El resultado del referéndum sobre la reforma de la Constitución boliviana para permitir un nuevo mandato a Evo Morales confirma lo que ya expuse en un artículo en el GEES hace 10 años: Los inmigrantes hispanos votan contra el populismo de izquierda. Quienes han salido de sus países a causa del ‘socialismo del siglo XXI’ ansían libertad y progreso.
La proporción total de votos a favor del NO a la reelección de Morales ha sido del 51,3% y de un 48,7% a favor del SÍ. Entre los bolivianos residentes en España que han votado, la distancia del NO se dispara: sube hasta el 79,6% (19.101 votos). Por el contrario, los partidarios de Morales caen hasta un 20,3% (4.874 votos).
Este resultado es el último de una tendencia que comienza prácticamente desde el asentamiento de inmigrantes de países iberoamericanos entre nosotros a finales de los años 90 del siglo XX y que se puede observar en los resultados de las elecciones de las repúblicas que permiten votar a sus ciudadanos que viven en el extranjero.
Por ejemplo, en las últimas elecciones presidenciales de Venezuela, celebradas en 2013, después de la muerte de Chávez, el candidato de la oposición al bolivarianismo, Henrique Capriles, recibió 13.402 votos de venezolanos residentes en España, lo que supuso el 96,4% de los emitidos. Maduro sólo obtuvo 481 papeletas, menos de un 3,5%, que podemos deducir pertenecían a los empleados de la embajada y los consulados, de las agencias de prensa estatales y de las empresas y organismos públicos.
Y lo mismo ocurrió en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales colombianas de 2014. El presidente Juan Manuel Santos, que está negociando la amnistía a las FARC y su integración en la vida política, consiguió la reelección con un 50,9% nacional, pero entre los colombianos residentes en España ese porcentaje bajó al 42,2% (3.607 votos). El candidato apoyado por el ex presidente Álvaro Uribe, Óscar Iván Zuluaga, obtuvo un resultado en España (52,2%) superior a la media nacional (44,9%).
Dado que los institutos, las universidades y las televisiones encuadran a la juventud más alegre y combativa en la extrema izquierda, los españoles liberales y conservadores tendremos que acudir a la inmigración hispanoamericana para tratar de equilibrar la balanza.