Alejandro Toledo sigue rechazando cualquier posibilidad de debatir con sus rivales en las elecciones presidenciales. La primera que ha insistido para que tal encuentro se realice ha sido Lourdes Flores Nano, candidata por la agrupación Unidad Nacional. Sin embargo, la única respuesta que ha recibido por parte del candidato de Perú Posible es la de que no tiene tiempo y que su agenda está copada.
Es una pena que Toledo haya rechazado un debate que él mismo exigió a Alberto Fujimori antes de la primera vuelta de las pasadas y fraudulentas elecciones generales del año pasado. En aquella oportunidad las cifras eran coincidentemente parecidas, salvo que esta vez Toledo está en cabeza de las encuestas. Su diferencia con Lourdes Flores varía entre los 6 y 10 puntos, según la empresa encuestadora, la misma distancia que tenía el depuesto Fujimori sobre él.
Resulta incompresible que Toledo se niegue a debatir. Hacerlo no significa atacarse frente a las cámaras de televisión, sino intercambiar opiniones acerca de temas primordiales para el futuro del Perú como la economía, la lucha contra la corrupción, contra el narcotráfico, la generación de empleo, etcétera. Gracias a los debates, el elector podría ir a las urnas con mejor conocimiento de causa. Pero eso no podrá suceder, ya que Toledo se ha negado a aceptar las diversas invitaciones.
El pasado miércoles, la emisora Radio Programas de Perú, decidió realizar el primer debate radial en el país entre Lourdes Flores y Alan García, candidato por el APRA y ex presidente entre 1985 y 1990. Resultó interesante escuchar las propuestas de ambos candidatos, aunque las maravillas que ofrece García parecen un retorno al pasado y a las elecciones de 1985, en las que fue elegido presidente. Flores Nano expuso con acierto su plan de Gobierno y atacó el periodo en que García fue presidente presentando las oscuras cifras que dejó.
Lo sorprendente fue escuchar, tras el debate, las opiniones de los oyentes. La gran mayoría de estos dio como ganador a García, criticando a Lourdes Flores por recordar la etapa en la presidencia del APRA que, según ellos, fue hace tiempo (apenas 15 años). Aunque tampoco se trata de torturar a los electores, nunca se debe olvidar la terrible situación en que dejó García al Perú, crisis que se arrastra todavía hoy.
En las encuestas, Toledo seguirá en el primer lugar, pero algunos analistas han indicado que el segundo lugar aún no está definido. Según estos, Alan García podría dar el salto final y conseguir pasar a la segunda vuelta. El responsable de esto es sin dudas el índice de indecisos, que ronda los 15 ó 20 puntos, según los últimos sondeos. Esta cifra se traducirá en votos en blanco o nulos el próximo 8 de abril, pero también permitirá estirar el porcentaje de algunos candidatos. Justamente es allí donde García podría dar la sorpresa.
En la última encuesta publicada en Lima, Toledo rozaría el 30 por ciento, Flores Nano obtendría el 22,5 por ciento y García el 15,8 por ciento. El primero de estos, ha experimentado una sensible caída. La razón exacta no la sabemos, pero parece estar perdiendo los papeles. El tema del ADN para probar una paternidad, que por cierto no debería ser discutido en una campaña electoral, el supuesto secuestro por parte de Montesinos, y un último discurso de su esposa, podrían estar detrás de esa disminución.
Eliane Karp de Toledo es una mujer que ha participado activamente en la campaña de Perú Posible, y eso es hasta bueno. Es un punto a favor de Toledo, ya que mientras se encuentra en la sierra peruana, da sus discursos en quechua, lo que sin duda llena de satisfacción a los pobladores. Sin embargo, en los últimos días, parece haber perdido el rumbo. En un discurso atacó a los blancos limeños indicándoles que se prepararan para la presidencia de un serrano. Exacerbó los ánimos llamando a la fuerza de los Apus (cerros-dioses) y del propio Inca Pachacutec. Es bueno que todos los peruanos no olvidemos nuestros orígenes, pero una campaña electoral no debería servir para emitir mensajes que rozan el ataque entre razas, sobre todo considerando la composición multirracial del Perú.
Estas elecciones debieron ser (porque han sido como las de siempre) ejemplares, con discusiones de puntos de vista, propuestas para el electorado, con la presencia de los siempre buenos debates. Sin embargo, no ha sido así, y los golpes bajos han estado presentes en todas las direcciones. Ojalá que el mandatario (o mandataria) elegido rompa con las tradiciones presidenciales de las últimas décadas, y su principal ocupación sea la de avanzar en la democratización del país y mejorar las condiciones de vida de los peruanos.