Fernando Reinares, investigador principal del Real Instituto Elcano, ha realizado un análisis detenido del fenómeno terrorista a lo largo de los últimos años en la zona norte del continente africano. El Magreb es una de las regiones con mayor presencia de grupos terroristas de carácter islamista; allí, el terrorismo ha sufrido cambios muy notables desde la eclosión de la llamada Primavera Árabe, que Reinares pone de manifiesto en este estudio.
El primer cambio significativo es que el escenario principal de los atentados se ha trasladado desde Argelia a Libia. Desde 2011, nueve de cada diez atentados han tenido lugar en la patria de Gadafi. En 2014, el año más sangriento, el 95,3% de los ataques terroristas tuvieron lugar en territorio libio. Por contraste, en 2011 se produjeron 15 atentados, diez de los cuales ocurrieron en Argelia.
La situación en lo que llevamos de año ha empeorado de manera significativa, a tenor de los datos que ofrece Reinares:
A lo largo de 2015, el Magreb ha sido escenario de importantes actos de terrorismo. Entre ellos destacan los dos atentados consecutivos que ocasionaron la muerte, el 18 de julio, a 14 soldados argelinos en la prefectura de Ain Defla, al suroeste de Argel. También los que terminaron con la vida de 18 personas en torno al Museo del Bardo, en la capital de Túnez, el 18 de marzo, así como, el 26 de junio, con las de otras 38 en la localidad turística de Sousa. Asimismo, la decapitación, conocida en febrero, de 21 cristianos egipcios en algún lugar de la costa de Libia y, en este mismo país, los atentados suicidas que el 25 de marzo produjeron no menos de 17 muertos en Bengasi.
El terrorismo en el Magreb difiere del registrado en otras zonas del Gran Oriente Medio. El autor destaca que en el norte de África los atentados "son muy frecuentes pero poco letales". De acuerdo con los registros de las organizaciones dedicadas a monitorizar el fenómeno, la ratio de muertos por atentado es de 1,1, lo que significa que se trata de un terrorismo de baja mortalidad relativa. Hay demás diferencias muy importantes entre los cuatro países del Magreb.
Mientras que en Libia se observa un extraordinario auge de dicha violencia terrorista, sobre todo a partir de 2012, su frecuencia se ha contenido en Argelia desde 2013, año a partir del cual crece considerablemente en Túnez. Marruecos destaca, en sentido contrario, por la ausencia de atentados con posterioridad a 2011. Estas grandes variaciones obedecen ante todo a los muy diferentes contextos de seguridad existentes en esos cuatro países. Aunque son condiciones que podrían alterarse en función de factores tales como, por ejemplo, una reorientación de sector islamista en el caso marroquí, un deterioro de la situación económica en el argelino, el agravamiento de la cuestión social en el tunecino o la implementación de pactos políticos en el libio.
En total, en el conjunto del Magreb se produjeron el año pasado 47 veces más atentados que en 2011, año del nacimiento de la Primavera Árabe. Antes, los ataques terroristas en el norte de África suponían el 0,33% de los cometidos en todo el mundo. Cuatro años después suponen casi el 5%.
Reinares considera improbable que el terrorismo remita a corto plazo en Argelia y Túnez, a la vista de lo ocurrido en los seis primeros meses del presente año. Sin embargo, cree que hay lugar para la esperanza de ver una reducción en el número de atentados en Libia, "debido en buena medida a que durante ese primer semestre se desarrolló en el país de un proceso de diálogo político auspiciado por Naciones Unidas". La presencia muy activa del Estado Islámico y Al Qaeda en Libia y el caos político que sigue reinando en el país cuestionan, a fecha de hoy, vaticinio tan optimista.