A pesar de que el diario cuya plataforma digital tiene nombre de chicle sin azúcar se refiere a este periódico como una simple página web, hay ya cierto consenso entre la profesión de que el hallazgo de uno de los focos de explosión del 11-M, arrumbado en un chamizo destartalado, es propio de un medio solvente con grandes profesionales a su servicio. Además de rendir el servicio a la sociedad que cabe exigir a un medio de comunicación, la noticia de Libertad Digital que hoy incluye el resto de los medios nacionales ha servido también para demostrar que en papel, en formato digital, o por ondas electromagnéticas, la excelencia en los contenidos no depende de la textura del soporte utilizado para su transmisión.
El Fiscal General del Estado ha actuado como corresponde a su cargo, ordenando una investigación sobre las circunstancias en que han sido hallados los restos y las peripecias que dieron lugar a tan peculiar sistema de custodia. Es lógico que haya cierta sensación de sorpresa porque con el 11-M lo normal hasta ahora ha sido la elusión de responsabilidades a lo largo y ancho del escalafón. Ahora, al menos, podremos tener una idea cabal de las personas que decidieron que uno de los focos de explosión no merecía ser preservado, hasta agotar todas las pruebas que pudieran dar respuesta a los interrogantes que todavía pesan la forma en que se perpetró la masacre.
Las víctimas del 11-M, al menos la mayoría y la asociación que las representa, llevan años insistiendo en la necesidad de que una nueva instrucción revise los aspectos que la propia sentencia recaída dejó sin concretar. También para esclarecer las responsabilidades de las autoridades que participaron en todo el proceso desde el mismo día de los atentados, en el caso de que se demuestre que actuaron de forma incorrecta o dolosa. Es lo mínimo que merecen, dadas las circunstancias, de ahí la importancia de este nuevo hallazgo.
El que este nuevo impulso a la investigación del mayor atentado terrorista ocurrido en España haya surgido de un medio modesto como el nuestro, acredita que la profesionalidad y la solvencia periodística no dependen de grandes presupuestos, sino de la prelación que la decencia y el sentido de servicio a la sociedad tienen en la escala de principios de cada medio.
Libertad Digital ha cumplido con su deber. Ahora les toca a otros hacer lo propio con el suyo. Para más información, no dejen de visitar a diario esta, su "página web".
Pablo Molina
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El día que LD hizo el trabajo de la Justicia
El Fiscal General del Estado ha actuado como corresponde a su cargo, ordenando una investigación sobre las circunstancias en que han sido hallados los restos y las peripecias que dieron lugar a tan peculiar sistema de custodia
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