El martes por la noche el presidente Obama menospreció la importancia del ISIS y exageró el éxito de Estados Unidos en la lucha contra él.
Don’t worry, be happy. No te preocupes y sé feliz. Ésta no es "la III Guerra Mundial" y los terroristas "no amenazan nuestra existencia nacional". No son más que un puñado de “almas retorcidas que conspiran en apartamentos y garajes” y que deben ser “erradicadas, acosadas y destruidas”, que es justo lo que está haciendo su Administración:
Desde hace más de un año Norteamérica encabeza una coalición de más de 60 países para cortar la financiación del ISIS, desbaratar sus planes, detener el flujo de terroristas y erradicar su perversa ideología. Con cerca de 10.000 ataques aéreos, estamos acabando con sus líderes, su petróleo, sus campamentos de entrenamiento y sus armas. Estamos adiestrando, armando y apoyando a fuerzas que van ganando territorio constantemente en Irak y Siria.
Y entonces irrumpe la realidad. Como homenaje al difunto y gran David Bowie, podríamos decir: Ground control to Major Obama ["Control de tierra llamando al comandante Obama"].
El martes, el mismo día del Debate sobre el Estado de la Unión, un terrorista suicida sirio afiliado al ISIS se hizo estallar en una céntrica plaza de Estambul y mató a diez turistas alemanes.
Ayer el mundo se despertó con la noticia de que se había producido un atentado en Yakarta en el que habían muerto al menos dos civiles. Puede que las primeras informaciones al respecto no sean precisas, pero apuntan a que al menos habrían participado nueve terroristas.
El atentado de Estambul es lamentable, pero no sorprendente, dada la cercanía de Turquía al Estado Islámico y el historial de atentados previos cometidos en el país. El pasado julio otro terrorista suicida del ISIS mató a 32 personas en un centro cultural del sudeste turco.
El atentado de Yakarta resulta más novedoso y por ello, en cierto sentido, más perturbador, aunque por suerte el número de muertos haya sido bajo. Indonesia no ha sufrido un gran atentado terrorista desde 2009, pero el ISIS amenaza al que, con 250 millones de habitantes, es el mayor país musulmán del mundo. Cientos de indonesios han viajado a Siria para luchar junto al ISIS, y más de 50 han muerto allí. Hay un riesgo real en Indonesia, como en muchos otros Estados, de que combatientes radicalizados regresen al país para sembrar el caos, o de que el grupo terrorista inspire a yihadistas locales.
En cualquier caso, resulta ridículo afirmar, como hace Obama, que el ISIS está siendo derrotado o siquiera contenido. Ha perdido una pequeña parte de su territorio, apenas el 14% de las tierras del Califato, pero está decidido a compensar recientes reveses en lugares como Ramadi cometiendo más atentados en el extranjero. Y lo está logrando, pese a la indolente campaña que Obama ha organizado contra él.