En Cataluña, que un hombre dé un guantazo a una mujer puede que no obedezca a la categoría de violencia de género ni de ningún tipo, sino que sea otra manera de practicar la libertad de expresión. A ver, no es que pegar a las mujeres esté bien en el principado de las maravillas, pero según y cómo no está del todo mal visto. Es el caso del suceso de la cara de una mala mujer que se estampó contra el puño de un pobre hombre en medio de un charco de lazos amarillos. Mismamente lo de la bala que dobló la esquina.
El hombre sostiene que lo que le supo mal es que aquella individua y sus hijos pequeños tiraran los lazos al suelo, no que los retiraran. Vamos, que él no se mete en política sino que es un apasionado de la limpieza. Reconoce que igual se pasó un poco, que se le fue la mano y tuvo una reacción desproporcionada, pero que no le dio un puñetazo sino que "le agarró la cara con fuerza" y hubo una "pelea". Tal cual lo contó TV3 tras contactar con el interesado.
Gran alivio en el separatismo. Afortunadamente, el hombre que agredió a una mujer en plena calle se aviene a decir que lo hizo por civismo, nunca por política. ¿Y qué más? Pues que antes de comerse un delito de odio dirá que vota a Vox. Lo verdaderamente singular del asunto es que no fuera detenido y que ningún juez haya interesado de oficio su presencia. Si TV3 no miente, un hombre que confiesa que ejerció violencia física contra una mujer está tan tranquilo, como si nada.
Eso sólo se explica por el factor de los lazos amarillos, poderoso elemento que convierte a un violento maltratador machista en un cívico paladín de las papeleras, aunque sin motivaciones políticas. Es más, la alcaldesa Colau, siempre sensible a los derechos de las mujeres, emitió un trino en Twitter en el que lo condenaba todo, pero más a Arrimadas.
Condemnem l’agressió que va patir ahir una dona. Barcelona rebutja qualsevol forma de violència, intolerància i xenofòbia. A l’espera de conèixer els detalls investigats per mossos, tb demanem prudència abans de fer interpretacions partidistes q només generen confusió i crispació pic.twitter.com/J67xCtYzsi
— Ada Colau (@AdaColau) August 26, 2018
Traducido al español:
Condenamos la agresión que sufrió ayer una mujer. Barcelona rechaza cualquier forma de violencia, intolerancia y xenofobia. A la espera de conocer los detalles investigados por los Mossos, también pedimos prudencia antes de hacer interpretaciones partidistas que sólo generan confusión y crispación.
Ilustra la condena municipal la captura del titular de La Vanguardia "La agresión a una mujer porque sus hijos retiraron lazos amarillos no fue por razones políticas" y el mensaje de Arrimadas respecto a la agresión:
Le han roto la nariz a una mujer delante de sus hijos por quitar lazos amarillos en Barcelona. Sr. Sánchez, aquí no hay "normalidad". Defienda a millones de catalanes que estamos siendo atacados por el separatismo y deje de blanquear a los que rompen la convivencia en Cataluña.
O sea que la alcaldesa recomienda "prudencia" porque igual los guantazos se debieron a una controversia sobre el estado del pavimento y entonces la cosa cambia. En cualquier otra parte, una mujer de origen extranjero agredida delante de sus hijos y su marido sería tratada con más "prudencia" y respeto por ser mujer, emigrante y madre. En Cataluña, no. Claro que "la rusa" iba provocando, ¿verdad, señora alcaldesa? La tía, casada con uno de Ciudadanos, dejaba que sus hijos retiraran lazos amarillos. Y la "persona" que la agredió no lo hizo por política, no. Para nada. Lo dice el Conde de Godó y se lo barrunta Ada Colau. De ahí que el Ayuntamiento de Barcelona no se vaya a personar como acusación particular aunque lo pida el jefe del PP en Barcelona, Alberto Fernández, que además de hermano del exministro de Interior Fernández Díaz es un machista, fascista, heteropatriarcal y seguramente conservador liberal. Han pegado a una mujer, sí, pero era una extranjera casada con uno de Ciudadanos que tiraba o dejaba que sus hijos tiraran al suelo unos lazos nazis. Ya lo aclarará La Vanguardia. Mera mierda a tenor de lo que relata el barrendero vocacional y sospecha Colau.
El tipo que según TV3 "le agarró la cara con fuerza" a la tipa se irá de rositas, aunque el muy incauto ha confesado que pegó a una mujer. Bueno, no exactamente una mujer. Era una de esas "bestias con forma humana" de las que habla Torra. Así está la cosa, bichas.