En la caravana del PP hoy saltaron todas las alarmas. Entiéndelo; Mariano Rajoy es consciente de que a partir del veinte de noviembre tendrá que lidiar con la economía, y las buenas nuevas que le llegan no son buenas. El jefe está preocupado, y se le nota. En su no-mitin de Tenerife tuvo que defender a España ante un Zapatero mudo y un Rubalcaba hablando de medio ambiente.
Más que a pedir el voto, Mariano estuvo más pendiente de coger el teléfono y de reunirse con los suyos. De hecho, de no ser por los simpatizantes y militantes -que sigue reuniendo por miles-, nos costaría adivinar que estamos en campaña. Sé que te lo pongo en cada una de nuestras misivas, pero es que en las filas populares quieren que esto acabe ya. Que pase rápido, y a ponerse a trabajar.
En este punto, desconecto. Me he dado cuenta de que siempre estoy dándote datos del PP, pero no de los más de cuarenta informadores que estamos siguiendo al candidato. Y mientras, yo sigo la pista de tus tacones, sé cuantas horas de sueño llevas retrasadas y te he comprado unas cremas anti-ojeras, que aquí en Canarias son más baratas.
En fin, que te cuento un poco del día a día, y así se me quita el mal cuerpo de los pésimos augurios que por aquí se escuchan. Hoy nos hemos levantado a las seis, y mañana lo haremos a los cinco. Así que menos hablar de que los míos no hacen nada... ¡es que estamos en el futuro! Los cafés interesantes se suceden estos días. Con Rajoy dedicado a preparar el plan de rescate, el tema de los off the records se lo dejan a los barones: que sí Cospedal, Bauzá, Soria... A cada comunidad que vamos hay caña. Pero, de momento, poco guateque, no sé si tú ya te habrás soltado la melena...
Aunque si me quedo con algo, es con la comida de hoy. Te escuchaba en Es Noticia que en Menorca de lujo. Ni te cuento en el paseo marítimo en Gran Canaria, con las playas repletas. No lo quise decir en antena, porque el discurso de Rajoy no daba opción. Pero te lo cuento por aquí, que para eso tenemos nuestras cartas de amor electoral. Lo dejo aquí, que mañana es País Vasco, y por allí la cosa también está revuelta...