Después de aplastar a los medios libres, a los empresarios y a toda expresión disidente que cuestione el dogma revolucionario, el régimen comunista que desde 1999 arruina y humilla a los venezolanos la ha tomado con el porno. Amigos de Caracas me confirman esta semana que páginas webs de contenido sexual como XVideos, PornHub y YouPorn están bloqueadas por el CAC bolivariano, el mismo organismo censor que ha obligado a cerrar la mayor parte de periódicos que no eran chavistas, ha dejado a los venezolanos sin su otrora exuberante y libérrima televisión privada y les ha negado el acceso a canales internacionales que se ven en toda América Latina como CNN en Español o los colombianos NTN24, RCN o Caracol TV.
La arbitrariedad y la opacidad son dos características habituales del proceder de las dictaduras. Semanas después de que la autoridad reguladora del régimen prohibiera el acceso desde el país a las principales webs globales de porno, aún no hay explicación oficial sobre este nuevo atropello a las libertades en el país caribeño. Lo más aproximado a esta explicación oficial de momento inexistente parece el ataque en Twitter del ministro de Cultura chavista, Ernesto Villegas, al actor porno venezolano Viktor Rom.
Era el mes de mayo y Rom acababa de ganar, en la categoría Best European Daddy, uno de los Prowler European Porn Awards, premios que reconocen a los mejores actores de cine porno gay que trabajan en el viejo continente. Algunos medios libres que quedan en la nación petrolera se felicitaron por el triunfo de Rom, al que uno de ellos alabó por dejar "el nombre de Venezuela en alto y a la comunidad latina". Junto a una captura de este comentario en el periódico, Villegas escribió: "Esto apareció hoy en uno de los periódicos proyanquis de Venezuela. El antivalor como motivo de orgullo". Venezuela celebraba aquel día las elecciones farsa organizadas por el chavismo con el siniestro aval de José Luis Rodríguez Zapatero, y el ministro añadió: "Tu voto es herramienta para que esa concepción del mundo NO prevalezca".
La descalificación de Villegas a un venezolano de éxito internacional como Viktor Rom provocó la airada reacción de cientos de seguidores del actor en Twitter. Una de las mejores respuestas vino del propio pornstar: "Antivalor, ministro Ernesto Villegas, es llenarse los bolsillos de dinero mientras que el pueblo se muere de hambre y vive de las miserias que ustedes les mandan como la bolsa Clap", escribió el premiado Rom.
A defender a su colega acudieron también las hermanas Sheila y Kesha Ortega, dos de las actrices porno más populares del momento y venezolanas como Rom. La mayor de las Ortega, Sheila, le escribió a Villegas: "Antes de juzgar y enviar a su manada de borregos a insultar y decir cosas ofensivas lo invito a que se siente y analice qué cosa podría estar haciendo" para mejorar la situación de Venezuela. Sheila Ortega reivindicó el "orgullo" que supone recibir un premio como el de Rom por hacer lo que a uno le gusta, y lamentó que en su país sea imposible salir adelante y ser reconocido debido a "los destrozos gubernamentales". En la línea de Rom, su hermana Kesha le dijo al ministro chavista que "antivalor" es tener a gente pasando hambre, "no lo que hacemos nosotros".
Hijo de dos históricos del movimiento comunista venezolano que desde la clandestinidad, por las armas y con grandes sacrificios personales quiso establecer en el país un régimen a la cubana como el que logró instaurar Chávez tras ganar las elecciones, Villegas es un obediente apparatchik del régimen que sigue defendiendo los crímenes del leninismo y el stalinismo y no ha abandonado el rígido canon ideológico en el que fue formado. No es extraño por tanto que vea el porno -y cualquier otra manifestación hedonista ajena a los fines revolucionarios- como una expresión a eliminar de decadencia burguesa.
Villegas tuitea e insulta desde una placidez conseguida a costa de los venezolanos esquilmados y oprimidos por su Gobierno. Dice hablar en nombre de un pueblo que rechazó masivamente la Revolución en las últimas elecciones medianamente libres que se celebraron en el país (las legislativas de 2015, en las que la oposición ganó por mayoría absoluta), y que ya no puede votar a unos candidatos antichavistas que han sido encarcelados o vetados porque volverían a ganarle a Maduro en unos comicios justos.
Mientras el ministro es una autoridad impuesta, que debe su privilegiado empleo y la voz pública que le confiere al estado de terror con que el chavismo se mantiene en el poder en Venezuela, Rom y las hermanas Ortega se ganan la vida honradamente con su esfuerzo y talento, con el dinero que personas de todo el mundo deciden pagar libremente y sin coacciones por las escenas y películas que producen con su trabajo.