Escuchar la perorata cansina y absurdamente presuntuosa de Pablemos cuando lo sacan por la tele es un sacrificio que cada vez se hace más insoportable. El tener que aguantar los ladrillos de este personaje debería llevar aparejado un plus de penosidad en el salario, y las autoridades sanitarias tendrían que comenzar a plantearse si los efectos sobre la salud de sus monsergas han de ser incluidos en las tablas de enfermedades profesionales. Pero mientras llega este reconocimiento elemental, lo cierto es que el líder supremo de la cosa podemita no deja de asombrarnos con su capacidad para actuar como la castuza en cuanto se le brinda la ocasión.
Este jueves estuvo en el programa de Ana Rosa. Después de muchos meses de insistencia, de llevar a la tertulia hasta al último podemita de medio pelo a decir sus tonterías y de fichar a su exnovia para que anuncie que 12 millones de españoles están a punto de morir de hambre, por fin el mesías de los indignados se dignó a sentarse junto a la reina de las mañanas de Telecinco. Ana Rosa Quintana, periodista curtida en todas las lides televisivas, estaba más emocionada que una quinceañera en presencia de Cristiano Ronaldo. En fin, este es el nivel.
Lo más pedagógico de esta intervención de Pablemos fue su doctrina sobre la imputación judicial como elemento para decidir sobre los apoyos políticos. El líder supremo defiende no sólo a su ex, cosa que podríamos entender por una cuestión sentimental, también al alcalde comunista de Rivas, ambos imputadísimos por ciertos trinques familiares. Y así va a seguir siendo hasta que los jueces dicten sentencia. En cambio, cualquier otro partido que tenga un imputado ya no podrá postrarse de hinojos ante los alternativos podemitas para impetrar su apoyo en tal o cual ayuntamiento o comunidad autónoma con la burda excusa de ser la lista más votada.
La cuestión central es que en España hay magistrados que se atreven a investigar a los ungidos de la extrema izquierda. Pablemos se debe de estar preguntando a estas alturas lo que en su día Felipe González: "¿Es que no hay nadie en España que diga a los jueces lo que deben hacer?". Sí. Manuela Carmena. Ha empezado por explicarles cómo deben actuar ante los desahucios. En cuanto eso lo tengan claro, será cuestión de hacerles ver que a un líder de progreso no se le debe investigar, puesto que, como dejó dicho Garzón el Chico, si es de izquierdas seguro que no roba.
Total, que los imputados sólo son los demás. Los de Pablemos, según ha dejado dicho en líder en lo de Ana Rosa, son víctimas de una persecución política. ¿Se puede ser más castuzo? "Sí se puede". Pero habría que entrenar mucho.