La guerra de Siria es el primer conflicto en el que internet está desempeñando un papel determinante en todos los sentidos. El hecho de que la lucha se esté dirimiendo entre las dos principales corrientes del mundo islámico, tradicionalmente refractario a las nuevas tecnologías y a la libertad de información, otorga a las redes sociales un innegable interés añadido de gran valor para el futuro. Esa es precisamente la perspectiva del Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización (ICRS por sus siglas en inglés), que acaba de sacar a la luz un sugestivo informe sobre la influencia de las redes sociales, sobre todo Twitter y Facebook, en los yihadistas occidentales que han decidido participar en la guerra de Siria al lado de los grupos islámicos suníes contrarios al régimen prochií de Bashar al Asad.
El ICRS está integrado por el King College de Londres, la Universidad de Pensilvania, el Centro Interdisciplinario de Herzliya (Israel), el Instituto Jordano para la Diplomacia, y la Universidad de Georgetown, cinco instituciones de indudable prestigio en el ámbito académico internacional. Durante el último año, un equipo de investigadores de este organismo ha estado siguiendo detenidamente la actividad en las redes sociales de 190 combatientes occidentales presentes en la guerra de Siria, la gran mayoría de los cuales (más de dos tercios del total) son miembros del Frente Al Nusra y del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), los dos principales grupos yihadistas de la zona vinculados de una u otra forma con Al Qaeda. Las conclusiones son muy reveladoras acerca de las verdaderas fuentes que alimentan el fervor de estos luchadores islamistas y las personalidades que se han erigido como los principales referentes de la yihad en Twitter y Facebook.
El hallazgo más importante es que las cuentas oficiales de las organizaciones radicales han dejado de ser el principal canal de información del que se nutren los yihadistas occidentales. Los 11.000 combatientes procedentes de 74 países que están presentes en la guerra de Siria prefieren interactuar con lo que los expertos del ICRS han dado en llamar diseminadores, concepto con el que se refieren a activistas particulares que difunden a través de las redes sociales información sobre el conflicto prácticamente en tiempo real. Su popularidad se basa en la capacidad para expresarse en varias lenguas (sobre todo árabe e inglés), en que disponen de tiempo para dedicarlo a la red subiendo contenidos (sobre todo vídeos y fotografías de combates, reuniones y material bélico) y ofreciendo informaciones de todo tipo y, finalmente, a que gozan de una visión más amplia de todos los aspectos del conflicto por su capacidad de acudir a fuentes distintas de los grupos yihadistas directamente involucrados en la lucha.
El diseminador que opera bajo el perfil Shamiwitness es seguido en Twitter por más del 65% de los 190 yihadistas monitorizados, lo que le convierte en el más popular, seguido de cerca porAbusiqr, con un 63% de seguidores del total.
Pero la utilización masiva de Twitter y Facebook por los yihadistas ha dado lugar al surgimiento de unas autoridades espirituales de nuevo cuño, no afiliadas a ningún grupo concreto, que sirven de fuente de inspiración, ánimo y justificación a los que han dejado Occidente para jugarse la vida tratando de imponer en Siria su particular visión del islam.
Según este documento, los dos clérigos más populares entre el yihadismo occidental presente en Siria son Ahmad Musa Jibril y Musa Cerantonio, norteamericano y australiano respectivamente, cuya elocuencia en los discursos acerca de la legitimidad de la guerra contra el alauita Bashar al Asad, aliado de los chiíes, les ha proporcionado una gran preeminencia en las redes sociales. Ninguno de los dos actúa personalmente como reclutador de yihadistas ni está involucrado de forma directa en la guerra de Siria, sin embargo, el estudio del ICRS demuestra que las opiniones de ambos son una fuente muy importante de apoyo político y motivación religiosa para los combatientes occidentales.
Jibril nació en Dearborn, Michigan, en 1972. Pasó una parte de su infancia en Arabia Saudi mientras su padre estudiaba en una Universidad Islámica. De vuelta en los EEUU, ambos fueroncondenados por un tribunal federal por 42 cargos de conspiración, fraude bancario, fraude electrónico, lavado de dinero, evasión de impuestos y posesión ilegal de armas de fuego y munición.
Por su parte, Musa Cerantonio tiene 29 años y es de ascendencia irlandesa e italiana. Convertido al islam desde el catolicismo, realizó estudios islámicos y acabó presentando programas de televisión en la cadena egipcia Iqraa TV, el más popular de los cuales se llama Pregúntale al Jeque, un espacio en directo donde los espectadores pueden consultarle sus dudas sobre jurisprudencia islámica.
Los analistas del ICRS insisten en la enorme cantidad de información disponible en las redes sociales que los propios activistas aportan voluntariamente, lo que convierte este tipo de estudios en herramientas poderosas para conocer los entresijos del yihadismo y prever los movimientos futuros del radicalismo islámico, sobre todo en aquello que afecta a la seguridad de Occidente. Los hallazgos de este primer informe así parecen demostrarlo.
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