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Pablo Molina

Las cinco escaladas podemitas

No estamos ante unos majaderos que no saben gestionar una crisis, sino frente a un grupo político dispuesto a aprovechar esta tragedia para avanzar definitivamente en su agenda liberticida.

No estamos ante unos majaderos que no saben gestionar una crisis, sino frente a un grupo político dispuesto a aprovechar esta tragedia para avanzar definitivamente en su agenda liberticida.
El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias | EFE

La famosa desescalada del abusivo estado de alarma impuesto por Sánchez, Iglesias y Arrimadas lleva aparejada varias remontadas a cuál más dolorosa, como hemos comenzado a comprobar. Los comunistas del Gobierno de Sánchez están dispuestos a utilizar las contradicciones del sistema capitalista, en la jerga leninista tan del gusto de esta gente, agudizadas por una crisis pandémica que ellos mismos contribuyeron a agravar.

1. Impuestos

Preparémonos para un aumento de la presión fiscal sin precedentes cercanos. Estamos ante la tormenta perfecta para que el Estado vacíe nuestros bolsillos: unas cuentas públicas devastadas y un Gobierno dispuesto a sacrificar la riqueza de las próximas décadas para tratar de ganar las próximas elecciones. Los anuncios de nuevos impuestos a los ricos son solo propaganda para aumentar la recaudación entre las clases medias y trabajadoras, el segmento social que financia con su esfuerzo el coste del aparataje estatal. Los ricos no pagarán más impuestos porque son ricos y, en consecuencia, tienen medios para evitar el saqueo de esta tropa de enajenados. Los que no tenemos forma de evadir el zarpazo lo sufriremos en toda su intensidad.

2. Pobreza

Cuando gobernaba el PP había millones de niños imaginarios muriendo de inanición por las calles de las grandes urbes. Ahora que manda la izquierda y los comunistas se encargan de la cosa social es cuando de verdad se ven colas interminables de familias sin nada que comer. Cuanto más izquierdista es un Gobierno, más aumenta la pobreza, ley de hierro que los podemitas han venido a confirmar de la peor manera posible. Y esto no ha hecho más que empezar.

3. Censura

La utilización de la Policía para amedrentar a la población que protesta contra el Gobierno es otro clásico de la izquierda allá donde gobierna. Los excesos callejeros tan habituales cuando mandan sus rivales políticos son intolerables si están ellos en el poder. Iglesias ha pasado de emocionarse con las imágenes de una turba pateando a un policía tirado en el suelo a declarar que las quejas por la gestión gubernamental son un ataque a la democracia que las fuerzas policiales tienen que sofocar. Un mensaje nada sutil destinado a los que pretendan manifestarse cuando la desescalada toque a su fin.

4. Subsidios

Nadie sin una paga del Estado. El Modelo Venezuela en todo su esplendor, aunque hay que reconocerle el mérito al PSOE de su ensayo en Andalucía, que le permitió ganar elecciones durante cuatro décadas seguidas. Rentas vitales, ayudas a la emancipación, subsidios familiares… la imaginación podemita en todo su esplendor, alimentando un entramado cada vez más frondoso de redes clientelares a cambio del voto.

5. Educación

Es la base fundamental de la operación comunista, y garantía de permanencia de toda la basura ideológica impuesta por los talibanes progresistas mientras están en el poder. Les molestan hasta los colegios de educación especial, con eso ya está dicho todo.

No estamos ante unos majaderos que no saben gestionar una crisis, sino frente a un grupo político dispuesto a aprovechar esta tragedia para avanzar definitivamente en su agenda liberticida. Tengámoslo en cuenta cuando podamos salir a la calle a protestar.

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