La última operación represiva de calado internacional registrada en el reino de los Saúd ha tenido por protagonista a una joven que se atrevió a pasear con minifalda en un conjunto monumental situado unos 150 kilómetros al norte de Riad. Al crimen de no vestir con propiedad –con el hiyab–, la chica misteriosa añadió el agravante de difundir las imágenes en una red social, con un vídeo colgado el pasado fin de semana que rápidamente se hizo viral.
Ese mismo lunes, el Comité para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio (CPVPV), la Mutawa, la policía que vigila el cumplimiento de las severas normas morales del reino, abrió una investigación para localizar a la joven y llevarla ante la justicia. Dos días más tarde la televisión estatal anunciaba su arresto por "vestir de manera indecente". En el posterior interrogatorio, la chica alegó como atenuante que iba acompañada de un varón de su familia y que no fue la responsable de subir a las redes sociales las imágenes.
El CPVPV es un ente oficial cuya labor ha provocado no pocas y agrias polémicas. Su director, miembro de la dinastía reinante como todos los cargos relevantes del país, forma parte del Consejo de Ministros y cuenta con 4.000 agentes a su servicio dedicados a hacer cumplir los mandatos morales impuestos por la monarquía, según su interpretación ultraconservadora del islam.
Creado en 1980 por el rey Fahd, en la actualidad ha perdido parte del poder del que gozaba antaño, sobre todo después de que 15 niñas murieran abrasadas en el incendio de su escuela luego de que miembros de esta particular policía las obligaran a volver al recinto en llamas y salir de él correctamente veladas. Ocurrió en 2002, y desde entonces los hombres del CPVPV no pueden llevar a cabo arrestos; tampoco llevan la vara de madera con la que castigaban en el acto las infracciones leves que presenciaban. Sin embargo, pueden acompañar a los agentes de policía en su actividad ordinaria cuando sospechan que se están violando principios islámicos y obligar al cierre de establecimientos durante las horas de rezo. Otras tareas encomendadas a esta particular institución tienen que ver con la represión de la homosexualidad, del contacto público entre hombres y mujeres sin vínculos familiares o de la práctica de otras religiones.
Además de todo lo anterior, el CPVPV extiende su competencia a la vigilancia de los delitos ultraterrenales. Desde 2009, el comité cuenta con una unidad especial antibrujería cuyos fines son instruir al público sobre los peligros de la hechicería, localizar a las brujas y neutralizar sus hechizos. Para ello abrió una línea telefónica directa, que los saudíes pueden utilizar para informar de cualquier asunto relacionado con la magia negra. La última promoción de cadetes especializados en anular hechizos malignos a lo Harry Potter se graduó en febrero del año pasado.
El caso de la joven de la minifalda ya está en manos de la Fiscalía, que ha de decidir qué tipo de castigo va a pedir para ella ante el tribunal que la juzgue en los próximos días. La sanción puede consistir en una multa o llegar a suponer el ingreso en prisión de la muchacha. Todo depende de la magnanimidad del juez… y de su identificación con el ambicioso proyecto modernización conocido como Visión 2020, con el que pretende transformar la sociedad saudí y hacerla dar en pocos años un paso de gigante hacia la modernidad.