Las conquistas territoriales del Estado Islámico (antes Estado Islámico de Irak y el Levante), especialmente tras la toma de Mosul y amplias zonas del noroeste de Irak, lo han convertido en el grupo yihadista más poderoso del mundo islámico. Más que Al Qaeda, la organización que hasta ese momento lideraba el terrorismo islamista y suponía la mayor amenaza para Occidente. Aunque el EI surge del seno de Al Qaeda y en sus primeros años compartía sus métodos y objetivos, hoy en día existen sensibles diferencias entre las dos organizaciones que luchan por ostentar la hegemonía del islamismo radical.
El origen del Estado Islámico
Según el Instituto Washington para la Política de Oriente Próximo, el actual Estado Islámico fue fundado en 1999 por Abu Musab Al Zarqawi con la denominación de Jamat al Tawhid wal Yihad (JTWJ), que traducido significa Grupo Unidad y Yihad. Con esa denominación permaneció hasta 2004, cuando pasó a convertirse en Al Qaeda en la Tierra de los dos Ríos (simplificado como Al Qaeda en Irak; los "dos ríos" hace referencia al Tigris y el Éufrates) y formó un matrimonio de conveniencia con la organización de Ben Laden.
En 2005 los excesos del grupo de Zarqawi y la violencia de los métodos utilizados para someter a la población civil llevaron al entonces segundo de Ben Laden, Aymán al Zawahiri, y al jequeAtiyat Alá Abdelramán al Libi (muerto en 2011 en un ataque con drones), ideólogo y responsable de operaciones de Al Qaeda, a enviarle sendas misivas conminándole a rebajar el tono de la violencia y los rigores de la aplicación de la sharia por el descrédito que estaban acarreando al yihadismo. Zawahiri aprovechaba para recordar al díscolo Zarqawi: "Estamos en medio de una batalla y más de la mitad de esa lucha se libra en el terreno de los medios de comunicación". El líder del grupo emergente en Irak desoyó los consejos de sus superiores y siguió aplicando un régimen de terror en los territorios que caían bajo su dominio. Sin embargo, mostró su acuerdo acerca de la necesidad de consolidar una amplia organización terrorista y construir un sólido entramado de grupos con vínculos jerárquicos.
Fruto de este nuevo entendimiento, Zarqawi reunió en 2006 a los distintos grupos islamistas que operaban en Irak y constituyó el llamado Consejo de los Muyaidines de la Sura (CMS), organización liderada por Al Qaeda de Irak que seguiría activa tras la muerte de Zarqawi, en junio de ese mismo año, pero con fines bien distintos. La clave está en las normas de fidelidad obligada al líder (baya), que son de carácter personal, no organizativo, de tal forma que la muerte de Zarqawi extinguía ese deber de lealtad de los integrantes del CMS hacia él y, por consiguiente, hacia Ben Laden y Al Qaeda.
Durante los ocho años transcurridos, el CMS y sus secuelas no han estado subordinadas formalmente a Al Qaeda, aunque todos los grupos compartían dinero y armamento para llevar a cabo sus misiones terroristas. La ruptura oficial se produjo en 2013, cuando la última versión del CMS, bajo la denominación de Estado Islámico de Irak, amplió sus actividades también a Siria (pasó a llamarse Estado Islámico de Irak y el Levante- EIIL-), donde la franquicia oficial de Al Qaeda, el Frente Al Nusra, lideraba las operaciones de los grupos islamistas contrarios al régimen de Bashar al Asad.
Zawahiri ordenó al líder del EIIL, Abu Bakr al Bagdadi, que se retirara con sus hombres a Irak y dejara el mando de las operaciones en Siria al Frente Al Nusra. La negativa de Bagdadi llevó al mando central de Al Qaeda a declarar en un comunicado: "El EIIL no es una rama de Al Qaeda al Yihad [la denominación oficial del grupo fundado por Bin Laden]. No tenemos vínculos organizativos con él ni somos responsables de sus acciones". La ruptura era oficial. A finales de junio de este año Bagdadi proclamaba el califato en las tierras de Irak y Siria controladas por su grupo, que pasaba así a ser la organización terrorista más poderosa del momento, gracias a los recursos petrolíferos existentes en su territorio, al dinero y los bienes robados de las entidades financieras y al armamento capturado a las desorganizadas fuerzas de seguridad iraquíes.
Diferencias entre Al Qaeda y el EI
Las diferencias entre las dos organizaciones terroristas surgen desde su mismo origen. Los propios fundadores de los dos grupos, Ben Laden y Zarqawi, no podían ser más distintos. Ben Laden era de clase alta y tenía estudios universitarios, al igual que el grupo de dirigentes del que se rodeó desde un principio. Zarqawi y sus hombres, por el contrario, eran de baja extracción social y -algunos de ellos- de ambientes relacionados con la criminalidad. Entre los miembros de ambos grupos hay también un salto generacional, pues mientras Al Qaeda se nutrió fundamentalmente de combatientes formados en Afganistán en los años ochenta del siglo pasado, los integrantes del EI son en su mayor parte jóvenes que han empezado a curtirse en los actuales conflictos de Irak y Siria.
La presencia tradicionalmente mayoritaria en Irak de la organización de Zarqawi y su control de los flujos de yihadistas llegados de todas partes para combatir a las tropas internacionales primero y al Ejército iraquí después han permitido al Estado Islámico contar con amplias redes de reclutamiento y formación, que le permiten tener a su disposición en la actualidad unos 30.000 hombres, según los servicios de inteligencia occidentales.
El Estado Islámico y Al Qaeda difieren también en cuestiones ideológicas de fondo y en los objetivos que buscan alcanzar con sus acciones terroristas. Mientras Al Qaeda responsabiliza a Occidente (y principalmente al "gran Satán", como denomina a EEUU) de todos los males que aquejan a las naciones musulmanas, y por eso busca su destrucción, el EI quiere expurgar primero el mundo islámico de lo que considera herejías, y para ello no duda en masacrar a todas las minorías presentes en los territorios que caen bajo su yugo. El grupo de Bagdadi no comparte el poder con ningún otro allá donde se instala, mientras que Al Qaeda busca alianzas con grupos locales, como hace su filial en Siria, el Frente Al Nusra, en su lucha contra el régimen de Damasco.
Ambas organizaciones mantienen una disputa en cuanto a su legitimidad para liderar los movimientos yihadistas. El Estado Islámico acusa a Zawahiri de haber pervertido los principios fundadores que Ben Laden imprimió su organización. De hecho, se considera el sucesor legítimo de la auténtica Al Qaeda. Por su parte, los dirigentes actuales de Al Qaeda acusan al EI de romper una promesa religiosa y haberse convertido en un grupo rebelde.
El riesgo en estos momentos es que el EI y Al Qaeda lleguen a un entendimiento para colaborar en la batalla contra la coalición internacional liderada por EEUU y en el ataque a objetivos occidentales, como quiere cada organización respectivamente. Los últimos movimientos en el frente sirio, donde ya han comenzado a detectarse algunos indicios de treguas locales, podrían ir en esa dirección.
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