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Miguel del Pino

¿Dónde están los gorriones?

Desde hace años, en muchas capitales europeas, se viene observando la disminución del número de estas graciosas aves.

Desde hace años, en muchas capitales europeas, se viene observando la disminución del número de estas graciosas aves.
Ejemplar de gorrión común macho joven. | Wikimedia Commons - Roland zh

Los familiares gorriones, los pájaros urbanos por excelencia, están desapareciendo de las grandes ciudades a un ritmo tan rápido que podrían llegar a extinguirse en pocos años. Su figura inconfundible y su familiaridad con nuestra especie son tan conocidas que resulta difícil imaginar la urbe sin ellos. ¿Qué está ocurriendo con los gorriones?

Desaparecen en toda Europa

El fenómeno viene observándose de manera progresiva en muchas grandes capitales europeas, Madrid entre ellas. Cada vez hay menos gorriones en las calles y también disminuyen en parques y jardines. En barrios enteros han desaparecido y en otros sólo tienen presencia testimonial. Sin duda, estamos ante un problema ecológico que merece ser investigado.

El gorrión común Passer domesticus es un pájaro perteneciente a la familia de los Ploceidos cuyo hábitat está casi siempre ligado a las habitaciones humanas, tanto en grandes ciudades como en pueblos y caseríos. En los campos cultivados sólo aparece en las inmediaciones de las poblaciones. Es muy sociable y suele verse en grupos que tienen sus dormideros favoritos en árboles y edificios.

Es inconfundible su gracioso andar en el suelo, a pequeños saltos, comiendo toda clase de restos en el suelo de las calles. En el campo come también granos y frutos.

En el tiempo caluroso se convierte en insaciable devorador de insectos, con los que alimenta a su voraz prole. Es en este momento cuando se puede apreciar la utilidad de su labor en la ciudad. como limitador de plagas y controlador de toda clase de pequeños invertebrados. Realmente resulta muy útil para los ciudadanos la labor de policía de los insaciables gorriones.

La explosión de mariposas gamma que cíclicamente se produce en Madrid como consecuencia de circunstancias meteorológicas que modifican la explosión de estos insectos, por otra parte inofensivos pero que causan alarma, daba ocasión a los gorriones para mostrar su eficacia depredadora. Los ciudadanos asistían admirados a los combates aéreos plenos de acrobacias y picados, en los que el pájaro solía salir triunfador en la mayor parte de las ocasiones.

Pero cuando los gorriones comenzaron a disminuir, el equilibrio resultó amenazado. Los insectos pueden ser controlados, pero por medio de plaguicidas que los gorriones nos ahorraban; además, ¿no era la presencia de estos pájaros una grata pincelada de vida en medio del asfalto y el cemento?

Porque el gorrión es un hermoso pájaro, a pesar de que su librea resulte modesta en colorido: sólo los castaños, grises y blancos figuran en la paleta de colores de su diseño, pero cuando un macho en celo muestra su negra corbata en contraste con el blanco de sus mejillas y el chocolate de su cabeza, el efecto resulta verdaderamente bello.

Las peleas de gorriones machos son el primer anuncio de la llegada de la primavera. Encelados se enzarzan en luchas multitudinarias y escandalosas, y a veces forman verdaderos ovillos de cuatro o cinco ejemplares que caen rodando entre el tráfico o a los pies de los viandantes. Cuando esto sucede no hay duda: el invierno ha quedado atrás y pronto comenzará la temporada de cría. ¿Debemos hablar en presente o en pasado? ¿Asistiremos pronto a una primavera silenciosa sin el estruendo de los gorriones en las ciudades? ¿Por qué se están extinguiendo los gorriones?

El futuro de los gorriones

Seguramente el problema no reconoce una sola causa, sino un conjunto de ellas. Desde luego esta cuestión no encuentra una solución categórica, aunque eminentes ornitólogos la están estudiando desde hace al menos una década. Parece descartada una enfermedad epidémica, de manera que es preciso buscar causas ambientales para resolver el enigma.

La proliferación de urracas en las ciudades y la presencia de pequeñas colonias de pequeñas rapaces como los cernícalos, en pleno corazón urbano, podría ser una de las razones de la desaparición de los gorriones. No sólo por la depredación directa, sino también, en el caso de las urracas, por la destrucción de los nidos.

En los gorriones españoles es posible que haya tenido influencia el establecimiento de colonias de cotorras, actualmente en fase de control. Estas adaptables aves podrían competir con los gorriones por los lugares de nidificación e incluso expulsarlos de ellos.

Volviendo a considerar que lo más probable es que no sea una sola la causa, sino un conjunto de ellas, sería interesante estudiar los posibles efectos de las sustancias empleadas para el control de las plagas de palomas urbanas. En algunas ciudades europeas se ha recurrido a suministrar piensos con compuestos debilitadores de la cáscara del huevo y, por tanto, esterilizantes. ¿Pueden los gorriones haber sido también víctimas al ingerir este grano tratado?

En este sentido, hay que comprender que muchas autoridades municipales emprendan campañas para limitar el número de palomas, no sólo por los efectos de sus excrementos sobre los edificios y el mobiliario urbano, sino también por la alarma que produjo la aparición de la llamada "Gripe A", cuya transmisión se achacó en principio a determinadas poblaciones de aves acuáticas. Este problema está hoy relativamente bien controlado.

Hace falta en definitiva seguir estudiando las razones de la desaparición del gorrión común: no sólo por sensibilidad a su graciosa presencia en las ciudades o por su efecto beneficioso sobre las plagas, sino también por la posibilidad de que este problema ecológico presente aristas desconocidas que puedan tener importancia sanitaria.

¿Será posible que nuestros niños, en unos pocos años, se sorprendan al ver a un gorrión en el parque caminando con sus graciosos saltitos?

En Tecnociencia

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