La matanza terrorista de París, perpetrada por terroristas del Estado Islámico, ha propiciado la respuesta militar no sólo de Francia, también de otros países europeos, como Alemania y Reino Unido, que se han comprometido a incrementar sus ataques sobre los feudos del grupo terrorista islamista en Siria e Irak.
La ofensiva europea liderada por Francia se suma a la que está llevando a cabo desde 2014 la coalición internacional comandada por EEUU, cuya aviación está golpeando a los terroristas con bombardeos dirigidos contra sus instalaciones de mayor relevancia estratégica. En dicha coalición se integran países tan distantes y distintos como Canadá y Jordania, Dinamarca y Baréin o Australia y Arabia Saudí. Además, en el avispero de Siria también están actuando Rusia, que no forma parte de la coalición internacional; las fuerzas kurdas, que combaten sobre el terreno tanto en Siria como en Irak, e Irán y su criatura libanesa, Hezbolá.
El cúmulo de naciones que actúan en la zona, a menudo con intereses distintos, dibuja un complejo sistema de fuerzas que la CNN ha intentado clarificar en un reportaje en el que, por medio de información gráfica, explica qué países están atacando al Estado Islámico, dónde lo están haciendo y qué relevancia tienen sus acciones militares.
Como es evidente, el mayor peso de las operaciones lo está soportando EEUU. Según la información facilitada por el Pentágono, sus aparatos han llevado a cabo 6.471 ataques aéreos contra la organización terrorista, del total de casi 8.300 lanzados por los países miembros de la coalición. La mayor parte de los ataques de la aviación aliada (el 66%) han sido realizados contra objetivos radicados en Irak y no en Siria, donde se encuentra la capital del califato terrorista (Raqa) y escenario de una guerra civil que dura ya casi cinco años.
La información se completa con el número de aparatos de combate desplegados por los distintos países. EEUU tiene una fuerza de más de 150 aviones de distintos tipos. Le siguen Francia y Rusia, con 38 y 34, respectivamente. Canadá y Australia, por su parte, aportan 6 aeronaves operativas a la guerra contra este yihadismo.
Las naciones aliadas con presencia militar en Oriente Medio para combatir al Estado Islámico limitan sus actividades a los bombardeos, más allá de colaborar puntualmente con grupos rebeldes moderados o las fuerzas terrestres kurdas, como está haciendo EEUU. El escenario se complica con las actividades de Rusia e Irán, que tienen por objetivo principal no derrotar al EI sino afianzar en el poder a su aliado sirio, el dictador Bashar al Asad.
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