
El sensacionalismo y la exageración no son factores en que hayamos basado tantos años de divulgación ambiental y de defensa de los animales que han ocupado nuestro trabajo, sin embargo hay algunos casos de crueldad extrema con los animales que deben ser denunciados claramente y puestos en conocimiento de la opinión pública y de las autoridades. Lo recientemente ocurrido en Adra es uno de los ejemplos más conmovedores.
Brutal sacrificio frustrado
En un descampado de dicha localidad almeriense ha sido encontrado un perrillo con las cuatro patas atadas y sujeto por el cuello a un poste. El desalmado ejecutor quería sin duda deshacerse del animal y no encontró mejor manera que ¡apuntillarlo!, de forma que el perro, un mestizo de talla mediana, fue hallado con la nuca apuñalada, aunque afortunadamente vivo.
La crueldad del individuo corre pareja con su ignorancia de la anatomía animal, ya que la zona de inserción de las vértebras cervicales con el cráneo es muy diferente de los cánidos a los ungulados: en estos último, la configuración curvada de los primeros cuerpos vertebrales, el atlas y el axis, deja un espacio que prácticamente descubre el bulbo raquídeo, lo que permite que una punción en este hueco óseo produce la desconexión cerebral fulminante y el sacrificio relativamente incruento.
No es así en los carnívoros, el perro entre ellos, de manera que más vale no imaginar la escena que debió de tener lugar hasta que el verdugo se alejó incapaz de dar muerte súbita al animalillo.
Un sorprendente final
Es increíble, pero la historia termina de manera feliz. El animal vive, está a salvo y curado y hasta tiene un nombre: Naif. El milagro ha corrido a cargo de un grupo de personas encuadradas en la asociación El Refugio cuyo presidente, Nacho Paunero, hace una llamada que desde luego compartimos, en el sentido de que hechos como éste sean puestos en conocimiento de las autoridades.
En algunos casos la barbarie contra los animales tiene su base en la ignorancia y la falta elemental de educación, pero en ocasiones como la que comentamos la crueldad demostrada por quien comete el acto es tal que no dudamos al afirmar que se trata de individuos potencialmente peligrosos también para los seres humanos, de verdaderos indeseables merecedores de la máxima sanción que las Leyes prevean al respecto.
Hasta hace muy poco tiempo la legislación española no disponía de armas penales para perseguir actos de este calibre; sólo podía aplicarse el concepto de falta y la correspondiente sanción se limitaba a lo pecuniario. Hoy las cosas van cambiando en este sentido y los jueces disponen ya de bases para tratar como delitos estas conductas repugnantes.
Es necesario denunciar e investigar. No queremos dejar caer el peso de la noticia sobre la localidad de Adra. Podría tratarse de forasteros que habrían accedido desde cualquier otro lugar, pero en los pueblos estas cosas terminan por saberse, y es de buenos ciudadanos y de buenas personas poner los hechos en conocimiento de las autoridades.
Las cifras del abandono
El ejemplo es estremecedor, pero no queremos que "el árbol nos impida ver el bosque", de manera que es interesante reparar en lo insostenible de la cifra global del abandono de perros y gatos en nuestro país. Durante 2014 se elevó a 140.000, según datos de la protectora El Refugio. Resulta difícil de creer pero la fuente es solvente, de manera que puede tomarse como referencia.
Una cantidad tan brutal de abandonos invita a ponerse a investigar y a trabajar para atajar este problema, que resulta realmente vergonzoso y que nos deja muy lejos de conseguir el objetivo de sacrificio cero con respecto a los pobres animales recogidos en protectoras públicas y privadas.
El tercer sábado del mes de agosto se ha fijado, desde 1991, como "Día Mundial del animal abandonado". Dejemos aquí constancia de ello.