En el mitin de Valencia hubo alguien que no estuvo... físicamente. De hecho, por no tener no tuvo ni silla reservada, y eso que hacía menos de un año era él quien llenaba el coso taurino de la ciudad, con un ya molesto Mariano Rajoy como compañero de fiesta. A estas alturas ya sabrás de quien te hablo... aquél que "por tres trajes" pero "honrado" ha sido desterrado del PP: Francisco Camps.
Nadie le mentó este domingo, aunque sí que hubo un mensaje envenenado en forma de agradecimiento a Federico Trillo. Le dijo Mariano desde el atril, ante más de 20.000 campistas de ayer y fabristas de hoy: "Gracias. Te has estado ocupando de temas... en fin, no vamos a calificarlos". Risas. Se refería a su "amigo" Paco.
Eso al menos interpretó el PP, que sin preocupaciones reales -dan por descontada la victoria electoral- hacen noticia del chascarrillo. "Iba por quien todos vosotros creéis", corroboró un alto cargo del partido. Trillo llevó toda la estrategia judicial del caso Gürtel y, como cabeza de lista por Alicante, también los asuntos personales. Fue, por lo cual, clave en la caída del que un día fue príncipe del PP.
Fue un día de paella. De paella y fuentes. Los populares están sorprendidos de que su base electoral en la Comunidad Valenciana "lo aguanta todo". "Deberíamos estar todos los días dando las gracias. El partido estuvo en coma hasta este verano", resumió un cargo regional. Me enseñan un SMS: "Se busca expresidente enviado a una isla desierta". Fue de los más populares entre aquellos que conforman la fontanería. Otro: "Rajoy ha mandado a Camps al Vaticano".
Total, que Valencia sigue siendo un mundo aparte en el que se llenan plazas de toros pase lo que pase. Una foto, la de la euforia sin contener, que desató las alarmas en Génova. Pareció, incluso, que quisieran hacer suyas las encuestas del PSOE; con esos 8-9 puntos de diferencia que tan ridículos parecen comparados con los que ofrecen los medios nacionales. Pero el PP quiere pies en el suelo y globos pinchados, y da una cifra: 15-16 de diferencia, mayoría absoluta ajustada, con un 20% de posibilidades de que se pierda. Es una estrategia, me confiesan, para que la tropa no se duerma en una recta final que se puede hacer eterna.
Pero vamos, que lo que sigue preocupando en nuestra caravana siguen son los ministrables. Ya sí que se hablan de cupos. De tres: exministros de Aznar, miembros del cinturón actual de Rajoy e independientes. ¡Ojo con el último grupo! ¿Cabrá algún nacionalista moderado? ¿Alguien que en su día formó parte del Ejecutivo de Felipe? En los círculos al más alto nivel no cierran puerta alguna, pese a reconocer que "ni p... idea" tienen porque Rajoy hace suyo el dicho de que "en boca cerrada no entran moscas". O, mejor dicho, moscardones.