El dantesco espectáculo del debate de primarias del PSOE presagia un desenlace trágico. Susana Díaz, Patxi López y Pedro Sánchez han demostrado que están perfectamente capacitados para bajar la persiana del chiringo. La extinción de un partido siempre parece una hipótesis descabellada hasta que el partido se extingue, que es el momento de los "ya lo decía yo". El mismo López ha puesto el caso de la formación hermana en Francia, que ha pasado del poder a la irrelevancia en un mes.
Las tres opciones que se presentan ante los militantes socialistas abocan indefectiblemente a la inanidad absoluta. Pedro Sánchez es la viva imagen del rencor, Patxi López encarna la demagogia más barata y Susana Díaz es perfidia pura. El dilema de los afiliados del PSOE es en qué pie pegarse el tiro. Más que votar deben expresar su última voluntad para el partido.
La oferta del ex secretario general es la venganza personal y salir del paro, tal cual lo ha dicho; el exlendakari va de primus inter pares y la presidenta andaluza es pata negra con los avales de Felipe y Zapatero. Cualquier atisbo de contenido en sus mensajes es un espejismo. ¿La cuestión catalana? Una confusión absoluta. López se atreve a hablar de una nación de "libres e iguales" y calla sobre el concierto vasco. También Sánchez, que enarbola la nación de naciones. Díaz tampoco habla del agravio. Detrás de ellos no hay nada, salvo dosis ingentes de desprecio, toneladas de reproches, autosuficiencia y crudo narcisismo.
En materia económica, López reivindica la O de las siglas en el colmo del chavismo de medio pelo. A Sánchez se le acaba el discurso en que dimita Rajoy y la baronesa se apunta a lo que diga el del cupo. Queda meridiano que Sánchez y Díaz no se toleran, que López no soporta a Pedro y que Susana tiene calados a los dos. Derrotados natos. La candidata de la gestora destroza al cabecilla de la rebelión. "¿Te has dado cuenta de que el problema eres tú, que ni Felipe, ni Zapatero, que tanto te apoyaron, se fían de ti?", le dice ella a él. Le machaca con los peores resultados de la historia, le llama perdedor y egocéntrico. Él la acusa de mentirosa. Parecen el dúo Pimpinela, pero con rabia de verdad. El PSOE retransmite su propio funeral. O más propiamente una obscena disputa entre los deudos por un testamento que en sus manos es la ruina. La quiebra del PSOE es inevitable gane quien gane.