La última resolución del Consejo de Seguridad de la ONU en contra de Israel ha provocado una fuerte polémica, tanto por su contenido como por el hecho excepcional de que se aprobó con la anuencia de EEUU. La ya famosa Resolución 2334 tacha de ilegales los asentamientos israelíes en los territorios en disputa y los declara fuera de la legalidad internacional, a la vez que los considera "un gran obstáculo para conseguir la solución de los dos Estados, así como una paz firme, duradera y completa". La propuesta fue firmada por Venezuela, Malasia, Nueva Zelanda y Senegal, salió adelante con los votos a favor de 14 miembros del Consejo y referida la abstención de EEUU por orden de Obama, una de sus últimas decisiones ejecutivas antes de abandonar la Casa Blanca.
La 2334 ha puesto sobre el tapete nuevamente la discusión sobre el sesgo antiisraelí de la ONU, en vista de su fijación con el Estado judío, la única democracia de Oriente Medio, mientras pasa por alto violaciones sistemáticas de los derechos humanos por parte de las tiranías de esa región y del resto del mundo.
Pues bien, como para zanjar definitivamente esta cuestión, un grupo de investigadores del Cesifo, institución alemana dedicada a la realización de estudios sobre economía y política internacional, ha analizado en un documento todas las resoluciones aprobadas por la ONU entre enero de 1990 y junio de 2013. El resultado, en lo que respecta al Estado de Israel, no ofrece la menor duda.
En ese periodo, Israel fue objeto de reprensión por parte de la ONU en 422 ocasiones, mientras que los demás países en su conjunto sólo recibieron 295 resoluciones negativas. Para hacerse una idea de la fijación de la ONU con el Estado judío, baste saber que el siguiente país en número de resoluciones en contra es Sudáfrica, con 59, y eso teniendo en cuenta que en los dos primeros años que comprende este estudio aún funcionaba el régimen del apartheid. Más abajo figuran Corea del Norte, con 38 menciones negativas en las resoluciones del Consejo de Seguridad, e Irán, con tan solo 21.
A lo largo de esos veintitrés años, Israel recibió como promedio el 65% de todas las condenas anuales expresadas en las distintas resoluciones de la ONU. Ningún otro país, incluidas dictaduras tan terribles como la cubana o la norcoreana, llegó siquiera a acumular un 5% de reprimendas.
En los años que comprende el estudio han tenido lugar conflictos sangrientos con millones de víctimas civiles, a pesar de lo cual ninguno de los países responsables de estas catástrofes humanas –autores en ocasiones de genocidios y auténticas limpiezas étnicas– han recibido, ni por asomo, la misma atención que Israel.
Algunos ejemplos:
– 1991-1999. Guerras de los Balcanes: 200.000 muertos.
– 1991. Guerra civil en Somalia: más de 500.000 muertos.
– 1991-2002. Guerra civil en Sierra Leona: 100.000 muertos.
– 1994. Genocidio de Ruanda: 800.000 víctimas en 100 días.
– Guerras de Chechenia: 1994-96 (100.000 muertos ) y 1999-2000 (50.000 muertos).
– 1998-2004. Guerra del Congo: 4 millones de víctimas.
– 2001-2014. Guerra de Afganistán: 35.000 muertos.
– 2011-… Guerra de Siria: 500.000 muertos.
En ese mismo periodo, en el que Irán desarrolló una intenta campaña de desestabilización internacional que incluyó la comisión de atentados masivos como la voladura de la embajada de Israel en Argentina y de la sede de la AMIA en Buenos Aires (22 y 86 muertos, respectivamente); en el que Corea del Norte desarrolló –como la propia República Islámica– un programa nuclear ilegal y amenazó constantemente a sus vecinos; en los que regímenes árabes como los del Baaz en Siria e Irak perpetraron matanzas sin cuento contra sus propios súbditos y financiaron y prestaron ayuda a grupos terroristas abiertamente israelófobos; en ese mismo periodo, sí, el Estado judío se retiró de Gaza y el Líbano, firmó la paz con Jordania y contribuyó decisivamente a la creación de la Autoridad Palestina, una serie de decisiones con las que los Gobiernos de Israel tomaron medidas dolorosas para tratar de forjar una paz duradera con sus vecinos.
El estudio del Cesifo trata de desentrañar los mecanismos sociológicos que hacen que los países de la ONU voten en bloque contra Israel de manera continua. Pero, más allá de las causas últimas de esta fijación antiisraelí, lo que parece quedar fuera de toda duda es que la comunidad internacional trata al Estado judío comparativamente con un rigor que muchos israelíes tachan de muy próximo al puro antisemitismo.
En realidad, los propios responsables de la ONU son conscientes del sesgo israelófobo de la organización. Su anterior secretario general, Ban Ki Moon, reconoció antes de abandonar el cargo que la organización solía cargar las tintas injustamente contra el Estado judío. La nueva embajadora de EEUU en la ONU, Nikki Haley, parte también de esa base para forjar su estrategia al frente de su delegación y se ha fijado como objetivo combatir la tendenciosidad antiisraelí. Vista la trayectoria de las Naciones Unidas… contra Israel, no cabe duda de que tiene una ardua tarea por delante.