Nos han vuelto a engañar las encuestas. A todos. ¿Se podría denunciar a las empresas por hacer sondeos falsos como se puede demandar a cualquier fabricante que pone un producto defectuoso en el mercado? Porque nos dejan en ridículo y nos causan insomnio y subidas de tensión.
Yo creía que el PP había fracasado en su estrategia de movilizar el voto útil con el miedo a Podemos… y resulta que al final ha sido un éxito. Con una participación similar a la de diciembre pasado, el PP ha aumentado en casi un 10% su número de votos (más de 700.000) y en escaños ha pasado de 123 a 137 en el Congreso.
Su principal rival, el PSOE, se alegra de ser segundo, aunque Pedro Sánchez sigue cavando en el hoyo donde se entierra el partido socialista: 100.000 votos, cinco diputados y cuatro senadores menos, y deja de ser el más votado en Andalucía y Extremadura. El PSOE ya sólo tiene el 48% de los votos obtenidos por Zapatero en 2008. La distancia respecto al PP sube a 52 diputados. Y encima PSOE y Ciudadanos, que juntos sumaban 130 escaños en su pacto de la anterior legislatura, ahora han bajado a 117. Podemos, que daba por seguro el ‘sorpasso’ al PSOE (yo también, lo reconozco) gracias a su alianza con Izquierda Unida y a la inanidad de Sánchez, se queda por debajo de 5,1 millones de votos, cuando sólo seis meses antes obtuvo 5,3 millones, más los 923.000 de sus aliados.
¿Quién ha sido el mayor agente electoral del PP? Desde luego, no Mariano Rajoy. Ni Jorge Fernández Díaz, el ministro de la Policía al que le graban en su propio despacho, ni el eterno Javier Arenas, ni la rasputina Soraya Sáenz de Santamaría. Durante cuatro años, las mismas televisiones que han hinchado a Podemos han aireado, sin descanso, los casos de corrupción del PP… y resulta que al final La Sexta no tiene la influencia que en los años 80 tenían los editoriales de El País: el PP sube su porcentaje de voto del 28,7 al 33%, y recupera papeletas y diputados en Valencia y Madrid, sus pozos negros.
La única explicación que encuentro a esta victoria del PP (veremos si Rajoy puede formar Gobierno o se mantiene durante otros seis meses más en funciones) es Podemos. La estrategia de Moncloa de impulsar a los morados para recuperar voto asqueado con Rajoy ha funcionado. Y lo ha hecho gracias a las banderas tricolores, a las proclamas por una "España plurinacional", a la memoria histórica, a la extensión del sedicente "derecho a decidir" a toda España. El sóviet de la Complutense recordaba a los ciudadanos qué era el comunismo en cuanto sus miembros se ponían delante de un micrófono.
¿Cuántos votos llevaría al PP Juan Carlos Monedero con sus palabras de que en las listas de Podemos había jueces y guardias civiles "esperando un Gobierno presidido por Pablo Iglesias que les dé la orden de meter en la cárcel a todos estos sinvergüenzas del PP", o Íñigo Errejón cuando explicaba las colas por hambre en Venezuela por la "cultura muy oral" de los venezolanos?
El PP de Rajoy ha obtenido una gran victoria sin hacer nada más que dejar a los rojos exponer sus planes y sus interpretaciones del mundo. ¿Voto del miedo? Sí. Como el invocado por el PSOE con su dóberman en las elecciones de 1996 o por Donald Tusk con su anuncio del riesgo de destrucción de la civilización occidental en caso de triunfo del Brexit.
Mientras los partidos y los gobernantes que se han enfrentado a la crisis en Europa pierden elección tras elección, el PP y Rajoy son los únicos que no parecen temer por su continuidad en el poder. En los próximos meses, la izquierda se despedazará entre sus elementos: Susana Díaz no puede venir a Madrid después de quedar segunda en Andalucía, IU reclamará cuentas por el fracaso de la coalición con los morados y dentro de Podemos Pablo Iglesias puede temblar por su coleta. El PNV no imitará a CDC porque Podemos ya es el primer partido vasco. Los burgueses catalanistas, que han perdido un 15% de los votos recogidos en diciembre (85.000), han sido rebasados por Podemos y ERC, con lo que puede repetirse la historia de Cambó, que pasó de incendiar Cataluña a financiar a Franco. ¿Será capaz Ciudadanos de mantenerse en paz y de imponer condiciones a un Rajoy triunfante, o aceptará convertirse en el bastón de éste para los próximos tres o cuatro años?
Quizás ha llegado momento de preguntarnos si el señor de Pontevedra no será un genio político… y todos los demás estamos equivocados. Homer Simpson dijo una vez que "En teoría, hasta el comunismo funciona, en teoría". ¿Habrá lecciones similares de sabiduría política en el Marca?