no busca una verdad judicial, sino una verdad histórica.

Y además explicó la finalidad política de esta campaña:

Fernando Madán, abogado especializado en casos de presuntos bebés robados, vinculó ayer en Alicante esta práctica generalizada en España entre los años sesenta y ochenta del siglo pasado a instituciones religiosas próximas a la Iglesia "basadas en la moral cristiana de que un niño debe crecer en el seno de una familia y no de personas con una vida desestructurada.

Es decir, un ataque contra la Iglesia católica.

La historiadora Consuelo Martínez Sicluna ha explicado en qué consistía la adopción en esos años de posguerra en un extenso artículo que comienza con estas palabras:

Pocas insidias quedaban ya por inventar y pocas falacias nos quedaban por ver, pero confieso que incluso ésta me ha llegado a sorprender por la abyección que supone (…) la de considerar que a propósito de la Ley de Adopción de 1941, el "régimen franquista", se dedicaba a secuestrar niños de familias "rojas" para dárselos a familias de nacionales.

En los años de Rodríguez Zapatero, parte de la Administración se puso al servicio de esta causa: se sembró la duda en muchas personas sobre sus orígenes y en padres cuyos hijos habían muerto en el parto. Repetimos que ha habido algunos casos de niños ilegalmente cedidos en adopción bajo engaños, pero desde luego no tantos como los ingenieros de almas esperaban.

Las demandas, las exhumaciones y los reencuentros eran difundidos por El País y su redactora justiciera Natalia Junquera (ayudada por el veterano Jesús Duva), e insistían en ellos, a pesar de errores como éste:

Vicky Marcos Fuentes ha conocido a su hermana gemela, María José, cincuenta años después de su nacimiento. La segunda fue presuntamente robada en León, donde ambas nacieron en 1959, y entregada a un matrimonio de Valencia, donde ha vivido toda su vida. (11-5-2011)

– "El ADN que diga lo que quiera. María José y yo estamos convencidísimas de que somos gemelas". La prueba de ADN ha destrozado las ilusiones de Vicky Marcos Fuentes y María José Carbonell Borja, de 51 años, que desde hace un mes se creían hermanas. (…) Tras encontrarse por internet, su extraordinario parecido les hizo creer que habían sido separadas al nacer en agosto de 1959 en la vieja maternidad de León por una red de tráfico de niños. (9-6-2011)

Más del 91% de los análisis, positivos

¿Cuáles son los resultados después de varios años de investigaciones?

En noviembre de 2012 Juan Calparsoso, fiscal superior del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, declaró ante el Parlamento vasco:

En ninguno de los procedimientos incoados en Euskadi se ha podido acreditar la existencia de delito, es decir, la sustracción del recién nacido, ni siquiera con indicios razonables.

Y eso que las autoridades vascas colaboraron de pleno con los firmantes de 303 denuncias: "Un grupo de la Ertzaintza creado ex profeso para investigar posibles sustracciones de recién nacidos en los hospitales vascos entre 1950 y 1993, dos comisiones de investigación, jueces, fiscales y forenses volcados con los expedientes, y los departamentos de Justicia y Sanidad rebuscando en archivos. Seis exhumaciones". Y nada.

Las labores realizadas no han permitido a los expertos constatar siquiera si realmente se produjo el robo de algún bebé (…). Los pasos dados hasta ahora empujan a los especialistas a pensar que si bien se pudieron cometer adopciones irregulares, es improbable que en Euskadi se produjeran robos de bebés.

En el mismo reportaje (no elaborado por Junquera) se advierte de los daños psicológicos para los denunciantes, a muchos de los cuales se les ha creado una ansiedad ahora insatisfecha.

Senadores socialistas pasmados

El 18 de febrero la directora del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, doctora Gloria Vallejo de Torres, compareció en la comisión de Justicia del Senado a petición del PNV y de Entesa pel Progrès de Catalunya. La experta declaró que en su Instituto habían analizado 44 restos óseos provenientes de 48 exhumaciones, y el resultado fue el siguiente:

De todos los casos donde se ha obtenido ADN de neonato o de perinatal, el 91,7% de los resultados ha sido compatibilidad genética de padres con hijos. Solamente en cuatro casos no se ha podido estudiar o se ha estudiado este ADN y se ha visto que el ADN a lo mejor no ofrecía las garantías de cadena de custodia por los casos muy particulares que he comentado. Yo creo que este es un dato objetivo que nos debe hacer reflexionar, porque en los casos que se han admitido por vía judicial o investigación fiscal sí que se ha comprobado la relación de parentesco.

De las otras cuatro exhumaciones no se pudieron localizar restos debido a cambios de tumbas o localizaciones inexactas.

Pero los hechos no frenan a los buscadores de verdad.

El senador socialista Arcadio Díaz Tejera replicó a la doctora:

¿Ha habido una especie de delirio general de los españoles que al final ha quedado en nada porque han tenido un delirio y todo eso no tiene fundamento alguno? Lo que en general han vivido es una atrocidad. Yo pensaba que era un asunto que se remontaba a los años treinta, a los años cuarenta, a los años cincuenta, a esos años en los que no había Estado de Derecho (sic); pero es que parte de las denuncias se refieren a los años ochenta. Me escandalizo al pensar cómo es posible que todavía se planteen esas cuestiones.

Cuando se conoció la comparecencia (cubierta sólo por El País), Soledad Luque, presidenta de Todos los Niños Robados Son Mis Niños, reveló que no piensa rendirse:

Pero ¿cuántas exhumaciones y pruebas de ADN quedan por hacer? ¿Cuántas familias han quedado fuera? Tendremos que seguir buscando.

Mientras haya dinero público e invitaciones a dar conferencias y viajes…

Aparte de la mentira sobre la que se ha levantado esta campaña, no deja de sorprender que los mismos que proclaman el aborto como derecho sagrado de las mujeres se preocupen tanto por el futuro de unos niños que hoy habrían sido abortados.

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