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Pedro Fernández Barbadillo

Los comunistas hacen las Américas

Enrique Santiago Romero, miembro del PCE y secretario de movimientos sociales de Izquierda Unida, ha participado desde 2012 en las negociaciones entre el Gobierno colombiano y las narcoguerrillas de las FARC.

Antes, las Américas las hacían los toreros, las folklóricas, los futbolistas y las actrices. Bueno, también hacían las Españas gentes del espectáculo nacidas al otro lado del Atlántico a España, desde Jorge Negrete a José Legrá; y muchos ex presidentes, tanto militares derrocados como Perón y Pérez Jiménez como civiles que concluían su mandato y escogían España para vivir.

En los últimos años, junto con profesionales españoles que se trasladan a Hispanoamérica para encontrar un empleo o montar una empresa, como vemos en Madrileños por el mundo, se han unido muchos comunistas, que antes iban a París (¡por supuesto!), a la Libia de Gadafi o a las capitales de bloque socialista. Al poco de caer el Muro, un magistrado muy progresista (ingresó en la carrera judicial en el franquismo, por lo que tuvo que jurar lealtad a Franco) dijo que se iba a Praga antes de que la estropeasen los McDonald’s.

Desde que coincidieron dos factores, la llegada de Hugo Chávez al poder y la subida de los precios del petróleo, el imperialismo bolivariano se expandió por el continente. Y en seguida se apuntaron a la re-conquista docenas de activistas, académicos, profesores, oenegeros y politiquillos españoles de extrema izquierda. Mientras el petróleo de Maracaibo y el Orinoco pagaba las facturas, en las colas de algunos aeropuertos de Bolivia, Venezuela y Ecuador resonaba la dureza del acento del español europeo como había pasado en los años 80 en la Managua de los sandinistas. Pero no son sólo los izquierdistas más extremistas los que hacen las Américas: el difunto Pedro Zerolo, factótum del PSOE, fue recibido en Buenos Aires por Cristina Fernández de Kirchner para adoctrinarla.

Si las huellas de los conquistadores y los colonizadores del Siglo de Oro son palacios, iglesias, murallas, acueductos y hasta las gallinas y las vacas, las dejadas por estos milicianos se encuentran en las constituciones de algunas de esas repúblicas: procesos constituyentes, reelecciones indefinidas, ideología de género, lenguaje inclusivo, ... Hasta ahora, su lamentable influencia se había limitado a los países supeditados al eje La Habana-Caracas. Ahora, aparecen en una de las más importantes y dignas repúblicas: Colombia, que sólo ha tenido una dictadura militar (1953-1958), el único país de Sudamérica con costa en los dos océanos y el segundo más poblado, después de Brasil.

Fortunas blindadas para los jefes de las FARC

En las negociaciones entre el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las narcoguerrillas de las FARC ha participado desde 2012, para asombro de los colombianos, un abogado español comunista. Se trata de Enrique Santiago Romero, de 52 años de edad, miembro del PCE y secretario de movimientos sociales de Izquierda Unida.

La extrema izquierda parece estar aceptando que la violencia terrorista tiene que ser sustituida por el uso alternativo del derecho, que en Colombia consiste en dar impunidad a los narcoguerrilleros, introducirlos en las instituciones y preservar sus fortunas. ¡Cómo se puso uno de los asesorados por Santiago, el jefe fariano Jesús Santrich, cuando el fiscal general de Colombia dijo que los mandamases de las FARC tienen que declarar sus bienes, para que así los colombianos vean si éstos luchaban por una idea política o por hacerse ricos! A los colombianos opuestos al acuerdo de paz pesa el precedente de otra guerrilla de izquierdas, el M-19, cuyos dirigentes, que se alquilaron a los cárteles de Medellín y Cali, están libres y haciendo política, mientras que varios de los militares que les persiguieron están en la cárcel.

Hace unos días, en una entrevista a El Mundo, Santiago recurrió al viejo truco comunista de asustar con el ruido de sables. Según él, "hay un sector del Ejército, por fortuna muy minoritario, que está conspirando contra el proceso de paz y coordinándose con grupos paramilitares"; a renglón seguido añadió que carecía de pruebas, pero… Desde Lenin, sabemos que la mentira es un arma revolucionaria.

Cárcel para Pinochet, impunidad para Timochenko

Santiago, que participa en el sumario del ‘caso Bárcenas’, prestó su saber jurídico a la demanda contra el general Pinochet. ¡Vaya paradoja! Quien quería encarcelar al ex dictador chileno, exige impunidad para Timochenko y otros terroristas que han combatido Gobiernos democráticos y han secuestrado niños. Si Pinochet hubiera vestido uniforme verde oliva en vez del gris germano se habría retirado tranquilo junto con Fidel Castro.

En su vida profesional, Santiago ha sido apoderado de las empresas de los hermanos cubano-chilenos Marambio Rodríguez, condenados en Cuba por corrupción, según publicó ElConfidencial.com. Y también fue secretario general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), uno de esos organismos donde encontramos a los principales partidos políticos y sindicatos, donde los puestos se reparten por cuotas y turnos y la financiación proviene de los incautos que marcan la casilla del 0,7% del IRPF.

En su cuenta de Twitter, Santiago ha arremetido contra Felipe González y Mariano Rajoy, mientras defiende a Nicolás Maduro. El patriotismo, para los comunistas, no es la gente, no son los niños hambrientos; es defender a tus dictadores favoritos.

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