Los científicos riojanos venían advirtiendo del peligro potencial que supone la presencia comprobada del virus de la Fiebre Hemorrágica Crimea-Congo en garrapatas del género Hyalomma diseminadas en campos abiertos de diversas zonas de España. Lamentablemente acaban de registrase los primeros casos de transmisión en humanos, con resultado de una muerte y, hasta el momento, un caso de grave contagio y otros varios de sospecha de la transmisión. España se enfrenta a un grave problema sanitario.
El virus de la Fiebre Hemorrágica Crimea-Congo no es tan letal como su próximo pariente conocido con el nombre de Ébola, pero hay que calificar su ataque en personas como de suma gravedad. Está demostrada su capacidad de transmisión a través de Hyalomma lusitanica, conocida en ambientes rurales como "garrapata dura" o "garrapata negra". Esta especie es propia de lugares esteparios de zonas templadas y puede desplazarse a grandes distancias transportada por las aves migratorias.
En estos momentos de alarma viene a cobrar relevancia especial la Tesis doctoral de Silvia Carmen Corta Guijardo, en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. En dicho estudio no sólo se contempla el ciclo vital de Hyalomma, sino también las múltiples formas de lucha contra las plagas de garrapatas en los diferentes países del mundo.
Comencemos por recodar que Hyalomma es la más abundante de las garrapatas que se encuentran en los pastizales y estepas de la España seca, y que su número se multiplica después de algunos años de veranos especialmente secos y calurosos, exactamente la situación que ahora se produce.
Hasta el 84% de las garrapatas recolectadas para su estudio en dichas zonas españolas pertenecen a este género, aunque sea más conocida la garrapata Ixodes ricinus por su frecuente presencia en nuestros perros domésticos.
En cuanto a su capacidad para atacar al hombre, Hyalomma cuenta con la ventaja de desplazarse activamente en busca de sus víctimas. Tanto los adultos como especialmente las formas larvarias pueden reptar y trepar por la piel de los diferentes animales a los que atacan, no sólo mamíferos sino también aves y reptiles.
Las garrapatas más conocidas, del género Ixodes -las típicas en los perros- trepan por el pasto y se dejan caer cuando perciben los estímulos adecuados, que son calor y olor a ácido butírico: uno de los componentes de las secreciones de la piel de los mamíferos.
Hyalomma puede parasitar a muchos mamíferos de diferente tamaño, tanto silvestres como domésticos. Los primeros datos en este sentido se registraron en España en cérvidos, principalmente en gamos, pero el ganado bovino es especialmente susceptible.
Todos los países del mundo luchan contra las plagas de garrapatas. Sus efectos sobre el ganado a causa de la debilidad que produce en el mismo la extracción de sangre a que lo someten sería suficiente para justificar esta guerra, pero lo más importante es su papel como transmisores y reservorio de diferentes enfermedades, algunas bacterianas y otras víricas, esto último especialmente temible.
Fiebre de Lymen, ehrlichiosis, babesiosis, ritcetchiosis y muchas otras patologías humanas y del ganado reconoce frecuentemente su origen en la picadura de garrapatas, pero la presencia de virus de fiebre hemorrágica en garrapatas de la Península Ibérica puede suponer un problema de dimensiones realmente enormes.
Hay que comenzar por felicitar a las autoridades sanitarias y a los científicos especializados por su actuación en este caso. Han sido sinceros, han hablado claro y esta es la mejor forma de no provocar alarmismo con misterios ni disimulos. Hay que actuar de inmediato, tomar medidas de prevención y tener a la población suficientemente informada.
Es importante que excursionistas y personas que acampan en la naturaleza en lugares sospechosos de albergar garrapatas utilicen repelentes, caminen con botas en lugar de sandalias y duerman en tiendas de campaña aisladas del exterior por mosquiteras tupidas. En cuanto a nuestros queridos perros, el mercado pone a nuestra disposición suficientes y diversos protectores como collares, pipetas, lociones, etcétera. Seamos más rigurosos que nunca al aplicar estas medidas.
Las autoridades sanitarias y ganaderas tienen buen trabajo por delante. Habrá que invertir recursos cuantiosos en desparasitaciones del ganado, y aunque el enemigo es escurridizo y muy numeroso hay experiencias suficientes en métodos de lucha, e incluso una organización mundial para el control de este tipo de plagas, la IOBC, que trata de evitar que las garrapatas acaben con la salud y la economía de algunos países subtropicales especialmente azotados por estos ácaros.
En estos momentos, y con la reserva necesaria por la gravedad del caso, asciende a 238 el número de personas en observación en Madrid, pero parece haberse detectado dos casos en Barcelona, todos de personas que habían paseado por Ávila, que se encuentra en el punto clave de las observaciones por haber ocurrido allí la posible transmisión en el único caso mortal registrado hasta el momento.
Nos encontramos ante un reto sanitario de dimensiones pocas veces alcanzadas en nuestro país. Las autoridades más relevantes, como el catedrático de Microbiología de la Universidad de Valladolid, José María Eiros tranquilizan en el sentido de que hasta ahora sólo puede hablarse de casos aislados y no de un verdadero brote. Con la confianza en su solvencia seguiremos aguardando y trabajando para extremar la higiene en el manejo del ganado susceptible de actuar como transmisor. Más difícil es el control de la fauna salvaje, como lepóridos o cérvidos.
Sólo cabe esperar que nade nos venga con la clásica teoría de que "el cambio climático está extendiendo hasta nosotros enfermedades hasta ahora tropicales". La garrapata Hyalomma es más mediterránea que tropical y seguramente tiene su origen en Asia.
Es momento de dar paso a la Ciencia y la verdad es que sirve de consuelo encontrar trabajos tan documentados como el de la Doctora Corta Guijarro en la Facultad de Veterinaria de la Complutense, Tesis fechada en 2014 y por tanto de plena actualidad.