Los farmacéuticos somos profesionales sanitarios que formamos parte del Sistema nacional de Salud y realizamos una función, en ocasiones desconocida, pero fundamental para mejorar la calidad de la vida de los pacientes. En 2017 se sobrepasaron las 22.000 farmacias (22.046). Cada día 2.3 millones de personas son atendidas en las farmacias y los farmacéuticos ofrecen del orden de 182 millones de consejos sanitarios -sin dispensación- con un valor aproximado de 1.740 millones de euros.
Además, la capilaridad de las oficinas de farmacia hace que llegue al 90% de la población. Hay 2.000 farmacias en poblaciones de menos de 1.000 habitantes donde en muchas ocasiones es el único centro sanitario y el farmacéutico el único profesional sanitario.
Los farmacéuticos son profesionales sanitarios independientes que hacen prevalecer siempre el criterio sanitario. Así, en estos momentos se trabaja tanto en informar sobre el uso de medicamentos, prevención y promoción de la salud.
Una de las actuaciones que se desarrollan desde oficinas de farmacia es la formulación magistral y que, al contrario de lo que perciben muchas personas, sobre todo fuera del ámbito farmacéutico, es una actividad creciente. Es curioso que en el año 2017 el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) emitió un informe que concluía que la elaboración de fórmulas magistrales está en decrecimiento. Pero al menos en Madrid no es así.
En el año 2017, sólo en el ámbito del Sistema Nacional de Salud se dispensaron en la provincia de Madrid 124.726 financiadas públicamente. Cifra que es muy superior si se considera también la prescripción privada, que en algunas zonas es mayoritaria. Se ha incrementado en la provincia de Madrid en un 27% en los últimos 4 años.
Pero, ¿cuándo se recurre a esto? Fundamentalmente, cuando se dan una de las dos circunstancias siguientes:
A) Porque no hay comercializado un medicamento industrial con el fármaco que el prescriptor considera que es el más adecuado por el paciente.
- Porque se ha dejado de fabricar por los laboratorios industriales que lo venían haciendo; generalmente, por falta de rentabilidad.
- Prque existen problemas de suministr, que dada la globalización y la tendencia a unificar en menos instalaciones la fabricación de cada medicamento, tienen frecuencia creciente.
- Prque están destinados a grupos de pacientes sin interés comercial ("huérfanos"). Al ser pocos, desde un punto de vista de rentabilidad no compensa su fabricación.
- Pr tener una estabilidad corta, no compatible con el recorrido en el tiempo inherente a la distribución y permanencia en el inventario de una farmacia hasta que llega a un paciente que lo necesita.
B) Porque se considera beneficioso adaptar el medicamento al paciente más de lo que lo está cualquier medicamento industrial
- Ajustand la dosis a las características del paciente (un niño, una persona con insuficiencias, un anciano con poco peso…)
- Ajustand los excipientes (conservantes, vehículos, colorantes, etc.). Generalmente para evitar alergias, o la falta de adherencia al tratamiento por el mal sabor.
- Ajustand la forma farmacéutica. Por ejemplo, preparando un jarabe para un paciente con dificultad de deglución cuando solo hay comercializados comprimidos.
- Ajustand la vía de administración. Por ejemplo, para que un fármaco para el tratamiento de una afección superficial se pueda aplicar por vía tópica y no tener que tomarlo por vía oral cuando supone mayores efectos adversos
- Para asciar varios fármacos, facilitando así el cumplimiento terapéutico. O quitar alguno con respecto a la composición de algún medicamento industrial multicomponente porque siente mal al paciente.
Hoy, los campos en los que más se formula son dos: la pediatría y la dermatología. La pediatría, porque hay muchos medicamentos comercializados para adultos, y no así para niños por tratarse de un mercado menor y más variable.
La dermatología, porque la combinación de distintos principios activos o la elección de vehículos más selectivos facilitan la adherencia terapéutica por el paciente. Como conclusión, siempre se necesitará la formulación magistral (cada vez más llamada elaboración de medicamentos individualizados) porque por muy amplio que sea el catálogo de medicamentos industriales, siempre quedan vacíos sin cubrir para pacientes con características minoritarias.
Por otro lado, el uso de la receta electrónica en España permite un mayor papel del farmacéutico. Pongamos el caso de Madrid donde el paciente no tendrá que volver a visitar a su médico hasta un año en el que se caduca la receta electrónica. Cada vez que el farmacéutico realiza la dispensación el paciente o los cuidadores nos comentan (pues en general los conocemos) cómo sigue el tratamiento, en el momento que nos indique cualquier síntoma anómalo, le recomendaremos ir a su médico de cabecera. No sólo eso, en ocasiones, tras la visita al especialista se puede dar duplicidad en las medicaciones pudiéndonos anticipar en una posible sobredosificación de la medicación.