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Pedro Fernández Barbadillo

Los alemanes rechazan a rojos, verdes y morados

La izquierda está desapareciendo en el territorio de la antigua RDA.

Los periodistas de la Prensa de Kalidá viven tan aislados de la realidad como los políticos de los antes llamados "grandes partidos". Los periódicos de izquierdas despachan los resultados de las elecciones en Sajonia y Brandeburgo con titulares adecuados para calmar a sus escasos lectores, como cierto periodista hoy académico que hacía borrar las ikurriñas de la Plaza del Castillo el día del chupinazo o los anuncios de Banesto de la gorra y la camiseta de Induráin.

El País y La Vanguardia dan casi el mismo titular: "Los partidos del Gobierno alemán contienen el avance ultra en el Este" (El País) y "Los partidos del Gobierno alemán logran contener a la AfD en las urnas" (La Vanguardia). ¿Es que se los envían de la misma oficina de prensa o sus corresponsales redactan juntas las crónicas? eldiario.es: "La ultraderecha alemana saca pecho en las elecciones de Brandeburgo y Sajonia, pero no consigue ser primera fuerza".

El premio al titular más manipulador se lo lleva La Voz de Galicia con "Conservadores y socialdemócratas contienen el auge ultra en el este de Alemania". A este periódico se le podría aplicar lo mismo que se decía de la prensa germanófila y aliadófila en la Gran Guerra más exaltada: se habían convertido en boletines de las embajadas que les pagaban. El titular más exacto lo ha escrito El Periódico de Cataluña: "Los ultras se disparan en el este alemán pero no alcanzan el poder".

Lo cierto es que los resultados muestran dos conclusiones. La primera, que la tercera Gran Coalición entre la CDU de Merkel y el SPD está siendo letal para los dos partidos que la forman, sobre todo para el socialista. Los alemanes rechazan la papilla que les da la partitocracia: voten lo que voten, gobierna Merkel. Y la segunda, que toda la izquierda, formada por tres partidos, está desapareciendo en el territorio de la antigua RDA, que se definió como primer Estado socialista en suelo alemán.

Saquemos la calculadora

En Sajonia y Brandeburgo, la participación ha pasado de menos del 50 a más del 60%. Y los partidos más beneficiados han sido Alternativa por Alemania (AfD), que confirma que su granero de votos se halla en el Este, y, en menor medida, Los Verdes.

La Gran Coalición de CDU y SPD baja en Brandeburgo del 55% en 2014 a menos del 42%; y en Sajonia, donde gobernaron esta legislatura, pasan del 52 al 40%. ¡Menuda contención a la "populista y xenófoba" AfD! (¿cómo puede ser xenófobo el segundo partido con más candidatos nacidos fuera de Alemania para las elecciones federales de 2018?)

La suma de todos los partidos de izquierda, el SPD socialista, la Linke radical y Los Verdes, disminuye en Brandeburgo de casi el 57 a menos del 48%. En Sajonia, donde ya era minoritaria con un 37%, se desploma hasta el 26’7%.

AfD, a pesar de haber sufrido lo que según Hermann Tertsch ha sido "la más implacable y masiva campaña de descrédito y acoso por parte de los medios públicos y privados", más que duplica sus votos en Brandeburgo (de 120.000 a 300.000) y casi los cuadruplica en Sajonia (de 160.000 a 595.000).

Una de las conclusiones que podemos sacar es que en una situación de precariedad, empobrecimiento, enfado con la reunificación y envejecimiento, la izquierda tradicional, el SPD y Die Linke, es incapaz de atraer nuevos votantes. La prosperidad económica, por mucho que los rajoyes y las mérkeles estén convencidos de que es "lo más importante", no es argumento decisivo en el voto. Los ciudadanos se resisten a ser tratados por los políticos del supuesto centro-derecha como ganado encantado de que sus amos les echen más pienso.

El único partido de la izquierda que sube, tanto en Alemania Oriental como en Baviera o Hesse, es el verde. Su adhesión a la ideología globalista (esterilidad voluntaria de los alemanes, inmigración ilimitada, histerismo con el cambio climático…) y su crecimiento hacen que muchos politólogos ya lo presenten como el sucesor de la socialdemocracia, la pata izquierda dentro del Sistema.

El eje no es la economía sino la demografía

¿Qué ha permitido a AfD convertirse en el segundo partido en ambos estados, con más de un 22% y 900.000 votos en conjunto? Desde luego, el aumento de la participación, pero también la captación de antiguos votantes izquierdas, abandonados por el SPD y Die Linke.

El auge de AfD nos confirma que el envejecimiento demográfico y la inmigración van a seguir siendo los asuntos más importantes para los pueblos europeos. El eje de la política en Europa ya gira en torno a la demografía, a la supervivencia. Los políticos que lo entiendan triunfarán.

En las tres elecciones celebradas en Alemania en este año, el mejor resultado para el SPD fue el de las europeas, donde obtuvo menos de un 16%. ¡Y mientras los socialistas son una especie en extinción en Alemania, Francia o Suecia, en España el PSOE supera el 30%!

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