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Pablo Molina

En efecto, todos estaban allí

El debate se centra en saber quién estuvo o no “allí” y quién apareció más o menos veces junto a ZP en sus años de mandato. Al final, se hará con el PSOE el candidato que cuente con un mejor especialista en Photoshop.

El PSOE está dirimiendo sus diferencias personalistas a golpe de manifiesto, en una serie de escaramuzas que tiene por objeto situar a los candidatos futuribles en una posición que haga innecesaria la celebración de primarias, como es norma habitual en la casa. Porque esto de la democracia interna está muy bien para utilizarlo como elemento de propaganda, pero a la hora de la verdad los partidos no suelen permitirse excesos libertarios que pueden tener como resultado una alteración de los planes de sus dirigentes.

En este momento de la confrontación que vive el PSOE el parte de guerra no arroja todavía bajas que lamentar, pero los dos bandos que han iniciado las hostilidades ya han mostrado sus armas. Las escuadras de Rubalcaba se ufanan del magnífico legado de Zapatero y afirman, orgullosas, que ellas "estuvieron allí". Las falanges chaconistas, por su parte, no aclaran si estuvieron o no con Zapatero, pero en todo caso se atreven a mostrar serias dudas de que la gestión de los gobiernos de ZP haya sido tan brillante como afirma la propaganda oficialista. De hecho, Carmen Chacón y sus colaboradores aceptan, al menos como hipótesis, que ZP pudo cometer algún error en sus dos mandatos, pero eso sí, colocándose todos ellos en el papel de damnificados del zapaterismo como si no hubieran formado parte de su equipo, bien en el gobierno, bien en la ejecutiva del partido.

Y sin embargo lo cierto es que todos estuvieron allí. Todos. Con Zapatero. Apoyando todas sus desmesuras, aplaudiendo todos sus disparates, secundándolo en sus desbarros, celebrando sus imprudencias, exaltando sus desvaríos y festejando sus extravagancias con el resultado por todos conocido, una economía comatosa camino de los seis millones de parados y un estado general de postración nacional, con serios desperfectos en un armazón constitucional ya de por sí bastante desvencijado.

Tanto unos como otros son responsables directos de la tragedia actual de nuestro país, sólo que los rubalcábidos son algo más desvergonzados y fingen interpretar la ruina que nos han provocado como un albur ajeno a su voluntad que, en todo caso, no puede empañar la brillantísima gestión de Zapatero durante sus casi ocho años al frente de los destinos de España.

Este es el cuerpo central del debate "de ideas" del socialismo español, saber quién estuvo o no "allí" y quién apareció más o menos veces junto a ZP en sus años de mandato. Al final, se hará con el PSOE el candidato que cuente con un mejor especialista en Photoshop. Viva la democracia interna.

En España

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