Y entonces tú haces como que me atizas
"Antipolítica es lo que PP y PSOE practican cuando han permitido las prácticas corruptas de cargos públicos".
"Para PP y PSOE el ideal es que esto fuera una mezcla de Suiza y Sicilia: el secreto bancario, las cuentas ilegales y los métodos mafiosos, que es a lo que nos tienen acostumbrados".
"En el caso del PPSOE, da igual el cristal con que se mira: todo es mentira."
"Oigo al PPSOE hablar de cómo eliminar la corrupción, y nunca dicen: ¡pues vamos a echar a nuestros corruptos! ¡Puag!"
La autora de las frases anteriores no es otra que Irene Lozano, a quien Pedro Sánchez acaba de fichar para las listas del Congreso por Madrid. La que desde su escaño obtenido por UPyD actuara de látigo de las prácticas corruptas del bipartidismo, se acaba de incorporar al partido de los EREs fraudulentos tras perder las primarias de UPyD. Grouchomarxismo puro: "Estos son mis principios. Y si no le gustan, tengo otros".
Que alguien ejerza el saltimbanquismo, tratando de pillar un escaño sin importar por qué partido, no resulta tan raro. La vida está muy achuchada y de algo hay que vivir. Así que el que Irene Lozano acepte ir en las listas del PSOE es lógico. Sin embargo, lo que sí es extraño es el comportamiento de la otra parte contratante: ¿por qué Pedro Sánchez ofrece a Irene Lozano ir en las listas del PSOE?
Esa decisión de Pedro Sánchez ha causado un enorme malestar en las filas del Partido Socialista, algunos de cuyos miembros han pedido públicamente que Irene Lozano pida perdón por los insultos que la recién incorporada dedicó al PSOE. Además, en todos los partidos sobra gente tan idealista como Irene Lozano, gente dispuesta a sacrificarlo todo por pillar un chollo de escaño, así que la llegada de una paracaidista implica siempre marginar a algún otro aspirante, despertando las consiguientes quejas.
Pero entonces, ¿por qué razón Pedro Sánchez (cuya posición dentro del partido no es muy sólida) asume el desgaste de fichar a Irene Lozano, generando ese malestar interno?
Para tratar de pergeñar una posible respuesta, permítanme echar la vista atrás. ¿Recuerdan Vds. cómo empezó la operación de dinamitado de UPyD? El partido de Rosa Díez acababa de doblar en votos a Ciudadanos en las europeas de 2014, así que alguien decidió lanzar a UPyD una OPA hostil. Y el inicio de las hostilidades se produjo en forma de un cruce de artículos: uno de Sosa Wagner pidiendo la unión con Ciudadanos (en contra de lo que el propio Sosa Wagner había venido defendiendo hasta la fecha), y otro de Irene Lozano contestando al anterior y con un contenido y un tono enormemente insultantes para Sosa Wagner.
A partir de ahí, fue ese artículo de Irene Lozano el principal argumento en todas las tertulias, editoriales y artículos de opinión para tachar a UPyD de partido antipático, egoísta, faltón, prepotente, soberbio, caciquil, dictatorial, etc., etc., etc.
¿Y con qué nos encontramos con el correr del tiempo? Pues con que, al arrojar Rosa Díez la toalla y convocarse primarias en UPyD, esa misma Irene Lozano que atacó con tanta saña a Sosa Wagner por defender la unión con Ciudadanos, monta una candidatura para hacerse con las riendas de UPyD...¡y fusionarla con Ciudadanos! ¡Prodigio de coherencia! Y, como remate del tomate, al poco de perder las primarias, termina Irene Lozano fichando por el PSOE.
Piensen ustedes, a toro pasado, en esa secuencia de acontecimientos y díganme: ¿fue aquel cruce de artículos entre Sosa Wagner e Irene Lozano una escenificación? Algún malpensado podría sospechar que sí, que tiene todo el aspecto de que fue un enfrentamiento ficticio, que solo pretendía proporcionar la excusa para poner en marcha la campaña de descrédito, perfectamente orquestada, contra UPyD.
Con lo cual volvemos a la pregunta que hacía al principio: ¿por qué Pedro Sánchez ficha a Irene Lozano, a pesar de las críticas internas que eso podría despertar?
Y algún malpensado podría contestar que a lo mejor alguien está pagando a alguien los servicios prestados.