Menú

El Muñeco Diabólico, Cesc y Gay de Montellà

Si Junqueras los mata callando, Mas muere matando. Y de momento no les va mal, pero que nada mal.

Que Núria Parlon, una joven alcaldesa que contaba con el aval de destacados dirigentes del PSC, se haya negado a última hora a inmolarse en la pira sucesoria de Pere Navarro incita a barruntar que el partido de los socialistas catalanes es un coche de segunda mano trucado, un piso con cargas hipotecarias ocultas o un microondas del todo a cien. Ahora mismo, el PSC infunde más sospechas que el Barça, del que Cesc se ha escapado para arrojarse en brazos de Mourinho, José Mourinho, de mala pinta que tiene la cosa por la Ciudad Condal.

Mientras Parlon huía despavorida, Navarro admitía que el proceso separatista había sido la puntilla de su mandato porque obligaba al partido a "definirse". Esta puede ser una de las claves del colapso y hundimiento del socialismo catalán, la falta de definición sistemática de una formación acomplejada respecto a CiU y ERC y que durante el tiempo que estuvo al frente de la Generalidad se caracterizó por asumir con patriótico ademán la retórica, los objetivos y la puesta en escena del nacionalismo más rancio y hasta del independentismo antisistema. Desalojado del poder autonómico, en retroceso en el frente municipal y arrrastrado en la caída del PSOE, el PSC ni ha sabido ni ha podido plantar cara al bloque separatista. Navarro y sus alcaldes han sido los primeros en aceptar que presuntos demócratas de la talla de Mas, Homs y Junqueras les llamaran a ellos, que tienen más o menos los mismos escasos méritos, antidemócratas sólo por negarse a comulgar con la rueda de molino de un referéndum ilegal que se parece a una experiencia democrática lo que un huevo a una castaña.

Sin embargo, en el PSC existe el amplio convencimiento de que no suscribir el engendro del derecho a decidir (tras más de cuarenta elecciones en las últimas tres décadas) es peor que fumar en público o seguir a la selección española en Cataluña, que debe de ser de lo más parecido que puede haber hoy en día a lo que fuera durante la posguerra sintonizar Radio Pirenaica, en realidad Radio España Independiente.

A menos de 150 días para el 9-N, el balance de daños y bajas en Cataluña comienza por Duran y termina, de momento, por el PSC en pleno, piezas que se atribuyen al alimón Oriol Junqueras y Artur Mas. Sobre la vitalidad del primero no hay duda, puesto que se está ganado a pulso el mote de el Muñeco Diabólico por su probada capacidad para sembrar el terror y la destrucción en el PSC y a su paso en general. Mas, por su parte, es como Freddy Kruger en cualquiera de las doce secuelas de Pesadilla en Elm Street y, pese a que ya ha asistido varias veces a su propio funeral, ahí sigue, sin variar un ápice de rumbo, con la credibilidad en constante aumento a medida que se acerca el día señalado y corresponsable de los estragos del proceso en sus eslabones más débiles, el PSC que impulsó el Estatut y Unió, dos partidos en trance agónico. Si Junqueras los mata callando, Mas muere matando. Y de momento no les va mal, pero que nada mal. Entre otras cosas han conseguido que el presidente de Fomento, Gay de Montellà, le fuera con el cuento de la consulta al Rey saliente.

Temas

comentarios

Servicios

  • Radarbot
  • Libro
  • Curso
  • Alta Rentabilidad