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Rajoy merece un homenaje

A Rajoy hay que condecorarlo como se merece. Y después a casa, Mariano. A Madrid, Pontevedra o mejor a Santa Pola.

A Rajoy hay que condecorarlo como se merece. Y después a casa, Mariano. A Madrid, Pontevedra o mejor a Santa Pola.
Tarek/PP

El presidente en funciones del Gobierno de España tenido que bregar en estos cuatro años con una grave crisis económica que Zapatero, como buen socialista, agravó hasta niveles pavorosos. Rajoy llegó a la Moncloa en loor de multitudes, con una mayoría absoluta jamás vista en el PP y, probablemente, irrepetible en el futuro inmediato. ZP le había dejado varias minas de efecto retardado, de las cuales la más poderosa es la operación secesionista de los nacionalistas catalanes, pero Mariano Rajoy decidió dedicarse a la economía, que en realidad es lo único que (le) importa.

El presidente en funciones está representando un papel ingrato tras las elecciones del pasado 20 de diciembre. Después de gozar de una mayoría abrumadora durante cuatro años, el líder del PP se ve con mayoría de diputados en el parlamento Pero sin poder alcanzar los votos necesarios para estar otra legislatura en la Moncloa. En consecuencia, Rajoy decidió en la primera ronda de conversaciones con el rey no someterse a la sesión de investidura, porque es un señor mayor, a punto de cumplir sesenta y un años, y no está para que lo abucheen unos niñatos desde el gallinero como si el Hemiciclo fuera el salón de actos de la Complutense. Este martes el monarca le tomó la palabra.

Ahora que España está en la senda de la recuperación económica, y después de más de tres décadas de servicio al Estado, ha llegado la hora de que su partido le reconozca los servicios prestados. Rajoy merece ese reconocimiento en un acto público que debería llevarse a cabo a la mayor brevedad posible, para que no le pase como a los futbolistas legendarios, que se marchan por la puerta de atrás y luego pasan años reclamando el partido de homenaje al que creen tener derecho.

A Rajoy hay que condecorarlo como se merece. Y después a casa, Mariano. A Madrid, Pontevedra o mejor a Santa Pola, que la costa levantina está preciosa en esta época del año. Cuanto antes mejor, a ver si así conseguimos salir de este trance sin tener que ver a Pablemos en las ruedas de prensa del Consejo de Ministros.

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