El comunicado de Aznar en el que valora los resultados de las elecciones catalanas ha sido celebrado como un soberano rapapolvo a Rajoy, el propio que dejó al cuidado del partido en la confianza, vana, de que no iba a desviarse ni un solo milímetro de la senda que previamente le había marcado. Pero la primera obligación de un heredero es poner patas arriba la organización recibida, y en esto Mariano Rajoy, el hombre previsible, no iba a ser una excepción.
Los colaboradores de Rajoy también parecen haber entendido que el sentido de las palabras del presidente de honor del partido son una enmienda a la estrategia (llamémosla así) del partido en Cataluña y un capón a sus actuales dirigentes. Sin embargo, lo que escribe Aznar en ese comunicado dista muy poco del discurso oficial de los populares para explicar el batacazo en las elecciones catalanas, el quinto consecutivo desde que Rajoy llegó al Gobierno con mayoría absoluta.
Por ejemplo, unas de las conclusiones que Aznar extrae del fracaso catalán es: "Los constitucionalistas tenemos que decir que las elecciones autonómicas en Cataluña las han ganado los secesionistas, pero que han fracasado en sus intenciones plebiscitarias". La misma frase, sin cambiar prácticamente una coma, es la que Soraya Sáez de Santamaría y sus chicos vienen repitiendo desde el lunes por la mañana a modo de consigna genovesa. El presidente de honor del PP también hace una crítica a los partidos sedicentemente nacionales para que se dediquen a defender la Constitución "y no a hacer extravagancias ni hablar de terceras vías o abrir nuevos procesos de negociación que debiliten las posiciones constitucionales", en clara referencia al PSOE. Con algún matiz, si nos ponemos puntillosos, esa es básicamente la crítica que el PP viene haciendo a Pedro Sánchez, cuya sumisión a las tesis del PSC en la pasada campaña ha sido ciertamente de vergüenza ajena.
Por más vueltas que se le dé, el comunicado de José María Aznar es más una sugerencia voluntariosa que una enmienda a la totalidad. Y eso que Aznar tiene muchos motivos para censurar a Rajoy y exigirle que combata al separatismo con todos los medios a su alcance. Exactamente lo que él no hizo en los ocho años que estuvo en el poder.